Ñoquis de papa con salsa parisien, bondiola con verduras al horno y polenta con tuco. Estas tres preparaciones formaban parte del menú al que pudieron acceder las 8.628 personas que se acercaron el juevesa conseguir un plato de comida a través de las vías de distribución previstas por el Ministerio de Desarrollo Social (Mides).
Y esa fue la misma comida que este viernes pudieron probar varios senadores y diputados, convocados por el ministerio para conocer directamente las características del Plan de Alimentación Territorial (PAT), que se viene implementando desde abril y que cuya base principal está en la ubicación de distintos puntos "fijos" y "móviles" de entrega -más allá de los comedores- con el fin de garantizar una mayor cobertura en el suministro.
Por el comedor 1 del Instituto Nacional de Alimentación (INDA), ubicado en Ciudad Vieja, pasaron, entre otros, Gloria Rodríguez, Juan Straneo y Alfonso Lereté (Partido Nacional), Felipe Schipani, María Eugenia Roselló y Carmen Sanguinetti (Partido Colorado) y Guillermo Domenech (Cabildo Abierto). Todos probaron lo que se les ofreció - algunos más de una vez - y se mostraron conformes.
Todos elogiaron la calidad y las características de los alimentos ofrecidos. Cada uno, se calcula, pesa unos 500 gramos y aporta entre 600 y 700 calorías e incluye una pieza de pan de 50 gramos. Por lo bajo, alguno expresó que la cantidad servida era "suficiente" y otro señalaba que los platos se quedan cortos a la hora de asegurar un "sentido de saciedad", como afirma el Mides.
El interés principal del ministerio estaba en exhibir el plan ante integrantes del Frente Amplio, que en las últimas semanas se mostraron fuertemente críticosante su implementación. Las que aceptaron la invitación fueron las diputadas Cecilia Cairo, Cristina Lustemberg y Claudia Hugo. De todos sus colegas, fueron las que mostraron una mayor atención a las explicaciones que se iban dando. Fueron las únicas, además, que realizaron consultas para evacuar sus dudas. El ministro Martín Lema valoró su presencia como un "gesto republicano".
El Mides organizó así una demostración para despejar una de las críticas centrales que llegaban desde la oposición. Los legisladores pudieron comprobar cómo las bolsas con alimentos congelados, que se entregan en los distintos puntos de distribución, calentadas en una olla a baño maría y servidas en un plato adquirían el aspecto de una comida tradicional.
Ninguna de las tres legisladoras frenteamplistas aceptaron "degustar" los platos. Lustemberg le dijo a El País que su visita no respondía a ese objetivo. "Queríamos conocer el alcance del plan, cómo se accede y cuántas personas acceden", indicó y agregó que había recibido una serie de inquietudes sobre dificultades en ese sentido. La prioridad, dijo, no era participar en la "degustación", ya que las dudas no pasan por la composición o la cantidad de los alimentos.
La preocupación, agregó Lustemberg, pasa porque este plan no se limite a tener un mero carácter asistencialista. De allí la inquietud de conocer qué otro tipo de políticas desarrolla el Mides con las personas que van a buscar una vianda. La diputada subrayó que ciertos sectores de la población atraviesan una situación de inseguridad alimentaria grave y de allí es que marcó la necesidad de otro tipo de estrategias para el acompañamiento social de esas familias que, remarcó, deben ser de conocimiento público. "Tenemos que resolverlo como Estado", afirmó.
Las legisladoras frenteamplistas reclamaron información por escrito de todos los detalles del plan.
El programa en cifras
En concreto, a través del PAT recibieron este jueves una vianda 3.028 personas. De ese total, 1.326 personas se alimentaron en alguno de los "puntos fijos" que distribuyen comida a través del nuevo programa. El plan también se basa en "puntos móviles". Por allí pasaron el jueves 1.702 beneficiarios. Según el Mides, el programa viene sumando 30 nuevos usuarios por día en las últimas semanas.
Otras 2.518 personas pasaron por alguno de los seis locales del Sistema Nacional de Comedores. Allí también se le dio de comer a 3.082 usuarios de otros programas del Mides. El ministro Martín Lema se preocupó en recordarles a las diputadas que en 2019 el gobierno de Tabaré Vázquez había dispuesto el cierre de dos de esos comedores. También qué criterios se utilizaron para determinar la ubicación de los nuevos puntos de distribución.
Allí el principal insumo fue un estudio que en julio del año pasado señaló por primer vez dónde estaban las principales adversidades en materia alimentaria en el país. El ministerio pudo así determinar el "área chica" en cuanto a la gestión y acciones más eficientes.
La habilitación, según se señaló, suele demorar unos 15 días a partir de la inscripción. De todas formas, el Mides aclaró que cualquier persona que se acerque a pedir una vianda, esté inscripta o no, la recibirá.
¿Qué otras prestaciones reciben? La duda de la oposición
Otra de las preocupaciones de la oposición pasa por si una persona que acude al sistema para alimentarse puede mantener otras prestaciones que pueda requerir. En particular, si un niño puede recibir comida allí al tiempo que sus padres perciben la asignación familiar correspondiente. La explicación pareció tranquilizar a las diputadas: ambas posibilidades no son excluyentes.
La explicación del Mides también apostó a la "transparencia" a la hora de informar los costos del plan y la forma de contratación de las tres empresas seleccionadas para elaborar los alimentos. Según se indicó, el contrato es por elaborar 1,2 millones de viandas y aportar los aspectos logísticos para la implementación del plan.
El Mides proyecta a través de estas vías llegar a entregar unas 10 mil viandas al día, por lo que con la actual demanda, el contrato se cumpliría en cuatro meses. De todas formas, existen recursos ya previstos para renovar los contratos por un período similar, además de insistir en que cualquier persona que se acerque a pedir ayuda la recibirá. Para este año estaban previstos $ 155 millones y otros $ 260 millones en 2024 que irán directamente al sistema de alimentación.
En esa línea de "transparencia" fue que el ministro Lema invitó -especialmente a las legisladoras del Frente Amplio- a pasar sin aviso por algunos de los puntos de distribución para comprobar la realidad in situ.