Lacalle habló de "terrorismo, fanatismo y responsabilidad" en discurso por los 30 años de atentado a la AMIA

"Es muy importante cuidar la actitud. Saber que las palabras nuestras, dichas en un mal momento y en un mal tiempo, son disparadoras de violencia que sabemos dónde empiezan y no dónde terminan", dijo.

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Luis Lacalle Pou en la Expo Uruguay Sostenible 2024
Presidente Luis Lacalle Pou.
Foto: Ignacio Sánchez/El País.

Redacción El País
Tras reunirse con Javier Milei, mandatario argentino, el presidente de la República Luis Lacalle Pou aprovechó su estadía en Buenos Aires para participar en la tarde de este miércoles en un homenaje en el marco de los 30 años del atentado contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), perpetrado en 1994 (85 muertos y cerca de 300 heridos).

"Agradezco particularmente que me hayan invitado hoy, para poder salir un poquito de lo urgente y reflexionar sobre lo importante", dijo Lacalle Pou al inicio de su discurso.

"Todos vivimos en el pasado, después de muchos años, pero increíblemente en la actualidad estamos abriendo núcleos" manifestó e hizo hincapié en tres conceptos: terrorismo, fanatismo y responsabilidad.

"Hay países en los que todavía el delito del terrorismo no está definido como tal", planteó e indicó que hay "actos terroristas que no se pueden medir en instantes cuánto es el tamaño del daño causado".

"El segundo elemento al cual me quiero referir es al fanatismo. Acá no se trata de si tiene que existir un Estado o dos Estados, acá no se trata de una discusión política ni geopolítica, tampoco se trata de una discusión religiosa. Se trata de una forma perversa y negativa de ver a la humanidad. De exaltar los peores resentimientos de los individuos. Por supuesto que parados, anclados o sobre la base de una ideología, una religión o la distribución de territorios. Pero lo que se escucha ahí es el fanatismo", añadió.

Seguido de esto, Lacalle Pou ingresó en el concepto de "responsabilidad". "Porque el fanatismo es responsabilidad directa, por supuesto de los gobernantes que utilizan algunas causas que pueden ser más masivas o no, populares o no, para generar gobierno. Y la violencia, el terrorismo, los atentados, no empiezan con un acto físico de violencia, empiezan con el verbo, la acción y el desprecio, en una prédica de desunión constante que, por lo general, como lo hemos dicho casi siempre, tiene atrás un fin político", añadió.

"O sea que su fin, mezquino, para yo prevalecer, para yo ser, para sostener el poder, utilizo un grupo de individuos de una religión, de una etnia o de un país. Y por eso es tan importante en este mundo globalizado, donde ya somos todos emisores y receptores, cuidar el valor. Es muy importante cuidar la actitud. Saber que las palabras nuestras, dichas en un mal momento y en un mal tiempo, son disparadoras de violencia que sabemos dónde empiezan y no sabemos a dónde terminan".

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