No es un momento fácil para el gobierno que, desde hace varios meses, le ocurre que cuando supera una crisis enseguida llega otra y, en ocasiones, se yuxtaponen, como está pasando ahora: mientras enfrenta una histórica sequía con fuerte impacto en el suministro de agua en Montevideo, la Policía debe lidiar con un aumento y recrudecimiento de los asesinatos.
Con el foco puesto en ello, y en conocer “de primera mano” qué está haciendo en detalle el Ministerio del Interior para combatir la ola de homicidios, el presidente Luis Lacalle Pou recibió ayer al ministro Luis Alberto Heber, al director de la Policía Nacional, Mario Azambuya, al jefe de Policía de Montevideo, Mario D’Elía y a los jefes de zonas y comisarios de las 25 seccionales de la capital -que es donde se concentra tanto este problema como el narcotráfico.
En el piso 11 de la Torre Ejecutiva, D’Elía hizo una presentación apoyado en imágenes sobre el despliegue táctico que está haciendo la Policía en todo el departamento, los operativos que están en curso, la cantidad de bocas de droga cerradas, los sistemas de patrullajes activados -incluyendo los que hace la Guardia Republicana a caballo hasta los circuitos que hacen los helicópteros- y el comportamiento de los delitos en los distintos barrios, según indicaron a El País participantes del encuentro.
También se dio detalles sobre la evolución de los distintos ilícitos durante este primer semestre, en el que han bajado las rapiñas y los hurtos en comparación con 2019, pero no así los asesinatos, que si bien -al cierre de estos primeros seis meses- mostrarán una baja respecto a 2022, hay un “leve aumento” con los ocurridos en el último gobierno del Frente Amplio, cuando se registraron unos 173 asesinatos.
Fue una reunión -planificada desde hacía más de un mes- que en la jerarquía policial se calificó como “amena y profesional” y en la que el presidente transmitió su “pleno respaldo” a la estrategia de seguridad implementada, indicaron fuentes de la cartera. Es más: los felicitó, les pidió que “no bajen los brazos” y les recordó que, como ha declarado en campaña electoral, él busca ser “el primer policía en la calle”.
Abajo, tras terminar la reunión de poco más de una hora, Heber dio una breve rueda de prensa en la que aludió el “despliegue (policial) importante” que a su juicio hay en Montevideo, aunque el ánimo del gobierno es que todavía no alcanza. “Naturalmente, tenemos que mejorar nuestros resultados y en función de eso vamos a incrementar el trabajo y la presencia policial en lo que tiene que ver con el despliegue, con varias operaciones tácticas que tiene la Policía”, dijo Heber, que agregó, ante la consulta de si la ciudadanía notará cambios en la vida diaria, que habrá “más presencia de la Policía en la calle”.
Exceso de certificación sigue siendo un problema
El ministro del Interior también se refirió a la excesiva cantidad de policías con certificación médica que sigue teniendo la cartera de seguridad, lo que limita en forma considerable a la fuerza a la hora de utilizar sus recursos.
“Son policías fundamentales para el cumplimiento, sobre todo, del patrullaje”, reclamó Luis Alberto Heber. “Es una situación que venimos denunciando desde el primer día”, dijo y agregó que hay casos de funcionarios que continúan trabajando en otro lado.
Más trabajo
El ministro deberá afrontar una nueva interpelación parlamentaria que llevará a cabo el Frente Amplio el próximo 28 de junio en Diputados en la que, como lo viene pidiendo el presidente de la oposición, Fernando Pereira, le solicitarán la renuncia.
Ya con esto en el horizonte cercano, al cabo de este encuentro -que finalizó sobre las 17- Heber se trasladó desde la Torre Ejecutiva al Parlamento para reunirse con legisladores de la coalición de gobierno e intercambiar sobre los principales ejes de la argumentación que ofrecerá el ministro la semana próxima ante las preguntas del Frente Amplio.
En esa sesión con los representantes, el secretario de Estado ya adelantó a la prensa que dará a conocer las nuevas cifras de delitos e insistirá con conceptos como los que refirió ayer luego de la reunión en Presidencia: “La lucha contra el narcotráfico es el principal factor de la suba de los delitos en términos generales. Todos saben, lo he dicho hasta el cansancio, que cada vez que cerramos una boca de pasta base baja el delito de la rapiña y el hurto casi hasta un 23% en la zona, y por otro lado la lucha que estamos teniendo contra esta red de narcotraficantes que tiene nuestro país tiene como resultado la disputa más violenta por territorio y cobro de cuentas, por menos dinero y droga en la calle. Esto lleva a un análisis aún mayor que en pocos días lo estaré haciendo en el Parlamento cuando se me interpele”.
Sobre la instancia con el primer mandatario, el ministro señaló que se recibieron “opiniones” sobre los procedimientos del ministerio” pero que no hubo lineamientos que indicaran “modificaciones de planes”. “Dio opiniones sobre la exigencia que el poder político le está haciendo a los profesionales de la Policía, (que es) tener mejores resultados que lo que estamos teniendo”, detalló.
“Mucha gente que se dedica al narcotráfico hace sicariato”
El aumento de la violencia en los homicidios -cuerpos que aparecen desmembrados, atados o calcinados- se ha hecho más frecuente en las últimas semanas, para preocupación del Ministerio del Interior y la Policía de Montevideo. Luis Alberto Heber, al respecto, aludió a las prácticas de los narcotraficantes. “Justamente -dijo-, uno de los objetivos (de estos delincuentes) es infundir temor; uno de los objetivos es generar horror, terror a lo que son las bandas”.
Aseguró también que se trata de un “fenómeno” que sucede desde hace tiempo pero que “no debe llevar a la Policía (a dar) pasos atrás”. “(Tenemos que seguir) combatiendo a estos delincuentes con toda nuestra fuerza como para abatir, cerrar, perseguir y capturar a quienes utilizan estos medios”, sostuvo.
Consultado sobre si ya actúan en territorio nacional grupos de sicarios -asesinos que trabajan por encargo-, Heber respondió que aún no fueron registrados: “No los hemos detectado. Entendemos que mucha gente que se dedica al narcotráfico hace sicariato”.
Como sea, lo que sí está claro para la Policía es que un factor relevante que explica el alza de los asesinatos es la política de seguridad que se lleva adelante contra el narcotráfico. Pues al cerrarse bocas e incautarse drogas se produce una disputa territorial “más violenta” entre los grupos criminales, concluyó el ministro del Interior.
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