La "triste" noche de Delgado: la desazón de los dirigentes y el mensaje de gobernabilidad que se envió al FA

El exsecretario de la Presidencia dijo que la coalición seguirá funcionando y, citando a Wilson, estará dispuesta a votar leyes de la izquierda que sean necesarias para que el "país avance"

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Álvaro Delgado en su discurso, reconociendo la victoria de Yamandú Orsi.
El saludo: Álvaro Delgado dio ayer de noche uno de los discursos más cortos de su campaña.
Foto: Darwin Borelli

Pocos minutos antes de las 20.30 de este domingo, el Frente Amplio ya festejaba la victoria y en el comando de Álvaro Delgado, al tanto de esta celebración anticipada de la coalición de izquierda, no lo podían creer. Pero terminaron por hacerlo cuando los canales divulgaron la proyección de sus encuestadoras de confianza y confirmaron que Yamandú Orsi sería el próximo presidente de los uruguayos por una distancia de cuatro puntos porcentuales.

Y ahí fue como si el calor espeso que se respiraba en todos los espacios del búnker de Delgado detuviera el tiempo. Se hizo un silencio casi total, como si alguien importante estuviera por tomar la palabra y lo que tenía para decir fuera decisivo. Pero no había palabra. No había nada. Todos, jóvenes, veteranos y adolescentes quedaron petrificados mirando las pantallas, tiesos y absortos por el impacto, que algunos, como por ejemplo el senador Sebastián Da Silva -que no dejó pasar ni dos minutos desde que se conocieron los números para retirarse rápido, sin hablar prácticamente con nadie- decidieron enfrentar la noticia yéndose a otro lado.

Las escenas que siguieron fueron metáforas de la derrota. Como la caminata anodina y circular del diputado Álvaro Viviano, con su hijo chico tomado de su mano, que llevaba en su espalda una bandera inerte del Partido Nacional. Como los abrazos sonoros que daba Tomás Casaretto, el presidente de la juventud blanca, con los ojos húmedos, a los amigos que se encontraba aleatoriamente mientras caminaba también sin rumbo por entre las carpas armadas en la calle. Como los largos sollozos de un militante que hacía catarsis hablando por su celular, y que continuó llorando al retirarse caminando hacia el sur por Bulevar Artigas, cuando la lluvia estaba por largarse y los relámpagos iluminaban el cielo negro. O como la mirada reflexiva de un diputado, que con los suyos ya comenzaba a elaborar las primeras reflexiones sobre este golpe, aunque todos coinciden en señalar que la autocrítica, que será “muy dura” y que abarcará desde la designación de Valeria Ripoll como candidata a vicepresidenta hasta el “tono” de la campaña o los temas electorales elegidos, deberá esperar algunas horas para iniciarse.

El golpe dolió a todos los dirigentes del Partido Nacional, algunos de los cuales se declararon “devastados”, “liquidados” o “muertos” (esos fueron algunos adjetivos) en gran parte por las expectativas generadas en la previa. Porque si bien las encuestas de la última semana habían indicado una leve ventaja para Orsi, muchos creían en la remontada final -Delgado se venía acercando, según esos mismos números- o en algunos trackings de las últimas horas que llegaron a dar alguna ventaja a favor del exsecretario de la Presidencia.

En el comando de Delgado hubo quien razonó, sobre el final de la noche, que de no ser por esas expectativas la elección en realidad no se habría visto como “tan mala”.

Discurso de Álvaro Delgado tras los resultados del balotaje 2024
Discurso de Álvaro Delgado tras los resultados del balotaje 2024.
Foto: Darwin Borelli.

La gobernabilidad

Delgado demoró en aparecer. Tuvo primero una reunión con los líderes de la coalición republicana en la que ya se empezó a plantear la necesidad de que el bloque hoy oficialista conforme su orgánica para actuar en la oposición, y luego llamó a Orsi para felicitarlo.

Bajó finalmente a las 21.30 para dirigirse al escenario. Fue recibido por un tímido aplauso de parte de sus dirigentes más cercanos, que se extendió luego al puñado de militantes que lo esperaban a unos metros del estrado montado en Bulevar Artigas.

En un discurso de 13 minutos -uno de los más cortos que dio en esta campaña-, que definió como el “más difícil” de su vida, se centró en reconocer el resultado de “la decisión soberana” -aquí recibió la primera ovación modesta de un público resignado- y en la construcción de identidad de la coalición que creó Luis Lacalle Pou en 2019, que ahora deberá enfrentar el desafío de no desamarse desde la oposición.

Abrazó la bandera de Uruguay, como lo venía haciendo desde el 10 de agosto -cuando la convención de su partido convalidó la fórmula presidencial nacionalista- con el objetivo de representar algo más que su partido, para decir que ese gesto nació como algo que sentía. Y para dar pie al concepto que vertebró su último discurso en este ciclo electoral: que a partir de ahora nació un nuevo tiempo, en donde “nadie tiene mayoría” en el Parlamento, algo que durante su campaña lo llevó a afirmar que esto obligaba a un presidente “de acuerdos”.

