EL CAMINO DE LA LEY
El proyecto fue sancionado el miércoles pasado tras 76 días de intensa discusión.El viernes fue promulgada por el Poder Ejecutivo, uno de los pasos necesarios para que comience a regir
Faltaba poco más de un año para el balotaje. El domingo 21 de octubre de 2018 El País publicó una entrevista con el entonces precandidato presidencial Luis Lacalle Pou, quien habló de un gobierno “multicolor” que empezaría a negociar en la transición una “gran ley de urgencia” que reuniría “todo lo que haya que modificar del Estado” salvo lo presupuestal.
Aquella fue una de las primeras veces que Lacalle habló en forma pública de una ambiciosa ley de urgente consideración, hoy más conocida como la LUC. En aquel entonces, cuando la campaña electoral apenas asomaba, el equipo más cercano del hoy presidente guardaba en los archivos de sus computadoras la base de lo que tiempo después sería un proyecto “ómnibus” que centralizó su amigo Rodrigo Ferrés, hoy prosecretario de Presidencia.
“Va todo lo que se modificará. No va a ser una ley corta. Ni chica (...) Si no somos capaces de hacer en los primeros días una ley de urgente consideración que tiene plazos perentorios de aprobación, el primer año lo perdiste”, dijo Lacalle Pou al periodista Pablo Fernández en aquella entrevista.
Y pasó el tiempo. Lacalle ganó las elecciones y se inició una compleja negociación de cinco partidos que integraban la coalición. Llegó el 1° de marzo y, cuando la LUC estaba casi pronta para ser enviada al Poder Legislativo, estalló la pandemia del coronavirus.
Así que el gran proyecto de Lacalle Pou -un conjunto de reformas que incluye temas tan disímiles y profundos como la legítima defensa, la inclusión financiera y la creación del Ministerio de Ambiente, así como otros cambios muy específicos que van desde la elaboración de chorizos artesanales al derecho a la portabilidad numérica- debió esperar y llegó al Parlamento más tarde de lo proyectado. Al final ingresó el 23 de abril con 501 artículos, pero ya se sabía que habría negociaciones posteriores que le introducirían cambios relevantes al texto, como en aspectos del capítulo de seguridad y de educación. También se retiraron artículos polémicos que solo tenían apoyo del Partido Nacional, como la libre importación de combustibles y el uso de infraestructura de Antel por parte de privados.
El proyecto fue sancionado el miércoles pasado tras 76 días de discusión: tiene 476 artículos. El viernes fue promulgada por el Poder Ejecutivo, uno de los pasos necesarios para que comience a regir. Es, parece bastante claro, un éxito para Lacalle, aunque el tiempo dirá si termina siendo o no un instrumento que quede como un legado de este gobierno. Como pasó con la reforma tributaria o de la salud de Tabaré Vázquez, la reforma de la seguridad social o la reforma educativa de Julio María Sanguinetti y la ley de empresas públicas de Luis Alberto Lacalle Herrera.
Se puso a prueba a una nueva coalición de varios partidos. Y hubo naturales tensiones y negociaciones en esa discusión de la LUC (hasta el Frente Amplio sugirió cambios en la redacción del proyecto y, por ejemplo, en el Senado votó el 47% de los artículos).
El proceso fue “razonablemente exitoso”, resumió el profesor en Ciencias Políticas Jorge Lanzaro, porque la LUC pone en práctica una serie de políticas a las que el presidente “le asignaba mucha importancia” y porque una coalición que se armó inicialmente para “desplazar al Frente Amplio” se terminó transformando justamente en coalición de gobierno durante la discusión de la ley. Algo parecido opinó el sociólogo Eduardo Bottinelli, director de la consultora Factum: “El resultado final termina siendo exitoso tanto para Lacalle Pou como para la coalición porque lograron aprobar en los plazos una ley que, se sabía, había aspectos centrales que eran difíciles que fueran incluidos, como la desmonopolización de Ancap y el tema de Antel”. Esos cambios eran esperables porque “dentro de la coalición había opiniones distintas”.
Para la socióloga Mariana Pomiés, directora de Cifra, también es “una gran victoria para el presidente” porque Lacalle había depositado “buena parte de su plan de gobierno” en esta ley. “Era fundamental para llevar adelante su programa de gobierno y era clave que la coalición se mantuviera unida y fuerte”, indicó Pomiés.
Es decir, que la coalición no se partiera ni se debilitara por la LUC y, en ese sentido, Lacalle tuvo cintura al ceder en temas “que podían generar rispideces” de los socios, según Pomiés. Y la crisis sanitaria ayudó porque no hubo grandes movilizaciones contra le ley.
Lo que se viene.
Todo esto puede ser una prueba de fuego para la negociación del futuro proyecto de ley de Presupuesto. Algo así como una antesala de esa fuerte discusión.
“Será un trámite complejo”, avisó Lanzaro. “Lo es usualmente en un gobierno monocolor, porque la relación entre Presidencia, el Ministerio de Economía y Finanzas, la OPP y los ministerios siempre es complicada. Acá se complica más porque son socios coalicionales los ministros y también los parlamentarios”, recordó.
¿Y la LUC cambiará en algo al país? Dependerá, en el fondo, de las reglamentaciones y de cómo se aplique, cómo se baje a tierra. “La ley puede ser muy abarcativa y profunda y tal vez no cambia nada”, afirmó Pomiés. Hay que ver, además, cómo sale el país de la crisis económica y sanitaria. Mientras tanto, hoy “la LUC queda en un segundo o tercer plano en las preocupaciones de la gente”, explicó la directora de Cifra. No así en las del gobierno, donde el lugar es central.
