Redacción El País
“El tiempo que nos viene por delante nos enfrenta a muchos desafíos y nos da oportunidades. El gran desafío es el cambio climático, ya está visto. Lo vimos en la sequía, lo vive Uruguay. En Montevideo abren las canillas y el agua no sale”, dijo días atrás el presidente de Argentina, Alberto Fernández, al inaugurar el primer tramo del gasoducto Néstor Kirchner, durante un acto en el que también participaron la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y el ministro de Economía y precandidato peronista, Sergio Massa.
Aquel comentario le valió al presidente argentino una ola de críticas de parte del oficialismo uruguayo, que lo acusó de mentir sobre la crisis hídrica en Uruguay. “Internacionalizaron la militancia por la sequía. Ahora es el ídolo de Orsi el que miente”, escribió el senador del Partido Nacional Sebastián Da Silva, en referencia a la oportunidad en la que el intendente de Canelones dijo que Fernández era un “clase A de la política”.
La senadora nacionalista Graciela Bianchi, por su parte, también había manifestado que lo de Fernández fueron “mentiras internaciones”.
Y la cumbre de presidentes de la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) en Bruselas fue la primera oportunidad que tuvieron Fernández y el presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou, de conversar al respecto, en un marco dado por diferencias entre ambos gobiernos sobre cómo proceder como Mercosur en el ámbito internacional.
Al bajar del avión, Lacalle Pou fue consultado acerca de si había aclarado el tema del agua con Fernández, a lo que respondió: “Sí. Hicimos alguna broma”.
El gobierno uruguayo reivindicó en los últimos meses que las diversas medidas que tomó ante la crisis hídrica permitieron garantizar que el agua de OSE llegue a las casas de Montevideo y el área metropolitana pese al casi nulo caudal que tuvo la represa de Paso Severino por la falta de lluvias, aunque fuese con mayores de niveles de sodio y cloro que lo habitual.
Además,Lacalle Pou fue consultado sobre sus diferencias con otros presidentes del Mercosur, que tienen una postura contraria a la apertura de Uruguay. “No tengo diferencias con nada, puedo tener diferencias puntuales sobre acciones a tomar”, dijo y luego agregó: “Uno no puede poner mayor o menor afinidad personal en lo que hace a un país, y menos diferencias ideológicas”.
“Obviamente cuando uno ve el mapa del Mercosur puede ver con quién se tienen afinidades ideológicas o no, pero no pueden contar al momento de tomar acciones, entre otras cosas porque representamos a todo el país, no representamos a una coalición , a un partido o a una ideología”, concluyó el mandatario.