Cuando termine el mandato de la intendenta Carolina Cosse, Montevideo contará con un laboratorio bromatológico de última generación, con mayores capacidades de ensayo y control que existen hoy. Se instalará en el predio de la Unidad Agroalimentaria Metropolitana (UAM) y el gobierno capitalino prevé iniciar las obras en mayo de 2023, tras una licitación.
La propuesta busca modernizar las instalaciones del actual Laboratorio de Bromatología de Montevideo, ubicado en Barrio Sur, que data de 1975. Virginia Cardozo, directora de Salud de la comuna, explicó a El País que actualmente tienen “muchísimas limitaciones” para ampliar el espacio y la capacidad de trabajo, lo que dificulta el desarrollo de más ensayos bromatológicos y nuevas técnicas.
El plan de obras se ejecutará en 18 meses, por lo que se espera que el laboratorio quede instalado a fines de 2024.
Mientras que a escala nacional se discute la homogeneización de los controles bromatológicos de los 19 departamentos, la comuna se prepara para dar otro paso. Ofrecerá más certificaciones que las obligatorias, para brindarle un valor agregado a los productores.
“Hoy el laboratorio de Montevideo es el que tiene mayor calidad en términos de control bromatológico, que es lo que nosotros queremos explotar. Hay un esquema de registros obligatorios, que son los mínimos a cubrir, pero en otros lugares funciona un esquema de certificación no obligatoria, que le da cierta valoración a los productos”, afirmó a El País el director de Recursos Financieros de la Intendencia de Montevideo (IMM), Mauricio Zunino.
La comuna no ha definido qué etiquetas adicionales ofrecerá, pero podrían estar disponibles para los productores de todos los departamentos cuando se instrumente el Registro Único Nacional de Alimentos, Empresas y Vehículos (Runaev), en el que trabajan el Congreso de Intendentes y la Oficina de Planeamiento y Presupuesto (OPP). Se trata de un sistema que centralizará e igualará los requisitos bromatológicos en todo el país, lo que podría aliviar a los productores, que solo tendrán que tramitar el permiso una vez.
Zunino explicó que la idea del nuevo laboratorio surgió de los trabajadores de Bromatología, que tiempo atrás plantearon la “potencialidad” de la certificación de calidad de los alimentos en Montevideo. La iniciativa finalmente tomó forma en la administración Cosse y ahora, con el nuevo sistema a punto de implementarse, su potencial es mayor. “Si vas a un esquema de unificación nacional, en algún lugar tenés que certificar. No tiene mucho sentido que tengas 19 laboratorios porque no sería redituable para muchos departamentos”, apuntó el jerarca.
La definición sobre los lugares donde se harán los controles, teniendo en cuenta que algunas intendencias no tienen laboratorios propios, es uno de los puntos que trabajará el Congreso de Intendentes en los próximos meses, indicó la secretaria ejecutiva de la institución, Macarena Rubio. En conversaciones primarias se planteó la posibilidad de solicitar laboratorios regionales, aunque todavía no hubo definiciones.
Runaev será como un “hito”
Ifrán, el interlocutor de la OPP ccon los intendentes, sostuvo que el Runaev será un avance “histórico en la democratización del acceso al mercado a los micro, pequeños y medianos productores”. “Supone una generosidad muy importante de las intendencias en tanto velan por esto, que es verdaderamente una política de Estado”, remarcó.
Diálogo
El año pasado, Julia Olarte, dueña de la compañía de alfajores “Cuatro de Julia”, anunció que dejaría de vender en Montevideo por los requisitos bromatológicos “inaccesibles”. En ese momento, su despedida a través de redes sociales disparó la discusión sobre los criterios aparentemente dispares de cada intendencia, que podrían ser un “desincentivo” para los emprendedores a pequeña y mediana escala.
El Runaev busca agilizar estos trámites. “En la actualidad las personas que quieren tener habilitación para vender en todo el territorio nacional tienen que hacer el mismo trámite 19 veces. Eso conlleva un montón de trámites, burocracia y los costos inherentes a cada una de las intendencias”, explicó a El País el director general de Descentralización y Fortalecimiento Institucional de la OPP, Guzmán Ifrán.
El proyecto se está trabajando en subcomisiones del Congreso de Intendentes. En el mejor de los escenarios, el gobierno nacional espera que quede operativo en el segundo semestre del 2023, aunque las intendencias tienen que acordar varios puntos antes.
La discusión abarca desde los estándares bromatológicos mínimos hasta los tiempos que durará el permiso, pasando por los costos que deberá asumir cada intendencia. Una fuente señaló que, así como Montevideo destaca sus altos estándares de calidad, otros departamentos podrían estar conformes con los que exigen ahora y no querer aumentarlos.
De momento, el soporte del programa informático fue adjudicado a la empresa Sisinfo. El proyecto se financia con recursos del Programa de Desarrollo y Gestión Subnacional, provenientes del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Luego cada intendencia deberá financiar el préstamo mediante un descuento de las transferencias directas que el gobierno nacional les hace.