Por Joaquín Silva y Rosina de Armas
Hay un comentario extendido en el gobierno que apunta a que el presidente Luis Lacalle Pou se “comió un garrón” cuando el Partido Colorado comunicó que no estaba en condiciones de votar la reforma de la seguridad social luego de que el mandatario aceptara los planteos que Cabildo Abierto había presentado como indispensables para dar sus votos a este proyecto.
Este segundo capítulo de la crisis de la coalición multicolor -que muchos entienden que ha estado en riesgo de quebrarse- empezó exactamente el domingo 9 de abril, cuando varios dirigentes colorados, entre los que estaban los diputados Ope Pasquet (Ciudadanos) y Conrado Rodríguez (Batllistas), comenzaron a desmarcarse públicamente del acuerdo entre Lacalle Pou y Guido Manini Ríos como si no hubieran formado parte de esas conversaciones. El senador Adrián Peña, líder de Ciudadanos, los siguió luego, cuando también declaró que, en los términos acordados con Cabildo, su partido no daría los votos.
Entonces comenzó un periplo que, se supone, estaría llegando a sus instancias finales una vez que los colorados eleven sus propuestas a la Torre Ejecutiva en las próximas horas, pero que en el gobierno se intentó evitar al participar de los avances en las negociaciones con el líder de los cabildantes a los restantes referentes de la coalición: el líder del Partido Independiente (PI) y ministro de Trabajo, Pablo Mieres, y al secretario general del Partido Colorado, Julio María Sanguinetti.
Y Lacalle Pou decidió aceptar los planteos de Manini -en resumen, pasar de 25 a 20 los años a tener en cuenta para calcular las jubilaciones y desglosar en un proyecto aparte la habilitación a las AFAP a invertir en el exterior-, convencido de que contaba con el apoyo del PI y los colorados, indicaron fuentes del oficialismo.
Pero ese respaldo, al final, lo tuvo solo de un lado: el del PI.
“Fue una negociación en la que se mantuvo un diálogo permanente tanto con Sanguinetti como conmigo, pues nos comunicó todos los pasos que fue dando”, señaló a El País el ministro Mieres, quien había respondido al presidente que lo “preferible” en ese escenario era aceptar las modificaciones de Cabildo aunque se trataran de “afectaciones en la sostenibilidad final del proyecto”. ¿Por qué? “Porque entendimos que sería un valor para el país y para las próximas generaciones, sobre todo porque equilibrar el déficit social es un requisito imprescindible para poder destinar fondos y recursos del Estado a atacar la pobreza infantil, como ya ha dicho el diputado Iván Posada”.
Sanguinetti, por su parte, insistió en que fue informado de las negociaciones entre el presidente y Cabildo Abierto, pero aseguró que a los colorados no se les dio mayor participación. “Estábamos informados, sí, porque el presidente nos informó. Pero una cosa es estar informados y otra cosa es ser parte de la negociación”, indicó a El País.
El expresidente recordó que incluso antes del acuerdo con Cabildo Abierto, el 2 de abril, había advertido que el compromiso debía ser de toda la coalición. “No es un acuerdo de nuestro presidente con Manini. Nosotros tenemos voz y voto. (...) Confío, anhelo, que haya entendimiento”, había dicho a El País entonces.
Ante la consulta de si el presidente presentó el acuerdo como un hecho o dio lugar a los socios a plantear sus diferencias antes de comunicarlo a la opinión pública, Sanguinetti pidió “no darle más vueltas” al asunto. “Que finalmente resolvió con Cabildo Abierto es un hecho notorio. Que nosotros no participamos de la negociación, también”, respondió.
Otras fuentes del Partido Colorado entienden que hubo un “malentendido” entre Lacalle Pou y Sanguinetti, con dos versiones sobre la mesa: quienes sostienen que la participación que le dio Lacalle Pou al expresidente fue algo más que meramente informativa, y quienes se apegan a la valoración de su secretario general.
Por su parte, Mieres también cuestionó cómo se manejó Manini Ríos durante la negociación, porque entiende que el cabildante “incumplió su palabra” al plantear un inesperado “cambio radical”. (Ver recuadro).
Avance
Lo cierto es que, después de varias idas y vueltas, la coalición entiende que habrá humo blanco. Exactamente una semana después de que Cabildo Abierto anunciara un acuerdo con el Poder Ejecutivo, el Partido Colorado definió ayer los puntos que espera que sus socios atiendan para contar con sus votos en el Parlamento (ver nota aparte).
Pero si de marcar postura se trata, el exsenador Pedro Bordaberry se ha mantenido a la vanguardia de los colorados, a pesar de haberse alejado de la actividad política y de que desde entonces haya quienes especulen con su regreso. Su columna del domingo pasado en El País, donde argumentó que su partido no debería votar la nueva versión de la reforma jubilatoria por un sentido de “ética de la responsabilidad” -al no cumplirse el acuerdo original- avivó las aguas del partido.
Sin embargo, la respuesta fue tibia entre los legisladores, que ya venían negociando la contrapropuesta. El senador Raúl Batlle, de la Lista 15, fue quien más a favor se mostró, según fuentes partidarias, aunque ayer planteó matices al ser consultado por El País. “Por un lado estoy de acuerdo. (...) No sé si pienso igual, porque ahora se abrió una nueva instancia de discusión, pero comparto que si la negociación había quedado cerrada, abrirla una tercera vez era innecesario”, valoró.
El legislador ponderó que “no todo es blanco o negro”, ya que muchos artículos serán beneficiosos para la población. Aunque, ante el desencuentro con Cabildo Abierto, cuestionó la conducción “pico a pico” de la coalición de gobierno por parte del presidente. “Estas cosas no las permitiríamos. El Partido Colorado integraría una mesa de negociación mucho más fuerte que la actual. La buena noticia es que vamos a llegar a un buen acuerdo para todos los uruguayos”, dijo.
En tanto, el diputado y referente de Tercera Vía, Gustavo Zubía, reconoció que a Bordaberry le asiste “parcialmente la razón” en dos aspectos al sugerir que no se vote la reforma. Uno es la valoración técnica negativa sobre los cambios introducidos por Cabildo Abierto, que reducirían en menor medida el déficit del sistema. “Otro es no votarla por el eventual agravio (de Lacalle Pou) al Partido Colorado, en virtud de que escuchó las propuestas de Cabildo Abierto y no la respuesta del Partido Colorado”.
Algunos legisladores, como Felipe Schipani, marcaron que no sería “prudente” dejar al país sin una reforma.
Mieres: “Manini hizo un cambio radical e incumplió su palabra”
Así como está claro para Julio María Sanguinetti que Guido Manini Ríos no cumplió con el compromiso de votar la reforma previsional sin mayores modificaciones, también lo está para Pablo Mieres. El líder del Partido Independiente subrayó que la coalición acordó votar la iniciativa el 17 de octubre en Torre Ejecutiva cuando se reunieron todos los líderes de la coalición con el presidente Luis Lacalle Pou.
“Esto es lo que se incumplió por parte de Cabildo Abierto cuando el proyecto comenzó a discutirse en Diputados -dijo Mieres a El País-. Porque una cosa es lo que ha dicho Manini sobre que se iban a hacer aportes para mejorarlo y otra cosa fue condicionar los votos a determinadas concesiones”.
Pues al hacer eso, continuó, Cabildo impuso en el escenario político “un cambio radical que implicó incumplir su palabra”.
Consultado acerca de qué consecuencias dejará en la coalición estos desencuentros, Mieres respondió que eso es algo que se deberá analizar “con el tiempo”, pero que “indudablemente hubo un cambio que habrá que evaluar”.