Por Carlos Tapia
Enviado a Buenos Aires
Lo que hicieron ayer los gobiernos de Uruguay, Brasil y Argentina no fue más que reafirmar las posturas que ya se sabía que tenían. Por eso, de la reunión que mantendrán hoy el presidente Luis Lacalle Pou y su homólogo Luiz Inácio Lula da Silva en Montevideo no se pueden esperar sorpresas. El planteo de flexibilizar el Mercosur que viene llevando adelante el gobierno uruguayo en medio de la negociación de un Tratado de Libre Comercio (TLC) con China, no es visto con buenos ojos en Brasilia. En tanto, Uruguay no se aparta de su determinación de abrirse al mundo en materia comercial.
Lacalle Pou lo dejó claro ayer en Buenos Aires en el discurso que dio ante representantes de los otros 32 países que forman parte de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) -y luego también en una conferencia de prensa ante medios de toda la región-, al decir que hay aspectos de “solidaridad” que se suelen señalar recurrentemente entre los jerarcas que forman parte del bloque, pero muchas veces estos no son puestos en práctica. En este sentido, propuso dar un gran paso que sirva para un mayor intercambio comercial: crear una zona de libre comercio que vaya desde México hasta la punta de América del Sur.
“¿No será momento de sincerar las relaciones? ¿Y que desde la Celac se impulse una zona de libre comercio, desde México hasta América del Sur?”, dijo el mandatario uruguayo. Y añadió: “Muchas de nuestras economías son complementarias y estoy seguro de que podríamos avanzar en este sentido”.
Según contaron a El País fuentes del gobierno, lo que se buscó fue impulsar una medida que tuviera que ver con la narrativa ideológica de algunos de los gobiernos de izquierda que forman parte de la Celac. “Son regionalistas; pues bien, nosotros también lo somos, y por eso estamos proponiendo esto”, advirtieron.
En este sentido fue que Lacalle Pou dijo que concretar una medida de estas características serviría para “llevar los discursos a la práctica”. Aunque también luego añadió que organizaciones como la Celac no pueden “tener un carácter de club de amigos ideológicos”, porque “en la variedad, en el cambio y en la alternancia estará nuestra fortaleza (…), porque en algún momento ninguno de nosotros va a estar”.
Más tarde, en la conferencia, Lacalle Pou dijo que fueron varios los países que pronunciaron discursos cargados de ideología dentro del recinto y aprovechó el momento para ironizar sobre la decisión -tomada por el gobierno de Alberto Fernández- de no transmitir en vivo los discursos de los representantes de los países. “Ustedes lo vieron… Ah, es verdad que no lo vieron”, dijo y sonrió. Los únicos discursos que se emitieron fueron el de apertura, pronunciado por Fernández en su rol de presidente de la Celac, y el del canciller también argentino, Santiago Cafiero.
Abierto al mundo
El mandatario uruguayo se ocupó de mostrar, como ya ha hecho en otras oportunidades, que la aspiración de poder llevar adelante negociaciones por fuera del Mercosur no tiene que ver con una postura individual de su gobierno, sino que esto es algo que también han intentado impulsar otras administraciones, más allá del color político. “Uruguay tomó una definición hace muchos años, antes de que asuma nuestro gobierno, de avanzar con China. De hecho el expresidente Tabaré Vázquez en un viaje a China anunció la posibilidad de un TLC bilateral”, dijo.
También dijo que estaría dispuesto a avanzar en un acuerdo conjunto de todo el Mercosur, pero que si Argentina, Brasil y Paraguay no están de acuerdo, Uruguay no está dispuesto a dar un paso atrás en este sentido. Y señaló que el diferendo va más allá de lo que pase con China, “porque la decisión que se tomó es que queremos un Uruguay abierto al mundo; podría ser también Estados Unidos”.
Finalizada la cumbre de la Celac, Lacalle Pou se reunió con Christopher Dodd, el representante que Estados Unidos envió a Buenos Aires para el encuentro entre países de Latinoamérica y el Caribe. La bilateral se hizo a pedido de Dodd y fue la única que mantuvo el presidente.