Con los representantes de los principales referentes de la coalición parados a su espalda, Delgado mandó entonces un “abrazo y saludo a Yamandú Orsi” y al Frente Amplio, y a continuación afirmó que la misma impronta seguirá este bloque aunque el futuro no lo deposite en la Torre Ejecutiva sino en el Palacio Legislativo.

Insistió en el saludo a su adversario, a quien también felicitó “sin complejo de culpa” pese a reconocer la “tristeza” que lo embargaba y volvió sobre el concepto del futuro de la alianza que buscó representar: “Acá hay una coalición republicana que la integran cinco partidos a la cual quiero agradecer”.

Una coalición, siguió -mientras pasaban autos que, con las banderas del Frente Amplio en las ventanas, iban tocando bocina festejando su victoria-, que comprendió “el mensaje de la gente el 27 de octubre”, y que a su entender -sobre esto había insistido en la campaña de este último mes- daba particular importancia a la elección del presidente.

“Si nosotros decíamos que si nos tocaba ser presidente de la República íbamos a ser un presidente no de mayorías sino de acuerdos, si lo decíamos en esa hipótesis, quiero que sepan que seguimos pensando lo mismo, desde otro lugar”, sostuvo Delgado en su discurso.

Entonces recordó una frase de Wilson Ferreira Aldunate, en su discurso del primero de diciembre de 1984, tras ser liberado por el gobierno dictatorial, en el que afirmó que el Partido Nacional votaría todo aquello en lo que estuviera de acuerdo, pero también aquellas cosas que no compartía siempre y cuando no fueran en contra de sus “principios esenciales”.

Al decir de Delgado, aquellas que, pese al desacuerdo, son necesarias para que “el país avance”. “Pueden contar con nosotros”, dijo en ese sentido Delgado, citando al caudillo y diciéndolo él mismo. “Eso se llamó gobernabilidad”, agregó. Y lo mismo prometió ahora hacia adelante. “Hoy es el mensaje que quiero dar , de tranquilidad, de paz, de gobernabilidad”.

Discurso de Álvaro Delgado tras los resultados del balotaje 2024
Discurso de Álvaro Delgado tras los resultados del balotaje 2024.
Foto: Darwin Borelli.

La retirada

La lluvia se desató poco después, cuando los dirigentes y referentes de la coalición comenzaron, de a poco, a retirarse del búnker de campaña, sobre cuya fachada todavía cuelga la imagen de Delgado y la leyenda: “El próximo presidente”.

Delgado todavía esperó con los suyos adentro unos 45 minutos, tiempo en que referentes del actual oficialismo como Ojeda, Pedro Bordaberry, Manini Ríos y Pablo Mieres daban las últimas ruedas de prensa, casi todas referidas al futuro inmediato de esta alianza.

Por fin salió a la vereda a las 22.45, acompañado por gran parte de su equipo de campaña, para dirigirse rápidamente a la camioneta que lo esperaba, estacionada sobre la calle Chaná. Acompañado de su esposa Leticia Lateulade y sus tres hijos, no hizo declaraciones a la prensa y se retiró para compartir una cena con su equipo de campaña.

A ese momento ya casi no quedaban militantes, y algunos de los pocos dirigentes que todavía no se habían retirado, lo hicieron por la oscuridad de Chaná, para evitar el jolgorio y la fiesta que llevaban los autos y motos que transitaban por Bulevar Artigas hacia el norte.

DELGADO

Los momentos emocionales del “discurso más difícil” del candidato de la coalición

El llanto fue una reacción muy extendida en el búnker de Álvaro Delgado en la noche de este domingo. Lloraron militantes, dirigentes, legisladores, mientras fumaban, tomaban un refresco o hablaban por el celular.

La decepción fue profunda en casi todos los presentes. Y esto, por supuesto, incluyó a Delgado, cuya familia también se vio conmovida, en especial sus dos hijas mujeres, que no escondieron los sollozos una vez arriba del escenario. “Estamos más orgullos que nunca”, fue lo que le dijeron al candidato minutos antes, según reveló el propio Delgado.

El excandidato no eludió la tristeza e hizo referencia explícita al dolor que transitaba, prácticamente al momento de comenzar su discurso, que dijo que pronunciaría “desde el corazón”.

“(Es) quizás de los discursos más difíciles que voy a tener que dar en mi vida” fue la forma que eligió para comenzarlo. Abajo del escenario se escuchaban los lamentos y algún insulto dirigido al Frente Amplio.

Detrás de él, quien fue la candidata a la vicepresidencia, Valeria Ripoll, también se encontraba visiblemente conmovida. A ella, Delgado agradeció especialmente por haber “dejado todo en la cancha”.

Asimismo agradeció a sus compañeros de la coalición por haber luchado “espalda con espalda”, y luego reconoció que estaban “un poco golpeados”, pero sin embargo, aunque no lo parecía, “con el ánimo intacto”.

Después de decir que “los dueños de la coalición” no eran los dirigentes sino la gente que la votó, y que es una alianza que “llegó para quedarse”, pidió a sus militantes que duerman “tranquilos”, pese a estar “golpeados”.

“Cambien a partir de mañana la resignación por la ilusión y cambien la bronca por esperanza”, dijo el excandidato a presidente.

“Mañana seguimos levantando la bandera nacional y mañana empezamos de nuevo. Y sé que puedo contar con ustedes”, cerró.

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