En determinado momento de la reunión que mantuvo este sábado con los líderes de la coalición de gobierno, el presidente Luis Lacalle Pou se dirigió al senador Guido Manini Ríos para hacerle una pregunta clave: qué postura seguirá teniendo sobre las revelaciones generadas por la declaración en Fiscalía de la exvicecanciller Carolina Ache este miércoles, y que de momento produjo el cese de cuatro jerarcas.
Lacalle Pou gestionó esta crisis desde Washington -a donde fue para reunirse con el presidente estadounidense Joe Biden y otros representantes de organismos multilaterales- y desde allí escuchó las duras declaraciones que el conductor de los cabildantes realizó luego de que se hicieran públicas las conversaciones entre Francisco Bustillo y Ache, y en las que -en resumen- el exministro sugería a su entonces subalterna que hiciera desaparecer su celular para que no se conociera un chat importante para la causa sobre la entrega del pasaporte al narcotraficante Sebastián Marset.
Manini había dicho que el asesor presidencial Roberto Lafluf -uno de los tres jerarcas que renunciaron este sábado-, que según la versión de Ache los citó a ella y al subsecretario Guillermo Maciel -otro de los cesados- en la Torre Ejecutiva para comunicarles que ese chat entre ambos debía borrarse, no había actuado “por cuenta propia”. Y que la situación se le hacía tan grave que no descartaba ninguna acción parlamentaria si las explicaciones del caso no lo convencían, incluyendo el juicio político contra el presidente.
Por todo esto, una vez hecho un relato pormenorizado de lo ocurrido en noviembre de 2022 -cuando se dieron los diálogos y los hechos referidos por Ache en Fiscalía este miércoles- Lacalle Pou quería saber a qué extremo estaba dispuesto a llegar Manini de aquí en más en este tema, y si mantenía sus críticas.
Pero Manini, según reconstruyó El País en base a consultas realizadas a los participantes de la reunión, mostró una postura diferente a la manifestada en los medios de prensa que recorrió la semana pasada. Contestó que, más allá de las opiniones que ha volcado ante los periodistas, no estaba dispuesto a que “el tema escalara”, lo que al presidente y al gobierno les dio la tranquilidad de que -al contrario de lo que había sugerido públicamente- Cabildo Abierto descartaba cualquier acción parlamentaria desestabilizante, al menos en este asunto.
Con esa duda despejada, de lo que quedaron convencidos todos los líderes que asistieron a la reunión -y en la propia Presidencia de la República- es que el oficialismo quedó alineado tras esta crisis, que es de las más grandes que ha tenido este gobierno.
De hecho, lo primero que el jefe de Estado les dijo a los asistentes -además de Manini, estuvieron el ministro Pablo Mieres (Partido Independiente), el nacionalista Pablo Iturralde, el secretario general del Partido Colorado y expresidente Julio María Sanguinetti, el diputado Daniel Peña (Partido de la Gente) y el mano derecha del presidente, Álvaro Delgado- es que había aceptado la renuncia de todos los involucrados en este escándalo: la del ministro del Interior, Luis Alberto Heber -quien en este caso el golpe político fue indirecto porque no fue nombrado en las revelaciones-; la del subsecretario Maciel y la de Lafluf.
Todos se fueron satisfechos y así lo hicieron saber en la reunión, luego de hacer algunas preguntas “técnicas” sobre las explicaciones de Lacalle Pou.
“La sustitución de los jerarcas involucrados en los hechos de pública notoriedad es una señal positiva y está de acuerdo a lo que planteamos desde un primer momento -dijo Manini en un tuit publicado este sábado a la noche-. CA reunirá a su Mesa Política el martes para analizar y evaluar las explicaciones brindadas hoy (el sábado) por el presidente”.
El diputado Peña, por su parte, se limitó a comentar a El País que estaba “conforme” con lo escuchado en el encuentro, y que ahora es momento de esperar a la Justicia para que termine de dirimir las eventuales responsabilidades en el presunto intento de ocultamiento de un intercambio entre Maciel y Ache vía WhatsApp sobre la peligrosidad de Marset, al mismo momento en que el narco tramitaba su pasaporte, que a la postre obtuvo en noviembre de 2021 y logró luego su liberación de donde estaba detenido, en Dubái.
La reunión
Lacalle Pou dijo en una conferencia de prensa al finalizar su jornada que no tenía dudas de que tanto Maciel como Lafluf defenderán sin problemas “su honor y su persona” en Fiscalía, cuando sean citados. Y luego dedicó tiempo a dar su versión sobre la famosa reunión que Lafluf convocó a fines de noviembre del año pasado, cuando la Justicia reclamaba información sobre lo ocurrido en torno al caso Marset para responder a una acción de información pública que el Frente Amplio había promovido.
