Redacción El País
Afines de este mes el presidente Luis Lacalle Pou tiene previsto un viaje a China. Allí está pactado un encuentro con su colega Xi Jinping, en donde el uruguayo insistirá en su intención de firmar un tratado bilateral de libre comercio. Se trata de una instancia crucial que contiene varias incógnitas. Una de ellas es quién sería el ministro de Relaciones Exteriores que lo acompañará. En el Poder Ejecutivo se daba como un hecho que la designación de Diego Escuder al frente de Cancillería era temporal y que el presidente, pasado el maremoto provocado por las últimas derivaciones del caso del pasaporte de Sebastián Marset, nombraría a otra persona. El nombre que decidió y anunció este sábado en conferencia de prensa fue el del actual ministro de Industria, Omar Paganini.
Pero la salida de Francisco Bustillo de Cancillería, producto de su vinculación con la crisis por el pasaporte del narcotraficante Sebastián Marset, derivó en otros efectos. Uno de ellos es el freno al nombramiento en un nuevo destino para Carlos Mata, el actual consultor jurídico del ministerio, a quien varias fuentes de Cancillería consultadas por El País describieron como “los ojos y oídos” de Bustillo en esa oficina.
Mata incluso acudió muchas veces al Parlamento en representación del ministerio, y era la voz habitual de Cancillería a la hora de explicarle a los legisladores una serie de decisiones y políticas por las que el ministro era convocado. Desde hace un mes Bustillo venía preparando para enviar al Parlamento la venia para designar a Mata como el nuevo jefe de la representación uruguaya ante los organismos internacionales con sede en Ginebra, Suiza.
La designación, muy avanzada, quedó en limbo por la salida de Bustillo, que involucró a Mata en el escándalo vinculado a las presuntas maniobras para ocultar información sobre el rol de Cancillería en el otorgamiento del pasaporte a Marset. En uno de los audios que la exsubsecretaria de Relaciones Exteriores, Carolina Ache, presentó ante Fiscalía este miércoles, Bustillo le dijo a Ache que iba a tratar de hablar con Mata para que incidiera en la investigación administrativa que sobre el tema había en el ministerio. Sobre todo, ante la funcionaria encargada de esa investigación.
“Que por lo menos no guaranguee con las preguntas, que mande a un tercero y que no sea tan incisivo”, fue el comentario del entonces canciller. “Que nos dé una salida para evitar dar los WhatsApp”, apuntó. Bustillo allí habla de “buscar una vuelta” para que su número dos no se viera obligada a “mandar eso”.
Tan segura era la designación de Mata que incluyo era conocida por el Frente Amplio y así fue mencionada por el diputado Nicolás Viera (MPP) en la reciente interpelación que tuvo que enfrentar Bustillo por los nombramientos irregulares en Salto Grande. “Lo vamos a ver por poco tiempo por acá”, fue el comentario del legislador ese día.
El nombramiento quedó, entonces, en un limbo, a la espera de la decisión de Lacalle Pou y del futuro canciller. Con el actual panorama, el Frente Amplio considera inoportuna la designación, por lo menos hasta que el panorama se aclare. “No creo que se vaya a votar”, señaló un legislador de la oposición. Distinta es la visión en filas del oficialismo, en donde Mata aparece como la única persona con respaldo de las mencionadas conversaciones entre Bustillo y Ache. “Nadie puede dudar de su profesionalismo y honestidad”, le dijo a El País un senador nacionalista.
Consultado por El País, Mata negó cualquier tipo de vinculación con eventuales presiones en Cancillería.
“Si usted mira las declaraciones del ministro, verá que aclara la situación”, señaló el diplomático, que dijo desconocer que se había empezado a tramitar la venia para su nuevo destino.
Efectivamente, en el testimonio que prestó como indagado ante fiscalía este viernes, el excanciller Bustillo explicó el alcance de los comentarios que aparece realizando en la conversación con Ache. Ante el fiscal Alejandro Machado, el excanciller sostuvo que nunca hubo intención de ocultar ningún chat. “No hablé con Mata”, aseguró ahora el exministro, según el testimonio al que accedió El País. Bustillo explicó por qué mencionó ante Ache la posibilidad de hacer una gestión ante el director jurídico de Cancillería. “Me la saqué de encima, porque era insoportable”, dijo, en referencia a la exsubsecretaria. “Procuré calmarla, minimizándole la trascendencia que respecto de ella pudieran tener esos mensajes”, sostuvo, “manifestándole tratar con director de Jurídica del ministerio las supuestas presiones por ella aludidas en el curso de la investigación administrativa”. Bustillo prosiguió y aseguró que, en realidad, jamás hizo gestión alguna ante Mata para que ejerciera alguna presión en la investigación. “La cual en definitiva no realicé, por no corresponder”, subrayó.
La representación diplomática uruguaya en Ginebra está encabezada hoy por Álvaro Moerzinger que, como Mata, es afín al Partido Nacional y que además es otro de los nombres que sonó, aunque con menos intensidad, para ocupar la titularidad del Ministerio de Relaciones Exteriores en sustitución de Bustillo.
Más allá de su renuncia, el excanciller sigue siendo integrante del cuerpo diplomático. Como tal, apuntó este viernes la senadora frenteamplista Silvia Nane, siegue cobrando un sueldo de funcionario público. “A la luz de los hechos, se debe realizar el procedimiento sumarial para analizar su destitución”, reclamó la legisladora. “No debería representar al país alguien que le mintió al Parlamento y que conspiró para ocultar pruebas”, dijo.
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