El presidente de la República, Luis Lacalle Pou, aseguró ayer que el Estado hace un “monitoreo constante y diario” del aumento de la salinidad del agua potable en la zona metropolitana, una medida adoptada por OSE para paliar la escasez de reservas por el déficit hídrico que atraviesa el país en los últimos meses.

“No es un tema que haya tomado por sorpresa, es un tema que OSE venía monitoreando. La sequía es de las más grandes de las últimas décadas en nuestro país. Se fue monitoreando con el Ministerio de Salud Pública, que contactó a expertos en la materia inclusive antes de verter a la opinión pública los cuidados que tiene que tener”, afirmó ayer el primer mandatario en rueda de prensa.

Por otro lado, ante las críticas que recibió de parte de la oposición, que cuestionó la supuesta falta de previsión, Lacalle Pou pidió “no hacer política menor”.

El jefe de Estado aseguró que “no es cierto” que el expresidente Tabaré Vázquez hubiera garantizado el financiamiento de una represa en el arroyo Casupá -que podría haber sido una solución para la situación actual- antes del cambio de mando en marzo de 2020. Después de haber enumerado la cantidad de veces que se anunció la obra en gobiernos frenteamplistas (en 2005, 2013 y 2016), Lacalle Pou dijo que su antecesor solo había avanzado en las negociaciones con la CAF (Banco de Desarrollo de América Latina), que hubiera significado mayor endeudamiento para el país. Y dijo que, incluso si la obra se hubiera llevado adelante, debido a las demoras de su construcción, no hubiera estado pronta para esta sequía.

“Lo único que falta es que el gobierno tenga la culpa de la sequía. Tiene la responsabilidad de gobernar y hacer lo mejor posible para un agua de calidad. Pero decir que se dejó la obra y el financiamiento no es cierto”, remató, y anunció que el 6 de junio se abrirá la licitación para el Proyecto Arazatí, que supondrá la mayor inversión en agua potable de los últimos 150 años.

A su vez, consultado puntualmente por las críticas de la intendenta de Montevideo, Carolina Cosse, al gobierno, Lacalle Pou se limitó a decir que eran “predecibles” pero que el gobierno “está para trabajar y no criticar”.

No obstante, se mostró de acuerdo con las medidas tomadas por la comuna capitalina, que -por ejemplo- entregará a los beneficiarios del Plan ABC dos bidones de agua a la semana.

“Si la Intendencia de Montevideo tiene esta posibilidad al alcance, ¿cómo me voy a molestar? Al revés. Es justamente lo que estamos reclamando: que nos pongamos todos a remar, y no pinchando el barco como continuamente hacen algunos. Entiendo que es la única forma que tienen a veces de hacer política”, sentenció.

Consultado sobre los efectos que tuvo en la coalición la crisis que se vivió por la salida de la exministra de Vivienda y Ordenamiento Territorial, Irene Moreira, Lacalle Pou dijo que cree que esta unión de partidos “va a subsistir por este y otros períodos de gobierno”.

“Dependerá de los que comparezcan en el gobierno en el período que viene”, indicó.

Además aseguró que está “bien” su relación con el líder de Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos, quien lo había instado públicamente a rever el pedido de renuncia a Moreira. “Los vínculos personales son importantísimos pero también los vínculos institucionales”, sostuvo Lacalle Pou.

“Me corresponde a mí liderar un gobierno que fue elegido y que integran cinco partidos. Ustedes dirán: ‘¿Podés elastizar tanto que cualquier cosa cabe?’ Las claras muestras de que no hago eso”, sostuvo.

“Para que esta coalición funcione y perdure, que es lo que creo que va a pasar, tiene que ser lo suficientemente amplia para que todo el mundo tenga cierta conformidad. Siendo así, sabemos que hay rispideces. Tenemos que tratar de que nadie pierda su individualidad”, remarcó durante la inauguración del nuevo centro de Educación Primaria del Instituto Impulso.