La versión de Ache es que allí Lafluf les pidió borrar el chat -en el que Maciel advertía a ella que Marset era un narco “peligroso” cuya liberación “sería terrible”- y que incluso el asesor presidencial había accedido a un expediente administrativo de la Cancillería y destruido un documento público -que era aquel que ya contenía el chat aportado por ella previamente a las autoridades.
Lacalle Pou dijo, sin embargo, que el documento eliminado “no era parte de un expediente”, sino solo “una hoja protocolizada por un escribano”, e incluso añadió: “El expediente se presenta en la Justicia sin esta documentación (...) Se termina de presentar esta documentación al otro lunes, con lo cual no era parte del expediente”.
La otra duda instalada era si el primer mandatario había estado en la reunión -que Lafluf convocó en su nombre, como quedó registrado en otro chat también en manos de la Fiscalía- y qué conocimiento tenía de lo actuado por Lafluf.
Respondió que solo “pasó a saludar”. “Pedí que se convoque a los efectos de tener una línea única de trabajo o de acción”, en cuanto a si correspondía o no aportar “conversaciones privadas” en respuesta a un pedido “de información pública”, dijo Lacalle Pou, quien no aclaró si estaba al tanto de que iban a ser eliminados los chat.
Oficialismo niega una crisis institucional
Una discusión mediática que ha estado instalada en los últimos días, a raíz de los cuestionamientos que recayeron por este caso en Francisco Bustillo -quien renunció este miércoles como canciller-, el exministro Luis Alberto Heber, el exsubsecretario Guillermo Maciel y el ex asesor presidencia Roberto Lafluf -cesados por iniciativa propia este sábado- es si el gobierno ha generado una “crisis institucional” como aseguró la oposición o si la crisis no llegó a ese grado.
El propio presidente Luis Lacalle Pou se refirió al tema en la conferencia de prensa, para negarlo tajantemente y establecer un ejemplo de crisis institucional en hechos atravesados en el último gobierno del Frente Amplio. Dijo que “lo más cercano” al extremo mencionado ocurrió “con la renuncia de un vicepresidente de la República por actos reñidos por la ley”, en alusión a Raúl Sendic, quien dejó el cargo en setiembre de 2017 acusado por uso indebido de la tarjeta corporativa de Ancap -y luego condenado por la Justicia por abuso de funciones y peculado.
El expresidente Julio María Sanguinetti opina lo mismo, y así lo expresó en la reunión con los líderes de la coalición en Suárez y Reyes.
“Descarto toda esa apelación a la crisis institucional que se ha estado hablando, que no tiene ningún fundamento”, dijo a El País el también secretario general del Partido Colorado, al parafrasear lo que había dicho ante los otros referentes del oficialismo. “Crisis institucional es cuando hay un desacato a las instituciones o una quiebra del orden normal del Estado de Derecho”.
Pero se trata de una “discusión semántica”, como el propio Lacalle Pou dijo en su exposición.
Consultado al respecto, el presidente del Frente Amplio, Fernando Pereira, dio a entender que es un debate que no está cerrado, aunque usó otros términos para calificar la situación. Luego de reunirse con el primer mandatario ayer a las 18.30, afirmó que para la coalición de izquierda lo que hay es una “crisis política y de gobierno muy importante” y que será analizado “colectivamente” por su fuerza política este domingo.
En otro momento de su declaración en rueda de prensa, sostuvo además que había “heridas institucionales” generadas por otras acciones del oficialismo, como lo que entiende que es “un ataque a la Fiscalía sin precedentes”. “Rotulan a los fiscales de tortugas, de que filtran a la prensa, de que tienen actitudes por fuera; son duras”, criticó Pereira.
Nacionalistas dieron apoyo al presidente
Las primeras manifestaciones públicas de los principales líderes del Partido Nacional luego de la conferencia del presidente fueron de inequívoco apoyo a la determinación tomada por el jefe de Estado y sus explicaciones. “El presidente fue claro. Como desde el primer día, enfrentamos las situaciones, hacemos lo que hay que hacer y seguimos para adelante”, dijo el secretario de la Presidencia y probable precandidato blanco, Álvaro Delgado, en Twitter. Laura Raffo, otra eventual precandidata de este partido, celebró por su lado en la misma red social que Lacalle Pou transmitiera a la población “templanza y serenidad, como siempre lo ha hecho”, y que “el gobierno seguirá trabajando con el foco puesto en mejorar la calidad de vida de los uruguayos”. “¡¡Hay presidente!!” dijo, en tanto, el precandidato blanco Jorge Gandini, para quien “la casa está en orden”.