Dodd es asesor especial para las Américas del gobierno de Joe Biden, es parte del Partido Demócrata y fue senador en Estados Unidos desde 1981 hasta 2011. Además, es hijo de Thomas J. Dodd, quien fue embajador en Uruguay entre 1993 y 1997; es decir, durante los gobiernos de Luis Alberto Lacalle Herrera y el segundo de Julio María Sanguinetti.
Antes del encuentro, Lacalle Pou reconoció que Estados Unidos no había dado señales positivas en cuanto a la posibilidad de algún tipo de acuerdo comercial con Uruguay al momento. Tras este, fuentes de gobierno señalaron que no hubo “nada nuevo”.
Massa, el “hermano chico” y disneylandia
“Disneylandia”, respondió Lacalle Pou cuando le preguntaron sobre los dichos de Massa en cuanto a que Uruguay “es uno de los hermanos menores del Mercosur”. Dos fuentes oficiales dijeron a El País que lo que se quiso hacer es “sacarle trascendencia”. Una de ellas advirtió que la relación entre “grande” y “chico” es difícil de hacer teniendo en cuenta algunos aspectos, como lo que sale un dólar en relación a los pesos argentinos. “Alguien que habla en esos términos vive en una ilusión digna de Disney”, precisó.
Señales
Lula da Silva no ha adelantado posiciones en cuanto al plan de Uruguay, que el gobierno de Alberto Fernández ha señalado más de una vez como una violación a las reglas del Mercosur. Hoy es esperable que Lacalle Pou y él hablen sobre este tema cara a cara. No obstante, ya han sido muchos los jerarcas de su gobierno que han demostrado sentirse más representados por la visión de Argentina.
Este fin de semana, en una entrevista con Folha de São Paulo, el canciller Mauro Viera opinó que las negociaciones unilaterales con China podrían destruir el Mercosur. “Si se negocia fuera del Arancel Externo Común, destruye el arancel. Destruir el Mercosur no interesa a nadie”, dijo el ministro. E insistió: “Si negocian con tarifas diferentes, más bajas, lo que entre más barato en ese país circulará en los otros, debido a la libre circulación”.
En tanto, el ministro de Economía del país norteño, Fernando Haddad, dijo en rueda de prensa ayer en Buenos Aires que el Mercosur debe fortalecerse antes de pensar en acuerdos bilaterales de los países con terceras naciones.
“Lo que hay que mejorar es el instrumento. El camino debe ser fortalecer el Mercosur”, insistió varias veces Haddad. Y luego, ante la pregunta de si el planteo de Uruguay es viable al mismo tiempo que su permanencia en el bloque, se limitó a señalar: “De eso vamos a hablar mañana”, en referencia al encuentro que tendrán hoy Lacalle Pou y Lula da Silva.
El ministro de Comunicaciones de Brasil, Pablo Pimienta, también se refirió ayer al tema, y consultado sobre las palabras del ministro de Economía argentino, Sergio Masa, en cuanto a que Uruguay “es el hermano menor” del Mercosur y que había que cuidarlo, señaló: “Argentina tiene un respeto histórico por Uruguay, y nosotros también lo tenemos. Argentinos y brasileños tenemos aprecio y respeto por ese país y queremos que estén junto a nosotros. Esa es la voluntad de Brasil, la voluntad de Argentina y en esa dirección queremos trabajar. Esa es la voluntad que tenemos”.
Derechos humanos
Sin hacer referencia explícita a algún país en particular, el mandatario uruguayo sostuvo que algunas de las naciones que forman parte de la Celac no respetan los derechos humanos.
“Se habla del respeto a la democracia, a las instituciones y los derechos humanos (en el documento conjunto que suscriberon los miembros del bloque). Pero hay países acá que no respetan la democracia, ni las instituciones”, dijo Lacalle Pou. En la anterior cumbre, en 2021, el presidente hizo esta misma crítica y se refirió en concreto a Venezuela, Cuba y Nicaragua.