Redacción El País
Tras retirarse del país en 2019, la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) resolvió reforzar el seguimiento del país, al designar a "un oficial exclusivo" para Uruguay que operará desde su sede regional en Buenos Aires.

El ministro del Interior, Nicolás Martinelli, celebró esta noticia y se puso en contacto con el subadministrador principal de la DEA, George Papadopoulos, para agradecerle.

"Es una muy buena noticia la que hemos recibido", dijo el ministro en rueda de prensa y recordó que la DEA retiró sus oficinas de Uruguay en 2019 argumentando una "falta de comunicación con las autoridades de ese momento".

El ministro manifestó que él personalmente viajó a Washington para reunirse con sus autoridades y que Uruguay firmó un "memorándum de entendimiento" que fue el paso previo a esta definición. Según explicó, en dicho memorándum se definió el tipo de información que el país puede intercambiar con la organización, que es la relacionada con las personas vinculadas al narcotráfico o requeridas por la Justicia, el trabajo de Interpol y el relacionamiento con otras agencias internacionales.

Para el ministro, "no hace falta que la DEA tenga una oficina acá en Uruguay", pero valoró este paso porque "va a afianzar mucho más los lazos de trabajo y cooperación conjunta". En detalle, esperan lograr un "mejor y mayor intercambio de información, de recursos humanos y quizás también financieros en el apoyo a Uruguay en su lucha contra el narcotráfico".

La DEA no planteó ningún requerimiento a Uruguay para dar este paso, según indicó el ministro y esta definición "no tiene un plazo límite". "Una vez que el delegado se instale en Buenos Aires va a venir de forma permanente a Uruguay y eso se mantendrá en la medida en que haya voluntades de seguir trabajando", dijo al ser consultado sobre el riesgo de que este acuerdo culmine con las elecciones nacionales o el cambio de gobierno.