ELECCIONES

Sartori crece, pero pierde entre los votantes más blancos.

Cuando se abrieron las urnas y se contaron los votos, en el búnker de Luis Lacalle Pou estallaron de felicidad hace cinco años. Su líder, que iba segundo en casi todas las encuestas previas, alcanzaba el 54% en la interna partidaria y sería el candidato a la Presidencia por los blancos. Un lustro después, el último sondeo de opinión pública muestra un escenario inverso: Lacalle liderando, pero en su registro más bajo del período (38%), y un outsider (Juan Sartori) crece a la par de la caída del resto.

El pasado febrero, cuando el empresario Sartori era aún un desconocido y apenas cosechaba el 9% de la intención de voto en el Partido Nacional (PN), Lacalle estaba en guarismos superiores a su última votación (trepaba al 59%). Pero la última medición de Cifra, publicada ayer en Telemundo, sitúa a ambos con una diferencia de 12 puntos. ¿Qué significa? La distancia está al límite del margen de error muestral y, de convertirse en un resultado real, el ganador debería negociar la fórmula en la convención blanca.

¿Qué pasará cuando se vuelvan a abrir las urnas? Los directores de opinión pública de las principales consultoras bromean con que “la bola de cristal se ha quedado sin pilas”. Pero, más allá de chanzas, Mariana Pomiés, de la empresa Cifra, asegura que el veredicto final “dependerá del público que asista a votar”.

Es que Lacalle aumenta su caudal de potenciales votantes cuando se selecciona solo a quienes se identifican con el Partido Nacional (los blancos de “pura cepa”). Ese crecimiento es mucho más notorio en Jorge Larrañaga: pasa de 18% entre “todos los que votarían” en la interna nacionalista a 24% entre quienes “son cercanos al PN”. En este último caso, superaría a Sartori.

“El resultado final, en parte, dependerá de qué público vaya a votar”, repite Pomiés, casi como un mantra, y la frase vale también para el Partido Colorado.

Porque la última medición de Cifra muestra que el economista Ernesto Talvi pasa por diez puntos al expresidente Julio María Sanguinetti. Pero sus ubicaciones se invierten cuando se selecciona solo a los votantes cercanos a esa colectividad política.

Hace cinco meses atrás, Sanguinetti había confirmado su postulación con una “salida muy fuerte, un alto conocimiento del público y mucha popularidad”, recuerda la directora de Cifra. Talvi, en cambio, apenas arrastraba a un cuarto de los interesados en votar en la interna colorada.

¿El debate televisivo contra Óscar Andrade fue la clave del despertar del economista? Cifra realizó los llamados telefónicos para su encuesta, tanto a celulares como teléfonos fijos, unos días antes y unos después del debate. Por tanto, “es difícil conocer a ciencia cierta” la incidencia real del evento que aconteció en canal 4 el jueves pasado. No obstante, “es de esperar que la exposición mediática haya beneficiado a Talvi”, dijo Pomiés.

En esta oportunidad (la última de Cifra previo a las elecciones), la consultora agrandó la muestra del Partido Colorado a más de 200 casos. La anterior había sido de unos 70 encuestados, lo que arrojaba un margen de error superior a 10 puntos. Esta vez el margen está en ocho puntos, lo que significa que también Sanguinetti y Talvi están en el límite del error muestral.

En la interna colorada, José Amorín apenas puntúa con 3%. Pero, como aclaró el sociólogo Ignacio Zuasnabar, las empresas encuestadoras “subestiman” el voto de Amorín por un “problema técnico”. Sucede que el senador colorado cuenta con fuertes estructuras locales (departamentales), pero los encuestados no necesariamente conocen al precandidato. Algo similar sucede con Enrique Antía, en los blancos, que alcanza el 7%.