Poco a poco, derrotados y victoriosos, en este año electoral que está terminando, van asumiendo que todavía queda una batalla que se dará en 19 lugares independientes, pero cuyo poder de fuego se concentrará, por razones lógicas, en Montevideo. Aquí está el feudo, por ahora imbatible, del Frente Amplio, pero en donde la Coalición Republicana -que reunirá a todos sus socios bajo este lema, al igual que en Canelones y Salto-, golpeada por el fracaso en el balotaje, buscará al menos mostrar un nivel de fuerza que la muestren competitiva y dispuesta a terminar en algún momento con un dominio de la izquierda que lleva varias décadas.

Hay dos actores que protagonizarán la escena y que están prácticamente definidos, aunque restan detalles y formalidades tales como sus proclamaciones: Mario Bergara por el Frente Amplio (FA) y Martín Lema, por la Coalición Republicana.

Este último ya tiene un calendario fijado, con un primer mojón definido para esta semana: el 21 de diciembre, cuando la Convención Departamental de Montevideo del Partido Nacional sesione para presentar su nombre como candidato a intendente por la Coalición Republicana.

Pero la precampaña de Lema empezó hace tiempo. El diputado y senador electo por Aire Fresco -sector de Luis Lacalle Pou del que es uno de los principales referentes- dedicó buena parte de sus energías en este 2024 a cuestionar la gestión de la Intendencia de Montevideo (IMM) usando datos de la propia administración. Y para eso conformó un equipo técnico, que actualmente tiene tres integrantes que él considera “de primer nivel”, según señalaron a El País fuentes de su entorno: la economista Annick Peter, la abogada Agustina Maschwitz y la contadora Susana Pierri -esta última mano derecha suya en el período anterior, cuando trabajó como diputado en la comisión investigadora de ASSE-.

El principal concepto de Lema, quien ha referido en reuniones con dirigentes e incluso en medios de comunicación, es que más allá del contexto adverso de su partido y coalición, asumirá el desafío pensando en que es posible terminar con 35 años de dominio frenteamplista. Asimismo, lo que buscará es un “cambio radical de gestión, con prioridades ordenadas y justas”.

La Convención Departamental de la Coalición Republicana sesionará a principios de febrero y el objetivo de Lema para entonces es que el actual oficialismo nacional tenga a esa altura más nombres que lo acompañen y complementen su candidatura. Idealmente dos (la Constitución habilita hasta tres), pero sobre esto hay más dudas que certezas. Lema ha recibido el apoyo de todos los sectores de su partido e incluso ha adquirido el beneplácito de dirigentes de otros socios de la coalición. Pero ha insistido en que es necesario que no quede en soledad -por razones económicas y electorales.

En el Partido Colorado se han manejado algunos nombres, como el del empresario Alejandro Ruibal, que en las últimas horas transmitió que no considera compatible su profesión con ese desafío político. Tras este descarte comenzó a sonar el nombre del vicecanciller Nicolás Albertoni, parte de la nueva generación colorada, pero nada concreto más allá de esto.

El Partido Independiente de Pablo Mieres -que obtuvo 5.465 votos más que Cabildo Abierto en Montevideo, lo que lo habilitaría a proponer un tercer candidato- tomará una definición este lunes, cuando sesione su Mesa Departamental. Pero fuentes políticas señalaron a El País que el exministro de Trabajo se inclina por apoyar a Lema.

El FA, mientras tanto, está a la espera de que el gobierno electo termine de armar el “puzzle” de la integración del Consejo de Ministros para tomar definiciones en lo departamental.

No obstante, hay algunas señales que se han ido dando, y todas ellas apuntan al rol que jugará Bergara. De hecho, el apoyo expresado por el Movimiento de Participación Popular (MPP) esta semana a su muy probable candidatura fue interpretado en el seregnismo como un mensaje bastante claro de que el exministro de Economía no integrará el gabinete, y que, por tanto, competirá por la IMM.

Bergara, además, obtuvo este viernes el apoyo oficial del Partido Demócrata Cristiano (PDC).

“Montevideo requiere de un nuevo proyecto transformador, que integre una propuesta con nuevas preguntas, estrategias y respuestas”, señaló una declaración de la Departamental del sector del exministro de Economía. Su presidente, Ricardo Masollo, dijo a El País que Bergara “reúne las condiciones personales, políticas y técnicas” para liderar este proceso.

Su nombre, por el momento, es el único que se maneja en el FA, que tiene algunas diferencias tácticas en su interna, ya que mientras el Partido Comunista (PCU) mantiene su postura histórica de ir por una “candidatura única”, el Partido Socialista se muestra partidario de candidaturas múltiples, que “traccionen” todas en favor de la coalición de izquierda, tal como dijo a El País un dirigente. Ninguno de estos sectores maneja por el momento nombres propios.

También hubo algunos descartes. En La Amplia, por ejemplo, la diputada electa María Inés Obaldía se autoexcluyó de una posible candidatura, aunque lo supeditó a una decisión orgánica. Es que los sectores que respaldaron en el proceso electoral nacional a Carolina Cosse manejan la posibilidad de presentar una candidatura.

