En el gobierno de Luis Lacalle Pou tienen asumido que el panorama electoral que se abre ahora, ya entrando en la recta final del actual período y a las puertas de la campaña por las elecciones del año próximo, será más adverso que en 2019.

Lo han dicho todas las encuestas de este 2023, que aunque dieron cuenta de una paridad entre los bloques de la coalición multicolor y el Frente Amplio, mostraron también en general una leve diferencia a favor de la coalición de izquierda, que hace que esta encare el año electoral con un “moderado optimismo”, al decir de su presidente, Fernando Pereira, para quien las circunstancias se parecen más a las de 2004 que a las de 2019.

El último informe de Equipos Consultores, por ejemplo, muestra que el Frente Amplio termina el año con 45% y logra así “un registro que no alcanzaba desde hace mucho tiempo (más específicamente, desde 2014)”, mientras que el oficialismo culmina el 2023 con un 38%, con lo cual la conclusión es que la coalición de izquierda se encuentra hoy “en una posición ventajosa, aunque lejos de ser definitiva”.

Pero que el panorama sea más adverso no quiere decir que el gobierno asuma que la coalición vaya a ser derrotada en los comicios de octubre. Más bien todo lo contrario. Según indicaron a El País fuentes oficiales, en Presidencia entienden que la alianza oficialista va a tener un desempeño electoral menor al de las elecciones en las que se estrenó -las de 2019-, pero que de igual manera mantendrá la mayoría parlamentaria, algo que adelantó El Observador días atrás.

El análisis de esto es simple: que el Frente Amplio confirmará un crecimiento electoral fruto de la tarea opositora, mientras que el oficialismo puede perder algunos puntos porcentuales por el “desgaste” de estar en la administración.

La incógnita en el Poder Ejecutivo, entonces, es qué ocurrirá en el muy probable balotaje que habrá en noviembre con la fórmula frenteamplista y la del Partido Nacional -representando a la coalición multicolor.

En público, y como suele ocurrir, los principales dirigentes del Partido Nacional han transmitido que tienen confianza en salir airosos tanto en los comicios de octubre como en los de noviembre. Es algo que ha dicho en distintos actos el ministro Martín Lema y que ha declarado en varias oportunidades el precandidato favorito de los blancos, Álvaro Delgado. “Estoy convencido de que podré ganar con más apoyo que en 2019”, dijo este último en entrevista con El País días atrás.

De todas formas, el desafío del oficialismo es recuperar pie en las encuestas de este año, y para eso las esperanzas apuntan en gran parte a algunos resultados que se espera que pueda mostrar el gobierno en este 2024 electoral que está por comenzar.

El repunte del salario real y la mejora en la tasa de empleo -que llegarán a mejores niveles que los que había en el último gobierno del Frente Amplio, según se espera- son dos indicadores de que en la Torre Ejecutiva apuestan a que tengan su impacto en el balance que hará la gente antes de decidir si darle un voto de confianza a este gobierno o elegir la alternancia que ofrece el Frente Amplio.

Y a esto se suma la obra pública, un eje de esta gestión al que Lacalle Pou le ha dado particular prioridad y que lo tiene en movimiento por todo el país.

Asimismo, también hay cosas que no dependen ni del mandatario ni del Partido Nacional, sino de la actuación de la coalición como bloque.

En este sentido, en la Torre Ejecutiva hay una evaluación crítica con laestrategia “equivocada” que, a su juicio, viene llevando adelante Cabildo Abierto, el partido que lidera el senador Guido Manini Ríos, que en varias oportunidades ha votado en el Parlamento en contra de la coalición gobernante. “Debería ser el más oficialista de todos”, indicaron a El País las fuentes consultadas.

Pero Cabildo ha sido todo lo contrario. Solo en este último año, este partido condicionó su apoyo a la reforma previsional a que fueran contempladas sus exigencias -con lo cual la alianza casi queda por el camino-; fue duro con el gobierno durante la discusión por la última Rendición de Cuentas; no apoyó al exministro del Interior Luis Alberto Heber en su última interpelación; y votó con el Frente Amplio para levantar el veto presidencial a la ley para los extrabajadores de Casa de Galicia.

La relación entre Lacalle Pou y Manini quedó tan tirante que hoy en día no mantienen casi comunicación.

Martín Lema es uno de los dirigentes blancos que más enfático se muestra al referirse a la expectativa que se mantiene de cara a las elecciones próximas. “Estoy convencido de que la coalición va a ganar”, ha dicho el ministro en varios de los últimos actos nacionalistas en los que participó. “Hay que insistir en todo lo hecho, en cómo se enfrentaron adversidades, en cómo se impulsaron transformaciones y en la necesidad de un nuevo gobierno” a cargo de esta alianza oficialista, dijo también el nacionalista.