En pleno martes de Carnaval, el presidente Luis Lacalle Pou mantuvo ayer a la tarde una reunión con la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, cuyo contenido había sido anticipado por el propio mandatario en respuesta a una consulta de la prensa acerca de las rebajas del IRPF y el IASS prometidas el año pasado: “Sobre este tema”, dijo, iba a versar el intercambio con la jerarca.

No es un asunto menor para el gobierno. Más bien todo lo contrario. Es una promesa incluso de campaña -al menos en lo que refiere al impuesto a las jubilaciones-, vuelta a prometer en el discurso de rendición de cuentas en el Parlamento que Lacalle Pou hizo el 2 de marzo de 2022, y ratificado en varias salidas públicas en las últimas semanas tanto por parte del primer mandatario como de la Ministra de Economía y otros jerarcas del gobierno.

La decisión política es que la rebaja anunciada -de detalles que aún se desconocen- impacte “en el bolsillo” de los uruguayos -como dijo Arbeleche en entrevista con El Observador este fin de semana-, aunque los últimos sucesos en la economía uruguaya han obligado a rehacer varios cálculos.

Fuentes del gobierno indicaron a El País que inevitablemente está “arriba de la mesa” la incidencia que tuvo la emergencia agropecuaria, debido a la crónica sequía y las nuevas proyecciones económicas que ello obligó a hacer a la hora de definir el alivio tributario.

Pero no hay elementos que hagan cambiar la voluntad de Lacalle Pou y, en el Poder Ejecutivo, tienen definido hace tiempo que el objetivo es que las medidas tengan una aplicación inmediata.

Es decir, no está pensado que las rebajas se incluyan en el paquete de cambios que se suelen proponer en el proyecto de Rendición de Cuentas -en donde el gobierno tiene este año, por otra parte, la última oportunidad para incrementar el gasto fiscal- sino que se trabaja en una iniciativa independiente que sería enviada en cuanto el Presidente confirme los anuncios en su discurso ante los legisladores el próximo jueves 2 de marzo.

Es un hecho político que ya empezó a desencadenar reacciones en el Frente Amplio, aunque a criterio de Presidencia estas son respuestas esperadas en las que la coalición de izquierda “ya se empezó a atajar” porque se está buscando “diluir el anuncio”.

Pero también es tema de conversación cada vez más presente en filas de la coalición de gobierno, en donde aguardan con expectativa variada según a quién se consulte. En principio, la propuesta no genera reparos ni en el Partido Nacional ni en ninguno de los socios.

En realidad, los comentarios que se presentan como críticos apuntan a la incertidumbre acerca de la contundencia que finalmente tendrá esta baja impositiva, o en algún caso al sentido de la oportunidad.

El senador colorado Germán Coutinho, por ejemplo, afirmó a El País que “la expectativa” en su partido es que “el número (de la rebaja) sea importante”, mientras que el también colorado diputado Gustavo Zubía ya ha dicho que no considerará con seriedad ninguna rebaja del IASS que no llegue al 20% para todas las franjas.

En el Partido Independiente se ha expresado el diputado Iván Posada, quien dijo a El País días atrás que el alivio tributario no debería ser una “prioridad”, habiendo necesidad en áreas como la “pobreza infantil” en donde volcar recursos, además de otras consideraciones que analiza el partido, aunque no se prevén cuestionamientos mayores.

Y en Cabildo Abierto, en tanto, hay opiniones que advierten acerca de la “escasa información” al respecto, pero en “términos generales” un anuncio como el que se anticipa es bienvenido, según señaló el senador y presidente de esta fuerza, Guillermo Domenech. “Entendemos que sería de toda justicia porque redundaría en aumento del consumo y por tanto también de la recaudación fiscal, lo cual sería ingresar en un círculo virtuoso”, concluyó.