Ancap y las diferencias dentro de la coalición
Cuando el gobierno envió a fines de abril al Parlamento el proyecto de ley de urgente consideración, había varios artículos cuyas propuestas no estaban incluidas en el acuerdo programático previo alcanzado por los partidos de la coalición de cara al balotaje. Pero tal vez el ejemplo más claro era la desmonopolización de Ancap, una preocupación del presidente Luis Lacalle Pou manifestada durante la campaña electoral pero no compartida por los socios.
Esa parte del proyecto fue modificado y se acordó una redacción alternativa sobre el precio de los combustibles que está bastante lejos del planteo original.
El sociólogo Eduardo Bottinelli, director de la consultora Factum, dijo a El País que “fue la diferencia más resonante porque claramente es la exposición más clara de las diferencias de concepción de país y del rol de las empresas públicas que hay dentro de la coalición”.
Y explicó: “Una cosa es lo que representa Cabildo y otra el Partido Nacional, por ejemplo”.
Cuando el Senado aprobó esta semana los cambios de Diputados, el senador frenteamplista Mario Bergara dijo que el aporte de su partido a la LUC fue hacerla “un poco menos mala del pésimo proyecto enviado”, aunque sigue “negativo en todas las áreas”.
¿Y cómo se explica la posición de la izquierda? El Frente votó en contra de la ley pero, durante la votación en particular, los legisladores opositores apoyaron casi la mitad del articulado.
El sociólogo Eduardo Bottinelli, director de la consultora Factum, dijo a El País que el Frente “intenta encontrar su lugar” e hizo una oposición negociada. “No hizo una oposición dura y total a todo. Eligió el camino de oponerse a cosas innegociables, buscar modificaciones en otras y votó lo que le parecía razonable”, indicó.
“Hay que ver qué pasa con el Frente Amplio de aquí en adelante porque no hay una estrategia clara de oposición y hay muchos elementos mezclados”, advirtió.
Mariana Pomiés (Cifra) dijo que el presidente Luis Lacalle Pou fue inteligente al “cederle algunas cosas al Frente para que acompañara”.
Es verdad: podrían haber sido decenas de proyectos de ley distintos, pero fue uno solo y aprobado en el primer semestre. ¿Fue una estrategia ante el riesgo de perder las mayorías parlamentarias después de los primeros años de gobierno? Es posible. El presidente Luis Lacalle Pou, dijo a El País el profesor en Ciencias Políticas Jorge Lanzaro, “quiso aprovechar el momento para sacar rápidamente productos legislativos” en una coalición “difícil” con socios que son competitivos. Es una coalición que “funciona muy armada en torno a los jefes políticos y que tiene como pívot, como líder de la coalición, al presidente”, indicó Lanzaro. “Los temas obviamente no son de urgencia: podrían haber ido en leyes separadas o en el paquete de la ley presupuestal”, opinó Lanzaro. “Es todo un programa de gobierno”.
Tener claro esto es uno de los elementos clave para entender la LUC, según Eduardo Bottinelli, director de Factum. “Una cosa es aprobar temas importantes al comienzo, con la coalición fuerte, y otra cuando haya ruidos más adelante y esté en riesgo el funcionamiento de la coalición”, indicó. Fue una decisión inteligente que “tiene que ver con los riesgos” que implicaba no hacerlo ahora.
El camino de la ley de urgencia.
Luis Lacalle Pou lo había anunciado mucho tiempo antes: el primer borrador del proyecto de ley de urgente consideración lo difundiría antes de asumir, para que tomara estado público y pudiera ser discutido. El 22 de enero recibió, junto a la vicepresidenta electa Beatriz Argimón y al prosecretario designado Rodrigo Ferrés, a los socios de la coalición (Ernesto Talvi, Guido Manini Ríos, Pablo Mieres y Edgardo Novick) y les presentó el texto. Más tarde lo subió a las redes sociales. Ese primer borrador tenía 457 artículos divididos en 10 capítulos.
“Recién ingresó formalmente al Parlamento el proyecto de ley de urgente consideración. Quiero agradecer especialmente a Rodrigo Ferrés por su trabajo, dedicación y compromiso. También agradezco a los políticos y técnicos de los partidos políticos por sus aportes. ¡Cumplimos!”, tuiteó Lacalle el 23 de abril a las 17.14, un rato después que el texto ingresara formalmente al Parlamento.
“Vamos pa’l Palacio”, dijo el presidente Luis Lacalle Pou a su circulo más íntimo en la mañana del miércoles 3 de junio, cuando el Senado discutía el proyecto de ley de urgente consideración. Fue algo inédito, al menos en las últimas décadas: Lacalle siguió un rato largo la discusión de la ley desde las barras. Ese día se votó la ley en general.
Ese día arrancó la votación en la Cámara de Diputados. En comisión se habían acordado 32 modificaciones al proyecto de la LUC entre los socios de la coalición y el texto también había sido apoyado por el diputado del Partido Ecologista Radical Intransigente (PERI) César Vega.
El Senado aprobó en una breve sesión los cambios realizados por la Cámara de Diputados al texto y sancionó por 18 votos en 30 la ley de urgente consideración. El presidente Luis Lacalle Pou tuiteó que sentía “gran satisfacción” por “un instrumento necesario, justo y popular”.
El Poder Ejecutivo promulgó la ley y ahora resta solo que sea publicada en el Diario Oficial. “Esta es una ley que fue debatida largamente, muy estudiada”, dijo el prosecretario Rodrigo Ferrés.