Las negociaciones del Mercosur se "han trabado" por asuntos internos de Brasil, dice Bustillo

Según el canciller, la “revisión” de Lula sobre las administración de Jair Bolsonaro enlenteció concreción de acuerdos del bloque. Además, destacó la “política de Estado” que impulsa su ministerio.

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El canciller Francisco Bustillo
El canciller Francisco Bustillo.
Foto: Estefanía Leal

Redacción El País
En la Cancillería tienen asumido que, más allá del ímpetu que imprima el gobierno para firmar nuevos acuerdos comerciales, Uruguay siempre va a depender de los intereses de los países grandes y, en particular, de los de la región.

Por eso el ministro de Relaciones Exteriores, Francisco Bustillo, afirmó esta semana en el Parlamento que más allá de lo que este gobierno ha empujado para “avanzar en la profundización del Mercosur” para así abrirlo más “al mundo”, en última instancia Uruguay sigue dependiendo de la anuencia de los hermanos mayores del bloque, Argentina y Brasil -y en lo que respecta a las negociaciones actualmente en curso, especialmente este último- o del ritmo al que quieran avanzar estos mismos socios en las líneas de negociación abiertas.

Y que ese ritmo es lento, casi estático o paralizante para lo que busca el gobierno de Luis Lacalle Pou es un reclamo que el propio jefe de Estado y su canciller vienen haciendo desde hace meses, y que Bustillo volvió ahora a hacer referencia ante la comisión de Asuntos Internacionales de la Cámara de Diputados en la sesión de este miércoles.

“Hoy en día debemos estar en unas 10 negociaciones abiertas, pero ninguna culminada”, dijo el jerarca al hacer un diagnóstico del bloque, de acuerdo a la versión taquigráfica a la que accedió El País. “A tal punto es así que, inclusive, cuando Paraguay hace el traspaso de su presidencia Pro Tempore a favor de Uruguay en Asunción (julio de 2022), celebramos la culminación de las negociaciones con Singapur, es decir Mercosur-Singapur -siguió explicando-. Bueno, eso no fue así; las negociaciones siguen abiertas”. Y la razón, dijo, es Brasil, que aunque anunció que buscaba “negociar aspectos mínimos” que restaban con Singapur, lo que “lamentablemente” terminó ocurriendo es que no fueron tan mínimos. “Hoy la negociación está abierta porque Brasil no ha terminado de cerrarla. Es más -agregó-: en términos generales, Brasil está bajo revisión de todo lo que hizo el gobierno anterior (de Jair Bolsonaro), por lo que distintas negociaciones planteadas se han trabado. Concretamente, con la Unión Europea”.

Con eso último, el canciller se refirió al más reciente capítulo del relacionamiento internacional del Mercosur, que este año retomó las negociaciones con los europeos, quienes entregaron un nuevo documento con exigencias ambientales que en estos momentos analiza el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva.

Se trata de unas negociaciones que ya llevan casi 25 años y que habían llegado a una supuesta culminación en 2019, pero que desde entonces nunca fueron ratificadas.

“Fue un anuncio político, porque quedaban cuatro o cinco temas por cerrar, que heredamos”, dijo sobre esto el ministro.

Bustillo recordó asimismo que Brasil no solo está estudiando la agenda ambiental, sino que también busca “incorporar (el capítulo de) compras gubernamentales” entre las asignaturas a reabrirse para ser negociadas, lo que complejiza aún más la situación.

además

Aeropuerto de Rivera pasa a ser binacional

Como fue anunciado meses atrás, Uruguay y Brasil finalmente firmarán el acuerdo que transformará al aeropuerto de Rivera en binacional el próximo 14 de agosto, cuando visite el país el canciller brasileño Mauro Vieira.

“Esa es una muy buena noticia y el primer mojón de lo que acordamos en Brasilia” a fines de febrero de este año, señaló el ministro Francisco Bustillo ante los diputados de la comisión de Asuntos Internacionales.

La meta, China

El otro gran desafío en materia de inserción internacional al que se refirió el ministro en el Parlamento tiene que ver con las negociaciones con China para la firma de un eventual Tratado de Libre Comercio (TLC), proceso que ya tiene finalizada la etapa del estudio de factibilidad conjunta, cerrada en julio del año pasado. “No es una instancia menor. La han buscado todos los gobiernos”, afirmó Bustillo sobre esto, luego de destacar que el avance que según él hizo Uruguay en esta dirección -y en la de otro posible TLC con Turquía-, pese a las resistencias mostradas por los socios del Mercosur, fue posible porque en su momento se contó con el aval del “gobierno anterior de Brasil”.

Y destacó que tener pronto un estudio de factibilidad, por más que de momento solo está eso -China ha comunicado en las últimas semanas que ahora prefiere esperar a ver si las señales de Lula da Silva se concretan y el Mercosur también se incorpora a estas negociaciones- es importante en la medida en que constituyen “los cimientos del edificio” del futuro acuerdo.

“Después se verá si se construye una casa, un edificio o un rascacielos. Son los cimientos o el prólogo del libro”, señaló el canciller, que volvió a referirse a la meta que tiene hoy el gobierno en este tema, en el que ha buscado posicionarse con un sentido pragmático: “En definitiva, como he dicho en toda ocasión, nuestro compromiso es el de seguir dando pasos firmes no solo con China sino con todo país que muestre interés de negociar con Uruguay. (...) Es el compromiso -agregó- que de una forma u otra han exhibido todos los gobiernos, los que me antecedieron y no tengo duda que también los que nos vayan a suceder”.

Otro punto que mencionó Bustillo fue el relacionamiento de Uruguay con los vecinos del barrio, y aquí destacó los avances logrados en la agenda bilateral, sobre todo con Brasil (ver recuadro), y el buen vínculo con todos en términos generales, al margen de las rispideces generadas en las últimas cumbres del Mercosur en las que Lacalle Pou fue siempre enfático al defender su postura de modernizar y flexibilizar el bloque, además de defender la legitimidad de su país para avanzar en acuerdos con terceros países.

Por último, el canciller insistió con que el objetivo del gobierno es llevar adelante “una suerte de política exterior de Estado”, en el sentido de que no se está “reformulando nada”.

“Hemos sido herederos de una política exterior que no tiene nada por inventar, sino que son distintos peldaños de una construcción permanente que se hace. Si estamos hoy en estas instancias es porque otros hicieron su trabajo muy bien”, concluyó el ministro.

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