Lacalle inauguró planta de procesamiento de limón en Paysandú, inversión que llegó de la mano de la “confianza”

El emprendimiento argentino San Miguel es referente en la industria cítrica mundial.

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El presidente, el intendente de Paysandú y otras figuras del gobierno participaron ayer en la inauguración de San Miguel
El presidente, el intendente de Paysandú y otras figuras del gobierno participaron ayer en la inauguración de San Miguel
Foto: Presidencia

Paysandú
Sentado entre el público mientras esperaba para hablar, cuando le tocó el turno de dar su discurso, en el recorrido por el lugar, en todas las fotos que se sacó, en el corte de cinta, el presidente Luis Lacalle Pou no soltó el limón que le dieron al ingresar. Se lo pasaba de una mano a otra, lo tiraba para arriba, lo escondía entre la palma de la mano y la muñeca.

El mandatario estuvo presente en Paysandú para inaugurar la planta San Miguel de procesamiento de limón, un emprendimiento argentino que pretende ser referente en Uruguay y la región. Con una inversión de US$ 33 millones, se procesarán más de 60.000 toneladas de limón en este 2024 y se estima alcanzar las 100.000 toneladas en dos años.

En la planta, se producirán aceite esencial, jugo concentrado y cáscara deshidratada de limón, productos que se vuelcan luego como materia prima a las empresas alimenticias, de bebidas, sabores y fragancias. La firma lleva en Uruguay más de dos décadas, en un vínculo que comenzó en 2000 con el arrendamiento de campos, y continuó en 2002 con la adquisición de la sociedad Milagros. En 2013 se expandió en la producción con la plantación de más de 1.700 hectáreas en la zona sur, centro y norte del país.

Al arribar al lugar alrededor de las 13.30 horas, en la zona norte de la ciudad -cercana al barrio Nuevo Paysandú y al puente internacional General Artigas-, Lacalle Pou primero atendió el reclamo de miembros de cooperativas que, en el camino de ingreso al predio industrial, dijeron que desde hace más de cinco años piden poder habitar sus viviendas. El presidente dijo que se pondrá a la orden para solucionar esta problemática, que tiene que ver con casas que no están finalizadas y presentan problemas de construcción.

Minutos más tarde, entraba a la carpa, en la que compartiría escena con el intendente sanducero Nicolás Olivera y el gerente de San Miguel, Martín Otero Monsegur, además de otras autoridades.

“En Uruguay uno sabe que hay un trillo, un andarivel, medianamente amplio que no se va a cambiar. Nadie viene a hacer una inversión de este tipo si confía solo en cinco años de un gobierno. Nadie se timbea el prestigio, su capital, su marca”, dijo en el comienzo de su discurso, limón en mano, haciendo énfasis en la confianza que transmite el país.

“Entonces, cuando me toca ir al extranjero, siempre digo: no miren a este gobierno, miren el que estaba antes y piensen en el que va a venir. Si el del medio empareja la confianza, estamos en el buen camino”, ahondó. La elección para instalarse en Paysandú no resulta casual, es un lugar en el que “queda ese saber hacer”, como antaño, cuando la capital sanducera mostraba su mejor cara industrial. “Hay gente que retoma esa posta, recibe la oportunidad y la aprovecha”.

A su vez, Lacalle Pou no dejó pasar la chance de reconocer la labor del intendente Olivera, que el año próximo irá por la reelección, en la concreción de este tipo de obras co-mo la planta de San Miguel.

“Le ha puesto una impronta muy notoria. Le ha devuelto ese sentido de orgullo al Paysandú emprendedor”, indicó. “Y Paysandú excede lo industrial. Paysandú se hace notar”, añadió el presidente. “En Paysandú creció el desempleo, pero hay 7.000 personas más trabajando. Parece una contradicción. ¿Cómo se explica eso? Es porque hay gente en Paysandú que está buscando laburo, y eso es una buena señal. Ese es uno de los desvelos que tiene el gobierno nacional”, amplió en ese sentido.

“La confianza es como una ruta que uno va construyendo con sus actos; cuando vos tenés esa ruta construida podés mirar para adelante. Eso genera esperanza”, dijo

Luis Lacalle Pou en inauguración de planta de procesamiento de limón en Paysandú.
Luis Lacalle Pou en inauguración de planta de procesamiento de limón en Paysandú.
Foto: Pedro Dutour.

Sueño de dos décadas

Antes que hablara el presidente, tomaron la palabra el gerente de San Miguel, Otero Monsegur, y Olivera. En un discurso leído, el representante de la empresa recalcó que la concreción de este emprendimiento, desplegado en el mismo predio que ocupaba Azucitrus, es un “sueño” que se inició “hace más de 20 años”.

