MÁS QUE GANADORES

El ajustado triunfo del No a la derogación de los 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración (LUC) trajo para los analistas políticos distintas lecturas que escapan al recurso que estaba en pugna.

Como en elecciones anteriores, los resultados arrojaron cierta paridad entre dos grandes bloques. No obstante, el voto por la papeleta celeste superó al de la rosada, sin necesidad del voto en blanco que sumaba a favor del No.

La tendencia vista en el balotaje del 2019 se mantuvo con la presencia de dos sectores bien marcados, uno con su bastión electoral en el área metropolitana y en competencia relativa en el litoral (incluso el rosado triunfó en Paysandú). El otro con su mayor caudal en el noreste del país.

Los votos anulados, a su vez, casi triplicaron a los votos en blanco, lo que podría leerse como un interés de buena parte de los electores por incidir lo menor posible en el resultado final.

Así las cosas, la presencia opositora sólida hace que, de aquí en más, el diálogo será una de las clave para la generación de consensos.

La paridad vista en el resultado, a su vez, podría ser un incentivo para la militancia de ambos bloques que ya empezaron a rodar. La socióloga Mariana Pomiés había dicho a El País que desde hoy se inicia con más énfasis la campaña hacia 2024, dado que el engranaje electoral ya se puso en funcionamiento.

El triunfo de la coalición en 2019 fue un golpe duro para el Frente Amplio y un gran impulso para la coalición multicolor, que sacaba a la izquierda del gobierno después de 15 años. Hoy, la situación es distinta y, al menos desde lo emocional, abre un nuevo juego.

Uno de los desafíos que traerá esta campaña hacia 2024 es cómo persuadir a un electorado algo agotado, con altas cifras de indecisión según lo que reflejaron las encuestas y entre los cuales hubo un incremento del voto anulado.

Al cierre de esta edición, la Corte Electoral estaba recibiendo los datos de los últimos circuitos.

Hoy lunes la Corte tiene su tradicional jornada de descanso y mañana empieza el escrutinio departamental definitivo. A partir de entonces se sabrá cómo se comportaron los más de 35.000 votos observados.