NEGOCIACIÓN CON ARGENTINA
El presidente uruguayo insistirá en flexibilizar el bloque comercial en medio de la negociación por bajar el Arancel Externo Común.
Uruguay dejó de ser el “pedigüeño” entre los socios del Mercosur. Ahora Brasil y Argentina, hicieron “rancho aparte” y se aliaron para llegar a la Cumbre de Jefes de Estado en diciembre de este año, con un planteo conjunto para modificar la realidad mercosuriana. Esto, lejos de ser una presión hacia Uruguay de los dos poderosos, pasa a ser una “carta de negociación” para el gobierno de Luis Lacalle Pou, que pretende llevar adelante un Tratado de Libre Comercio (TLC) con China. Es una llave que puede abrir la puerta hacia la “flexibilización”.
Los cancilleres de Argentina y Brasil, Santiago Cafiero y Carlos França respectivamente, anunciaron el viernes en Brasilia que llegaron a un acuerdo para ir en conjunto a buscar el apoyo de Paraguay y Uruguay y poder bajar un 10% el Arancel Externo Común.
Sin ambos votos, no hay manera de ejecutar la decisión que busca hacer más competitivo el comercio interno del bloque. Esto es así por la normativa del Mercosur que establece que toda decisión tiene que ser tomada por consenso, no puede ser aprobada por una mayoría. Este es el mismo problema que ha tenido Uruguay, gobierno tras gobierno, cuando quiso aprobar una flexibilización del bloque para que los países puedan comercializar con otros de forma más independiente.
Uruguay no está en contra de bajar el arancel, pero quiere algo a cambio. “Lo que hemos dicho más de una vez a todos los presidentes y cancilleres en reuniones bilaterales o del Mercosur es que al mismo tiempo de la baja del arancel debería presentarse la flexibilización del bloque. Tenemos claro que es de la mano, las dos cosas al mismo tiempo”, declaró a los medios el presidente Luis Lacalle Pou el domingo.
Cuentas claras.
En la última mesa de negociación, las autoridades uruguayas informaron su decisión política de salir a negociar con China, y aclararon que no se violentaba así ninguna norma porque la llamada “cláusula 32” no estaba vigente, ya que no fue internacionalizada por los países miembros plenos del bloque.
Esa cláusula deja por escrito de forma clara que ningún país podrá salir a negociar en forma solitaria con otro, o con bloques, acuerdos comerciales. De todas formas, el gobierno argentino que lidera Alberto Fernández retrucó que la acción de Uruguay con el gigante asiático implica romper con el Mercosur, ya que en el Tratado de Asunción -donde se acordó la creación de este en 1991- se establece una serie de reglas que no habilitan a Uruguay negociar sin el consenso del resto de los tres socios plenos.
Lacalle Pou aclaró que en ningún momento la intención de su gobierno es la de romper con el bloque o salir del mismo. Y que todas las decisiones estarán jurídicamente fundadas.
Ahora, con el planteo de Brasil y Argentina, el líder del gobierno dijo que Uruguay votará un cambio en el Arancel Externo Común, pero si se define la flexibilización de la normativa del bloque para dejar en claro que su país puede negociar con China. Esto permitiría dejar las “cuentas claras” con sus otros socios y evitar los cuestionamientos al posible TLC.
Esta carta del gobierno uruguayo será puesta encima de la mesa en la próxima reunión del Consejo del Mercado Común, que se llevará adelante en las próximas semanas para preparar la cumbre de diciembre.
¿Mercado común?
El doctor en relaciones internacionales Ignacio Bartesaghi explicó a El País que lo que está en discusión es el artículo 1 del Tratado de Asunción, el cual no se cumple en su filosofía central. “Argentina pretende cumplir solo lo que le sirve, que es la negociación en conjunto. Todo el resto no se cumple: no es un mercado común y tampoco es una verdadera unión aduanera. Está perforado por todos lados con excepciones. Tampoco hay políticas macroeconómicas conjuntas”, señaló.
El experto dijo que lo ideal sería que Uruguay apruebe la baja del arancel, “poniendo como contrapartida” la negociación con China, al igual que ha señalado Lacalle Pou. Bartesaghi explicó que a Uruguay no se “le va la vida” con la reducción del arancel, ya que tiene muchas excepciones para el ingreso de productos a los países del bloque. “Se nos va la vida en la apertura, en los acuerdos”, remarcó. Y agregó que la señal que dan Argentina y Brasil es buena, porque muestra avances de modernización.
“Este es un escenario donde el Mercosur no se rompe bajando el arancel, y tampoco se rompe con el acuerdo de Uruguay y China, que tarde o temprano lo van a hacer también Brasil, Argentina e incluso Paraguay”, dijo.
En tanto, el decano de la Escuela de Negocios de la Universidad Católica, Marcos Soto, también sostuvo que se trata de noticias auspiciosas, ya que se ve una “disposición aparente de Argentina de abrirse un poquito al mundo”. De todos modos, aclaró que se trata de un anuncio “híper moderado y mesurado”. Y dijo: “Puede ser positivo en la medida que sea un camino progresivo. Va en línea con lo que buscaba Uruguay, pero nosotros pretendemos algo más amplio”.
Soto agregó que donde sí se ve una señal negativa es en la imagen interna del bloque, pues remarcó que nuevamente Argentina y Brasil se muestran como los que manejan las decisiones. “Es una imagen que debería preocuparnos. Volvemos a los esquemas donde las cosas se resuelven de a dos y no de a cuatro. Cuando Uruguay plantea algo, no hay acuerdo. Pero cuando ellos quieren negociar, entonces sí sale el acuerdo”, opinó.
Para Soto una rebaja del Arancel Externo Común no es la aspiración central de Uruguay, ya que -como también sostuvo Bartesaghi- el país tiene ya incorporadas varias excepciones.
De todos modos, Soto sí destacó que el acuerdo de Argentina y Brasil es una señal clara de que se podría abrir una negociación con objetivos concretos en el plano inmediato.
Una cumbre como antes
A fines de diciembre está prevista una nueva Cumbre de Jefes de Estado en la que Brasil pasará el mando de la presidencia protempore a Paraguay siguiendo el orden alfabético. La particularidad de esta cumbre, donde se vuelven a abrir las negociaciones para modernizar el bloque, es que los países miembros plenos analizan la posibilidad de volver a la presencialidad. El objetivo de Bolsonaro es convocar a la reunión en Brasilia, donde habitualmente el Mercosur se reúne en ese país.