“Estamos orgullosos de inaugurar nuestra primera fábrica de cítricos en Uruguay. Convencidos que nuestro modelo de éxito está asociado al proceso de fruta que producimos en campos ubicados desde Bella Unión en el norte hasta San José y Libertad en el sur, atravesando el litoral uruguayo en toda su extensión”, prosiguió en referencia a la influencia de San Miguel en el país. “Al mismo tiempo iniciamos un camino que nos posiciona como la única compañía citrícola del mundo con operaciones productivas y de calidad”, agregó.

Otero Monsegur informó que en la planta trabajaron de manera directa más de 150 personas, y que, de forma indirecta, se trató con empresas logísticas locales, proveedores de inoxidables e insumos. Dijo que la tecnología de las máquinas provino de Uruguay, Brasil, China, Argentina, India y Suiza.

Al mismo tiempo, en las quintas como en la planta industrial y en la administración en Montevideo, San Miguel emplea actualmente a más de mil personas, “mil familias que encuentran su sustento en nuestra actividad”. Se trata de un “proyecto de largo plazo que traerá divisas y empleo durante varias décadas, ya que exportamos la totalidad de lo que producimos a más de 50 países y más de 200 clientes”.

La inversión alcanzará los US$ 33 millones, y hasta ahora se han invertido más de US$ 22 millones. “Vamos a culminar la quinta etapa en 2027. Y a este monto tenemos que sumarle más de US$ 40 millones que invertimos en las ocho quintas productivas”, mencionó Otero Monsegur. Y como el desarrollo sustentable “está en el ADN” de la firma, entre 2023 y 2024 invirtieron US$ 5,2 millones “solo en el sistema de tratamiento de fluentes”.

Llegó el momento de intercambio de regalos. Lacalle Pou y Olivera se llevaron unos hermosos cuchillos labrados, y el hombre de San Miguel una bandera de Paysandú, de manos del intendente.

A continuación, a cortar la cinta. El presidente pidió que “algún empleado de la planta” estuviera presente, “el menos tímido”. La que “salió seleccionada” se quedó parada junto a él. Tras un breve tour por el interior de la fábrica, Lacalle Pou saludó al personal del catering -ofrecido por la confitería que confecciona el famoso postre Chajá-, no se quedó a comer, no habló con la prensa, pero se sacó fotos y apuró al propio Olivera para seguir de largo: “Tengo que ir a Grecco a inaugurar la ruta 20”, dijo.

Lacalle Pou destacó el trabajo del intendente Olivera en Paysandú
Lacalle Pou destacó el trabajo del intendente Olivera en Paysandú
Foto: Presidencia

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“El citrus es ácido, el momento es dulce”

En su discurso en la inauguración de la planta San Miguel, el intendente de Paysandú, Nicolás Olivera, hizo un repaso de la época industrial de la ciudad, que vivió su mejor momento en la década de 1950 con empresas emblemáticas como Paylana, y que a influjo de unas “pocas personas con un altísimo sentido del coraje” se decidió a “poner todos los huevos en la misma canasta”. Esto era, el desarrollo industrial del departamento.

“Paysandú se transformó en un centro de referencia en la industrialización”, recordó Olivera. Pero, el tiempo pasó y esto que “se dio en llamar la globalización” y la apertura comercial alcanzaron a la industria, que sufrió una reconversión y tecnificación, mientras que el modelo que siguió la ciudad “decayó en su esplendor”.

La disyuntiva entonces radicaba en seguir “mirando por el retrovisor para hacer resurgir aquel Paysandú industrial”, o mirar “para adelante” y ver “si había en el horizonte otro tipo de diversificación” que resultase posible

“Y ahí sí, la esencia ya estaba en poner distintos huevos en muchas canastas”, recalcó Olivera.

La planta San Miguel entra en esa ecuación. “Lo de hoy (por ayer) tiene una significación especial. Acá huele a citrus, que es ácido, pero el momento es dulce. Desde cualquier parte de Uruguay cuando alguien viene, no dice voy a Paysandú, dice voy a la Heroica. Porque hay algo que llevamos en el código genético nuestro, que es el coraje para ponernos de pie y enfrentar a cada adversidad”, destacó el intendente. El apodo de Heroica proviene de la resistencia al sitio brasileño en 1865.

Olivera también tomó el concepto de la confianza como primordial para atraer estos proyectos: “Todo esto está atravesado por una sola palabra, por un solo concepto que es confianza. Confianza de un país que se la tiene que ganar todos los días, con gente que se hace cargo, y conforme van pasando distintos gobiernos todos tenemos que poner algo más para estar a la altura de esa confianza que merecemos, que creemos merecer”.

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