MEDIDA
Los niños se registraron para obtener los alimentos que reciben en las escuelas normalmente y que vieron suspendidos desde el lunes por la suspensión de las clases.
“Muchas gracias, ¡está muy rico!”. Esta frase, eternizada en un audio de Whatsapp, corresponde a una niña de cinco años del jardín N° 222 de Casavalle. El mensaje iba acompañado de una foto de ella saboreando una cazuela de lentejas que les habían entregado, a ella y otros 38 compañeritos, en la institución. Cuando la maestra-directora escuchó el audio, se le piantó un lagrimón.
“Vienen siendo días de mucho estrés, de horas sin dormir, de exponerse a personas sabiendo que el virus anda por la vuelta y estos gestos (como el mensaje de voz) te llenan el alma”. Maribel Fagúndez, la directora en cuestión, reconoce que “nada es perfecto: la comida había llegado un poco tarde y hubo cierto desorden en la distancia que tomaban los padres”. Pero, “es el primer día y hay que destacar la noble tarea que está haciendo la escuela uruguaya”.
Solo ayer se entregaron 36.200 viandas. Los padres de los alumnos habían tenido tiempo entre lunes y martes para inscribir a sus hijos en los comedores escolares. El listado final había trepado a 37.200 niños. Y desde ayer, como de aquí en más hasta que termine la suspensión de las clases, los centros educativos repartieron las viandas para que cada estudiante anotado se la lleve a su casa.
Hubo 28 escuelas a las que la comida no llegó. Eso afectó a unos 1.000 niños (menos del 3% del total de escolares anotados para recibir su vianda). Según consigna el relevamiento que realizó el Programa de Alimentación Escolar, hubo “algunas fallas de los tiempos” en escuelas de Salto y Rivera. A su vez, hubo “concentración de personas” en escuelas de Las Piedras y La Paz. Y en otras instituciones “el pan llegó sin fraccionar”.
Pero para haber pasado menos de 72 horas desde que Primaria implementó este plan de emergencia, el mismo “fue muy exitoso”, dijo el consejero Pablo Caggiani.
Las autoridades de Primaria habían terminado de ultimar el plan a las dos de la madrugada del miércoles. Sucede que hay escuelas que cuentan con el servicio de comida de empresas tercerizadas, pero otras tuvieron que apelar a la compra de proveedores (muchos de los cuales no están trabajando) o requirieron un menú improvisado “en la rotisería de la zona”.
Caggiani explicó que “la demanda fue alta” y que podría serlo aún más: “hay unos 50.000 gurises que están por debajo de la línea de pobreza”.
Durante el primer día de entrega de viandas, “hubo alguna inscripción nueva... también hubo algún enojo o nerviosismo, pero en términos globales funcionó bien para ser algo completamente nuevo”.
Este plan será el que mantendrá la Administración Nacional de Educación Pública hasta que sea el momento de retornar a las clases presenciales. Ni las autoridades ni los epidemiólogos tienen una estimación de cuándo será esa línea de llegada, por eso irán ajustando la repartición de comida para que sea lo más eficaz posible.
Algunas escuelas aprovecharon el contacto con las familias de estudiantes para entregarles tareas domiciliarias. Si bien el Plan Ceibal puso a disposición su plataforma CREA, “hay quienes tienen su computadora rota o están sin conectividad, y por eso la propuesta se debe adaptar a las necesidades del grupo”, concluyó Caggiani.