Desde el principio dije yo voy por eso, solo para eso, sin pensar en otro plan; hay uno solo y hacia ese voy”, dijo ayer Yamandú Orsi, en la puerta de su casa, con un tono llamativamente sereno para alguien a punto de vivir una jornada inolvidable.
Cruzando la calle lo alentaba un cartel, “Gracias Yama!!!”, que unos militantes colocaron la noche anterior. Desde un techo cercano, una mujer lo saludaba agitando una bandera de la 609. Después irán llegando más vecinos y militantes.
¿Y si pierde?, le preguntaron. “Voy a ser militante toda la vida, voy a estar en la actividad política siempre, porque yo no creo en los profesionales de la política. La política es una vocación y no la voy a abandonar jamás”, respondió. Podría volver a ser docente de historia, incluso; “claro que sí, para eso estudié y me formé”.
“Pero no es que haya un plan b, uno tiene que tener claro que la vida sigue, ni se me ocurre bajar los brazos pase lo que pase, porque este es un camino largo en el que nunca se llega al fin, que es mejorar la situación del pueblo”, dijo, mientras en su bolsillo sonaba el celular: era su compañera de fórmula, Carolina Cosse.
Sin un discurso preparado -“eso después vemos, porque el corazón manda y es sabio”-, continuó con la jornada al ritmo de las cábalas, alguna propia y otra ajena. Propia: llevar la boina del padre, visitar su tumba. Aunque hasta allá lo siguió una pareja que lo increpó reclamándole la desaparición de los restos de una anciana por parte del cementerio de Canelones. Para el comando de Orsi el episodio fue sospechoso, “otra emboscada” más, se escuchaba, aludiendo al cruce con Ignacio Álvarez y el polémico periodista español Javier Negre. El asunto terminó con la Policía arrimándose al lugar y el equipo del candidato simulando que éste saldría por una puerta mientras él se iba rápidamente por la otra.
Volvió a votar en la UTU donde alguna vez dio clases. Allí dijo que no derogaría leyes porque sí, que no realizará auditorias tipo “cacería de brujas” y que “hay que quitarle dramatismo” a la posibilidad de incorporar a figuras de la coalición en los ministerios. “Ignorar al Mercosur es una torpeza”, agregó. Que ademas de escuchar a las organizaciones sociales, mantendrá un buen nexo con el empresariado. “Los intereses en un país son muy diversos y la esencia de gobernar es manejarlos de forma equilibrada”, dijo, bajo la mirada atenta de Marcos Carámbula, el mentor con el que este domingo charló más de fútbol que de política y que aseguraba que esperaba la victoria de su discípulo con una “serena pero segura esperanza”.
La militancia madrugó y le pidió más firmas que selfies
Orsi pasó el sábado celebrando el doceavo cumpleaños de sus hijos mellizos en una fiesta que le llenó la casa de preadolescentes: más de 30. Más tarde, unos militantes colocaron en la calle un cartel con la inscripción “Gracias Yama!!!” para sorprenderlo por la mañana. El domingo temprano, decenas de vecinos y militantes de la Costa de Oro lo visitaron. Llevaron banderas para que se las firmara. Otros lo esperaban en el comité de Salinas, pero Orsi no fue.
Declaraciones en el circuito
Orsi respondió barriendo suspicacias sobre un vínculo tirante con Delgado - “ya está, eso es parte de la campaña”- y la visita que le hizo a Lacalle Pou: “Tienen una amistad, es bastante más natural que lo que desde la politología se quiera analizar”, pero con algo de malicia cuando dijo que “acomodar el cuerpo a las necesidades electorales a la larga es una trampa”.
Votación: drones molestos, niños futboleros y una exalumna
La audacia infantil logró pausar el frenesí mediático. “¡Hey Orsi!”, le gritaron Samuel y Tiziano, que le obsequiaron una pelota. Mientras Orsi decía que su primera campaña presidencial había sido “una experiencia increíble”, pero que “nunca terminás conforme”, el murmullo de dos drones se interrumpía con el incesante “Yamandúuu” de una niña que quería una selfie. Luego, una mujer cortó la conferencia al grito de que era una antigua alumna que quería abrazarlo. Y así fue.
¿Discurso? “Qué hable el corazón”
En la jornada electoral Orsi sigue la prensa pero no las encuestas, “si no te volvés loco”. Tampoco tiene armado un discurso. “El corazón manda y es sabio”, lanza. ¿Ninguna idea ronda en la cabeza en las horas previas? “Las ideas te enloquecen, te andan en la vuelta, pero hay que tener aplomo para enfrentar las situaciones que se van dando”.
Una pareja increpó a Orsi, lo siguió y él los eludió
Unos hermanos acorralaron a Orsi primero en la UTU y luego en el cementerio -cuando visitaba la tumba de su padre- reclamándole por los restos desaparecidos de su madre. La misma escena había ocurrido en octubre. Los hermanos deslizaron que “se hacía el guapo” y que aunque decía “estar preparado para conducir el país”, se escondía. Llegó la Policía. El equipo de Orsi los distrajo simulando que saldría por una puerta y él se iba por otra.
Pocas pero firmes cábalas
Que casi no tiene cábalas, pero sigue las de los que lo rodean. Por eso lleva en el auto la boina que era de su padre y visitó su tumba. Después, visitó a Carámbula, el exintendente de Canelones que Orsi reconoce como su principal mentor. “Aprendí muchas cosas, como que del contacto con la gente salen las respuestas”, dijo.
Tradición: un asado veloz con el mentor, y un mar de elogios
Cada hito de esta jornada electoral fue más ágil que la de octubre. Incluida la visita a Marcos Carámbula, que suele incluir un asado. “Confío plenamente en él. Es un canario honesto, transparente, cercano, sensible, muy inteligente, de raíces chacareras”, dijo el dirigente frenteamplista deshaciéndose en elogios hacia su discípulo. “Es un hombre de diálogo, de equipo, que escucha mucho y no precisa ser más de lo que ha sido todos estos años”, continuó.
¿Hay lugar para la coalición?
Orsi evitó los comentarios negativos sobre Delgado y Lacalle Pou. Sobre el presidente, dijo que había mantenido un buen vínculo durante su gestión en Canelones. “Nos acercó una relación de carácter institucional”, aclaró. De ser electo, se comprometió a reunirse con él a la brevedad, tal y como Lacalle Pou había propuesto. ¿Ve viable incorporar en los ministerios a figuras de la coalición? No fue concluyente pero advirtió que los ministros son “actores fundamentales”. “Hay que quitarle dramatismo, porque hay un compromiso político por parte de los secretarios de Estado y yo pienso darle mucha relevancia al consejo de ministros”. Sobre las auditorías, confiará en las que están previstas de forma interna. “No ir tipo cacería de brujas, ni perseguir a nadie. Cuando he visto esas cosas se paran los pelos”.
Un posible día después
Era un día decisivo, pero Orsi lucía sereno. Ofreció bizcochos y mantuvo una charla amena con la prensa combinando bromas sobre su perro Ramón con reflexiones sobre el día después. De no salir electo podría llegar a plantearse un retorno a la docencia dijo, pero aclaró que “no hay un plan b”: “Nunca jamás voy a bajar los brazos por la militancia”.
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