Redacción El País
La diputada suplente Martina Casás demandó a Marea Frenteamplista, el sector por el que fue electa, en reclamo de una indemnización de $ 1.000.000 (unos US$ 25.000) por despido indirecto y abusivo, ya que asegura que el diputado Gustavo Olmos, titular de la banca y su referente laboral, la acosó sexualmente. El viernes declararon los primeros testigos en el juzgado de Trabajo, entre ellos, a propuesta de Casás, la diputada comunista Micaela Melgar y Patricia González, presidenta de la Comisión de Género y Feminismos del Frente Amplio.
A diferencia de lo que plantearon testigos presentados por Marea Frenteamplista, como Martín Vallcorba, asesor parlamentario y excoordinador del Programa de Inclusión Financiera del Ministerio de Economía y Finanzas, quien declaró que Casás no era asesora sino diputada suplente, Melgar sí la definió como “asesora” del sector.
“A Casás la conozco cuando empezó este período parlamentario, porque trabajaba en el Palacio. Ella trabajaba como secretaria, asesora, y yo como diputada suplente desde el 2020”, dijo la legisladora en el juzgado, como revela el expediente al que accedió El País. Con Olmos “tenía un vínculo laboral de jefe, más de secretaria que de asesora, porque estaba todo el tiempo llevándole cosas; tenía tarjeta de secretaria para entrar a la sala”, agregó.
En noviembre, tras reunirse con González, Casás recibe en su casa a un grupo de amigas, entre ellas, a Melgar. “Nos contó que venía sufriendo una situación de acoso sexual por parte de Olmos, su jefe, que venía pasando desde hace como un año y que se lo había contado a Patricia (González) porque necesitaba hablarlo con alguien, que no quería ir más al Palacio, que no daba más la situación (…) Cuando nos contó, fue un shock, pero un poco tuvo sentido, porque hace tiempo que Martina estaba desaparecida del Palacio; cobró sentido la situación que estaba relatando, se puso a llorar, quedó toda roja”, relató la diputada.
Melgar y otros legisladores plantearon entonces al Frente Amplio que “Martina no podía seguir estando ahí con Olmos”, porque ella “se iba a la hora que él terminara, la sesión dependía de él, para todo lo que él hacía Martina estaba atrás (…); la dinámica era todo el tiempo con él”.
“Martina se inventó una licencia. Le dijimos que se tomara licencia por estudio y era ella la que no pudo ir más a trabajar. Él seguía yendo a trabajar todos los días. Ahí hablé con Fernando Pereira y le dije que es la acosada la que se está yendo de su lugar de trabajo. Teníamos una ley que habíamos escrito y no había chance de que entrara Martina porque iba a estar Olmos. Les pedí si se podía hacer algo para que se fuera Olmos y no Martina, pero estuvo ahí todo el tiempo”, lamentó Melgar.
La diputada respondió que no estaban dadas las condiciones para que Casás volviera a trabajar tras denunciar a Olmos ante el Frente Amplio. “Martina no tenía tareas para hacer, si Olmos no le daba tareas y si no tenía el respaldo de Olmos; Martina no tomaba ninguna decisión por ella misma, no entraba a sala sin que la dejaran; no podía hacer nada, no tenía autonomía”, agregó.
Relatos de Casás
Melgar reprodujo algunos de los relatos de Casás. “Me contó cosas, por ejemplo que la llevó a la represa de Salto Grande, que ahí la hizo bajar del auto y que la abrazó de forma indebida y con todo el cuerpo, que la manoseó (…) y le dio besos en la cabeza. Me contó que pasó lo mismo en Maldonado, que la hizo abrazarlo estando en malla mojados con todo el cuerpo, le fue dando besos más cerca de los labios cada vez que la saludaba. Eso pasaba de noche cuando hacían las recorridas (…); le daba besos cada vez más cerca de la boca, se notaba que la toqueteaba”, expresó la legisladora.
La diputada también relató que Casás le dijo que tras días sin verse él “le dijo que la extrañaba mucho y le dio tres besos en la boca”.
“También me dijo que una vez le tocó la cola en uno de los abrazos que le dio”, dijo y agregó: “Vi besos en la cabeza asquerosos”. Melgar relató además que días después de que Casás le contara esto, mientras ella estaba coordinando la bancada del Frente Amplio, el entonces presidente de la Cámara de Representantes, el nacionalista Sebastián Andújar, le pide que se quede tras la sesión de una comisión. “Y nos dice que no podía creer lo que le había contado Olmos, que se había mandado una cagada con Martina (…) Yo ya lo sabía por la conversación con Martina”, testificó la diputada.
Reuniones
Casás y González, frenteamplista independiente, se conocen desde niñas, porque vivían en la misma cuadra en Colonia. La diputada suplente le pidió una reunión en noviembre a González, quien la recibió en su casa, donde escuchó cómo Casás le relató “una situación de acoso”, le dijo que “él pasaba algunos límites”.
“Después me habló de un beso y su planteo era que ella no sabía cómo decirle que no y no podía decirle que no y que ella no podía; tenía miedo que pasaran más cosas, porque sentía que él avanzaba y ella no podía decirle que no”, agregó.
Casás presentó en el juzgado de Trabajo recibos de sueldo y aseguró que, más allá de ser diputada suplente, trabajaba de lunes a viernes para el sector y desde el despacho de Olmos, quien le transfería su salario a su cuenta bancaria. “Creo que no había condiciones para seguir trabajando en el lugar”, declaró González.
Cuatro o cinco días después del primer encuentro con Casás, González convocó a una reunión al presidente del Frente Amplio, a Verónica Piñeiro, vicepresidenta de la fuerza política, y Liliam Kechichian, senadora de Fuerza Renovadora, sector que integra Marea Frenteamplista. La representante legal de Marea Frenteamplista en el juzgado preguntó a González si dijo en esa reunión: “El Partido Comunista nos trajo la cabeza de (Gerardo) Núñez; el MPP, la de (Jorge) Meroni; hay que sacarlo”. La dirigente feminista negó haberlo dicho y en cambio respondió que allí planteó que “este tipo de problemas no tienen soluciones, sino caminos, y se hacen con las decisiones que se van tomando”. Luego, agregó que “en ese proceso se evidenciaron caminos sobre procedimientos anteriores, en el que la decisión estaba en manos de otras personas”, y “Kechichian tenía posibilidad de tomar decisiones”.
La senadora de Marea Frenteamplista y Olmos están citados para declarar en el marco de esta causa el 30 de octubre. La defensa de Marea Frenteamplista presentó, además de testigos, una serie de chats entre Casás, Olmos y otros dirigentes del sector, enviados y recibidos durante los meses previos a la denuncia, en los que se evidencia un trato afectuoso entre el diputado y su suplente.
Mientras que Casás renunció a Marea Frenteamplista y está militando en el Partido Socialista, Olmos sigue integrando el sector liderado por Mario Bergara.
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