En el gobierno de Luis Lacalle Pou hay conformidad con algunos resultados que se vienen constatando en la evolución de los delitos, y así será transmitido hoy viernes en la Comisión Permanente del Parlamento por parte del ministro del Interior, Nicolás Martinelli, que será recibido para hacer una puesta a punto de la gestión de seguridad pública del año 2023.

Además de contar el despliegue policial que se está haciendo en distintos barrios de la periferia de Montevideo y defender el concepto de “enfoque dual” con el que Martinelli ha estado insistiendo desde que en noviembre asumió como ministro -en el sentido de atacar las causas de la delincuencia, conjuntamente con su represión-, el jerarca mostrará las cifras oficiales de los delitos cometidos el año pasado, y que ratifican la confianza del gobierno en el trabajo realizado.

Para empezar, porque los homicidios -algo sobre lo cual el Frente Amplio ha criticado con dureza- mantuvieron su nivel respecto a 2022. En concreto, de acuerdo a las cifras a las que accedió El País, los asesinatos fueron 382, uno menos que en 2022, año en que se había registrado un alza de 25% de estos crímenes, en comparación con el 2021, año pandémico que registró 306.

En Montevideo, que es donde se concentran la gran mayoría de los asesinatos, bajaron de 216 a 210 entre un año y otro. El departamento que le sigue es Canelones, en donde pasaron de 56 a 44. Y en Rivera, departamento fronterizo azotado desde hace años por el enfrentamiento de bandas de narcotrafricantes que operan tanto del lado brasileño como del uruguayo, los homicidios cayeron de 18 a 15.

En las rapiñas, los datos del Observatorio Nacional sobre Violencia y Criminalidad de Interior constataron una nueva baja, ya que estos delitos disminuyeron 4,4%. Los asaltos pasaron de 23.427 en 2022 a 22.390 el año pasado. De esta manera, el gobierno de Lacalle Pou logra por cuarto año consecutivo el descenso de las rapiñas.

Y si se comparan las denuncias de asaltos de 2023 con los denunciados en 2019 -último año del último gobierno del Frente Amplio-, la baja es de 26,9%. El porcentaje es algo mayor, indicaron a El País fuentes policiales, si lo que se contrastan son las “rapiñas consumadas”: en ese caso la baja es del 29%.

En los hurtos, en tanto, delitos que habían subido en 2022 -el aumento ese año había sido de 1,1%, aunque en los anteriores hubo una disminución-, en 2023 registraron también una baja: 2,7%. Pasaron de 113.954 a 112.747.

La cifra de los delitos, pero especialmente la de los homicidios, es desde hace al menos dos gobiernos uno de los principales temas de debate político entre oficialismo y oposición, y aún lo es más cuando las discusiones se desatan -como ocurrirá o ya está ocurriendo este 2024- en pleno año electoral.

La postura del Frente Amplio consiste en señalar que los asesinatos no fueron controlados, como podía esperarse del discurso de campaña electoral de Lacalle Pou, quien a su vez, asumiendo que con los asesinatos hay un problema, ha replicado que este se debía a un incremento del enfrentamiento “entre bandas”, que se disputan con mayor agresividad el marcado de las drogas, producto de una labor policial más intensa. De hecho, hubo un crecimiento de 4,7% de los asesinatos cometidos con armas de fuego.

Martinelli hará referencia al rol central que tienen en los homicidios el enfrentamiento entre grupos criminales, pero remarcando lo que esta administración entiende como un cambio de impronta en la Policía, a la hora de enfrentar el narcotráfico en los barrios periféricos de la zona metropolitana.

Por ejemplo, y tal como lo declaró días atrás en Radio Sarandí, el ministro mostrará que en comparación a lo que ocurría en el gobierno anterior -en especial, 2019- los homicidios están más acotados a determinados barrios. Un mapa de calor que manejan en Interior muestra que actualmente hay un círculo rojo que tiene su centro al sur de la Seccional 17 -en cuyos alrededores están los barrios de Casavalle, Juanicó, Marconi y Cerrito, entre otros- y otro en la Cruz de Carrasco, mientras que en 2019 las zonas de calor estaban más desperdigadas por la periferia montevideana.

Asimismo, los datos de Interior muestran también que el nivel de aclaración de los homicidios mantiene su promedio histórico -fue de 57% en este 2023, aunque en gran parte del 43% restante hay lo que se llama “avances policiales”- y que en este momento hay 11 requeridos por asesinatos.