En Progresistas, en tanto, la determinación es que “no se avanzará nada hasta que se configure el gabinete”, señaló una fuente del sector. Allí, en principio, el acuerdo es que, “si va algún nombre”, será el del exintendente (en sustitución de Daniel Martínez) Christian Di Candia.

Foto: Archivo El País.

Este lunes la Mesa Departamental del Frente Amplio (FA) recibirá un informe de la Dirección de Recursos Financieros de la Intendencia de Montevideo (IMM). Así se lo confirmaron a El País desde la izquierda capitalina, en donde la instancia es vista como clave para conocer dónde están “parados” a nivel de números, ante la posibilidad de lograr en las elecciones de mayo del año que viene su octava gestión consecutiva, a 35 años de la llegada de Tabaré Vázquez al Palacio Municipal. En el FA consideran ese informe, además, un insumo fundamental para el debate político, ante los cuestionamientos que, se avizora, vendrán desde la Coalición Republicana sobre los resultados económicos de la comuna. Si bien desde la Intendencia se negaron, en los últimos días, algunos trascendidos que indicaban el riesgo de suspensión de servicios o el pago de salarios en determinadas áreas, lo cierto es que los últimos números oficiales apuntan a un déficit acumulado de $ 17 mil millones, tomando en cuenta el ejercicio cerrado el año pasado.

A fines de noviembre el intendente Mauricio Zunino presentó públicamente una “rendición de cuentas” en la que volvió a acusar al gobierno central de “ahogar económicamente” a Montevideo, al no transferirle lo que le correspondería según las partidas previstas en la Constitución y por adeudar pagos por saneamiento.

De todas formas, la intención de la izquierda departamental es que la administración ponga al día su estado de cuentas y clarifique gastos.

Al mismo tiempo, este mismo lunes, la Departamental de Montevideo presentará un borrador del programa de gobierno que ofrecerá para la capital.

Más allá de que aún sea un bosquejo, en casi todos los sectores se coincide en la necesidad de “transformación” y “renovación”. El plan, al que accedió El País, está pautado por un convencimiento: los números -sobre todo los observados en los recientes comicios nacionales- le indican a la izquierda que es “más que factible” un nuevo triunfo en Montevideo en 2025. Pero también que ese triunfo está “lejos de estar seguro”. Sobre todo, por la percepción negativa que, se sabe, hay en la ciudadanía -y en la propia interna- sobre los resultados de la gestión en algunas áreas. Sobre todo en lo que se refiere a la limpieza de la ciudad.

La presidenta de la Departamental Montevideo, Graciela Villar, dijo a El País que existe una “mirada crítica sobre la gestión” en esta área. En conexión con esto, está el fenómeno de las personas que viven o pernoctan en la calle, cuya actividad y sus efectos fue vinculada varias veces por la comuna, a la hora de evaluar el estado de la limpieza en los espacios públicos de la seguridad.

El asunto generó durante los últimos años una fuerte disputa entre la intendencia y el gobierno nacional, acerca de las respectivas responsabilidades sobre qué hacer con las personas que viven en la calle y su ocupación de los espacios públicos.

Ahora, el Frente Amplio espera lógicamente encarar el tema de forma articulada con el Ministerio de Desarrollo Social (Mides), tomando en cuenta el retorno de izquierda al poder a nivel nacional.

El programa, como es habitual, estará estructurado en al menos cinco ejes, que se articularán de manera transversal. Al igual que lo sucedido en el caso del proceso electoral nacional, incluirá conceptos generales, ya que las medidas concretas se definirán con quienes sean el o los candidatos.

Allí uno de los ejes estará referido al transporte, con un énfasis en la necesidad de garantizar el “derecho a la movilidad” de todos los ciudadanos de Montevideo, apuntando a las dificultades que aún enfrentan buena parte de los habitantes de la capital, sobre todo, los de las zonas periféricas, para trasladarse.

Allí, sectores como el Espacio Socialdemócrata Amplio (ESA) han planteado la necesidad de mejorar el sistema de transporte capitalino como uno de los “ejes vertebradores” de la futura gestión.

Habrá plenario en enero. Una vez aprobado el programa, para el FA será el turno de definir, el 20 de enero y en un plenario, con cuántas candidaturas comparecerá la izquierda en Montevideo el próximo 11 de mayo. Es que, según sus estatutos, por definición, la izquierda debe ir a esos comicios con una candidatura de unidad. Esa no fue la regla, por cierto, en las últimas elecciones. Fue, precisamente, un plenario departamental el que habilitó la multiplicidad de postulaciones en los comicios de 2010 y 2015, en los cuales el FA presentó hasta tres postulantes. Allí no terminarán las definiciones orgánicas, ya que al oficialismo departamental le quedará por ratificar los nombres de los candidatos que llevará, en definitiva, a la elección departamental.