Redacción El País
El presidente de la República, Luis Lacalle Pou, estuvo ayer en Argentina para participar del evento anual de la Fundación Libertad, una cena que reunió a empresarios y líderes de la región identificados con las corrientes liberales, como el presidente argentino Javier Milei o los exmandatarios Mauricio Macri y José María Aznar (España), entre otros.

Allí, ante un público que lo aplaudió más de una vez, Lacalle Pou reivindicó el rol histórico de los partidos políticos en Uruguay como sustento de la “cohesión social” y la democracia de su país, celebró la actual relación diplomática entre Montevideo y Buenos Aires, y en este contexto volvió a llamar al Mercosur un “corset” que no se abre a nuevos acuerdos, opinión que en el pasado le valió fuertes cuestionamientos del expresidente Alberto Fernández en el seno del bloque comercial sudamericano.

El discurso del uruguayo comenzó con las referencias positivas al actual gobierno liberal del vecino país, con quien, luego de muchos años, se acordó el dragado a 14 metros del acceso al puerto de la capital uruguaya.

“Fíjense el cambio de gobierno en Argentina lo que generó en mi país”, dijo en este sentido Lacalle Pou, que insistió: “Asume este gobierno y a los dos o tres meses Uruguay, como debió hacer hace mucho tiempo, se beneficia de poder dragar el canal de acceso” a su terminal portuaria.

Y esto dio pie a Lacalle Pou para afirmar que ahora su gobierno empezó a “soñar” con otras coincidencias en la agenda bilateral con Argentina que puedan trasladarse a la región, y enseguida pasó a referirse al Mercosur, cuyo funcionamiento, rigidez y falta de avances en acuerdos comerciales ha denunciado en las cumbres presidenciales del bloque.

Entonces propuso que, junto con la conocida posición crítica con el actual statu quo del Mercosur que tiene Milei, ambos mandatarios unan fuerzas para que esta alianza comercial deje de “ser ese corset” que hace que hoy en día sea “la quinta zona más proteccionista del mundo”.

“Uruguay quiere jugar en la cancha grande; esperemos que el gobierno de Argentina, como lo dijo (Milei) en campaña, (y) estoy seguro de que va actuar en consecuencia, insista en un Mercosur que avance”, dijo el presidente uruguayo, que agregó algo sobre lo cual ha insistido prácticamente durante todo su mandato: “Si no quiere avanzar el Mercosur, porque cada uno tiene sus particularidades, que le digan a Uruguay: ‘Bueno, arrancá si te tenés fe’. (Porque) nosotros queremos arrancar; y después vendrán los demás. Pero seguir inmóviles en un mundo que avanza tan rápidamente es un atraso para nuestra región”.

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A continuación, Lacalle Pou se refirió a la “fórmula uruguaya” o incluso a la “receta Uruguay”, para destacar lo que a su criterio define la fortaleza institucional de su país, que suele ser elogiada en la región.

Advirtió antes que nada que esa clave democrática de la que los uruguayos están “satisfechos” aunque “no conformes” no es necesariamente “transpolable” a otras sociedades o sistemas políticos. Pero de todos modos destacó que responde a una tradición uruguaya que está más allá de los gobiernos de turno.

A pocos minutos de que llegara a la cena el presidente Javier Milei -un outsider que alcanzó el gobierno de Argentina en las elecciones de diciembre-, Lacalle Pou afirmó entonces que lo que predomina en Uruguay es un “Estado fuerte” que se sostiene porque cuenta con “instituciones fuertes”. Para que pueda darse esto, explicó, tiene que haber una “clara separación de poderes”, aunque esa mentada “separación” del Poder Ejecutivo con el Judicial y el Legislativo no puede implicar un “divorcio” institucional. Pero la “separación” es una realidad, agregó.

“Tiene que haber una democracia fuerte, y en Uruguay la democracia fuerte, ¿saben a quién se la debemos?, y no es muy popular lo que voy a decir: a los partidos políticos”. Y añadió: “Sin partidos políticos fuertes es más riesgosa la democracia”. Y recordó que en Uruguay esto es una realidad de muchísimo tiempo: “El mío (por el Partido Nacional) tiene 187 años, el único más viejo es el Partido Conservador inglés”.

La importancia de estos colectivos que se organizan para generar opinión y proponer a la ciudadanía candidatos a cargos de responsabilidad en el gobierno y en el Parlamento, continuó Lacalle Pou, es que dan un marco de actuación para quienes llegan al poder.

“El partido te limita, te contiene, te obliga” a seguir una ruta, aseguró. “El andarivel será más o menos ancho, pero la carta de valores, los principios, los programas y las instituciones partidarias ayudan, condicionan (pero) no determinan, la actitud en este caso de un gobernante”.

Y acto seguido volvió sobre una idea que también es recurrente en sus discursos: que pese a que este contexto institucional es la regla en Uruguay, los debates políticos en su país son de todas formas cruentos, aunque siempre se evita que la sangre “llegue al río”.

Por eso dijo que ha gobernado bajo el espíritu de una frase que repite a menudo -“fuerte con las ideas, y suave con las personas”- que vio escrita en un mural, en el interior de Uruguay, durante la campaña presidencial de 2014, y que desde entonces hizo suya.

“En nuestro caso -puso de ejemplo- había un programa de un partido, después hicimos una coalición de cinco partidos, tuvimos que negociar, transar y pasar las leyes más importantes”. Y concluyó afirmando que todo esto conduce a una fuerte “cohesión social”, que es fruto de su solidez institucional.

“Sin cohesión social no hay posibilidad de gozar la libertad individual”, cerró el presidente Lacalle Pou.