En las próximas 48 horas quedará definido quiénes competirán en un probable balotaje por la Presidencia, además de cómo se conformará el Parlamento los próximos cinco años. También, se sabrá si se aprueban o no dos reformas constitucionales. Para los militantes, son horas preciadas para intentar convencer a cada persona de que vote la lista que les reparten. En esta recta final, además, está vigente la veda electoral. Por lo que, la única vía de contacto que les queda a los partidos con el electorado, son las manos de los militantes que, esquina a esquina, piden el voto.
En una campaña electoral que fue definida por analistas y políticos como “fría”, los militantes consultados por El País en tres puntos de la ciudad —Punta Carretas, Cerro y Centro— coinciden en que se pisó el acelerador en los últimos 10 días. Así, entre los repartidores de listas que consideran lo que están haciendo un trabajo —cobran entre $ 1.000 y 1.200 por día— se entremezclan militantes fervientes que pidieron licencia en sus trabajos para “dar el último empujón”. Ellos no les temen al viento ni a la lluvia que amenazaba con tomar la ciudad este viernes; se habían propuesto entregar hasta la última lista.
En la Plaza del Entrevero, bajo la carpa del Espacio 609 —que, estiman las encuestas, será la lista más votada del país— reparten las hojas de votación un hombre y una mujer de más de 50 años. En la esquina de la plaza lo hace otro que aparenta ser mayor. Todos dicen estar “trabajando”, pero afirman que lo hacen porque apoyan al sector “de toda la vida”.
Se alternan para hablar, pero los tres lo hacen con tranquilidad. “De todos los que están acá, somos lejos los que más repartimos”, dice uno de ellos, distinguiéndose de la carpa de los colorados que impulsan la candidatura al Senado de Pedro Bordaberry, la lista Seregnistas y más.
"Estoy repartiendo desde las internas. Antes, me tocó en Carrasco. En Arocena. Imposible. Es el lugar de ellos", contó uno de los hombres con desazón en alusión a los partidos oficialistas.
Otro de los puntos en los que el Partido Nacional, como líder de la coalición de gobierno, tiene mucho éxito es en la intersección de Bulevar España y la Rambla. Es común ver allí, rodeado de otros militantes, a José Luis Satdjian, subsecretario de Salud Pública. Esa esquina “es un pasaje de muchísima gente, que viene del Este, de Canelones, y que va a trabajar o hacer trámites hacia el Centro”, sostuvo.
Ahí, presentó con orgullo a Fernanda, una militante de la lista 404 que —afirmó— está todo el día ahí y camina 30 kilómetros cada jornada. Mientras ella va entre los autos ofreciendo la lista del presidente, Luis Lacalle Pou, otros correligionarios como Juan José (55 años), llevan bajo el brazo la lista 5, de la vicepresidenta Beatriz Argimón.
Él es blanco “de toda la vida” —ese “de toda la vida” se repite mucho entre los militantes—, su familia, oriunda de Paysandú, son todos del Partido Nacional. Para él, hay un sinfín de motivos, pero un ejemplo claro —sostuvo— se ve en la publicidad: el Partido Nacional tiene la “gestión” para mostrar.
A unos metros de él, también del interior, está Martín (25 años). Pero él nació en Rivera, el bastión colorado. A diferencia de Juan José, ya comenzó a militar gremialmente en el liceo y nadie de su familia se identifica con el partido. Este viernes, repartía la lista 250 del senador Javier Gandini —que también estaba presente— mientras contaba que fue su amigo, Aparicio Saravia —director del Inju— quien lo invitó a sumarse a una lista del Partido Nacional Joven.
"Estos últimos dos días, ya no es algo racional, el último empuje es más que nada emocional", aseguró.
“El Cerro es frenteamplista”, dicen las repartidoras de listas del Partido Nacional y Cabildo Abierto que paran sobre Carlos María Ramírez, bajo una larga hilera de banderas frentistas que cuelgan sobre la avenida.
A la altura de la intersección con Grecia, conversan y reparten listas un grupo de mujeres: una de ellas por Cabildo Abierto, dos por el PN y otra por la 711, del FA. Una quinta, las acompaña vendiendo ropa y sombreros.
Cuando se las consulta sobre porqué están ahí, la línea divisoria entre el trabajo y la militancia se vuelve un poco difusa. Pero cuando, ya adentradas en la conversación, la vendedora menciona al pasar que lo que están haciendo es “un trabajo”, una de ellas rápidamente interrumpe: “Sí, es un trabajo, pero yo milito también”.
La mayoría de la gente es amable y toma la lista o la rechaza con educación. Pero otros se manifiestan más agresivos y discuten o les dicen cosas.
"El otro día me relajaron toda", dijo entre risas la chica que reparte listas de CA.
Voluntarios o rentados, los militantes se animan a hacer sus vaticinios para las elecciones del domingo, pero ya con mira al balotaje. Siempre el candidato propio es el que, creen, resultará ganador.
Los colorados
El candidato colorado, Andrés Ojeda, resaltó el hecho de llevar adelante una campaña “moderna” sin necesidad de tanta “estructura”. En la militancia, uno de sus puntos fuertes los comparte con los blancos, en la Rambla y Bulevar España, que es muy concurrido los fines de semana.
En la mañana de este viernes, repartían listas dos jóvenes que hacía poco que estaban trabajando de esto. Ganaban más o menos lo mismo que el resto, alrededor de $ 1.000 por día.
“Yo vivo en un refugio y la oportunidad me llegó así, por el boca a boca. Ahí tengo comida y un techo. ¿Con esto sabes cuánto tiro? Hasta me pude comprar championes”, relató uno de ellos.
En el Cerro, un hombre joven de acento caribeño aseguró que milita la candidatura de Gustavo Zubía a senador por convicción. Es cubano y quiere “algo distinto” para Uruguay. Está “cansado de la izquierda y la derecha” y Zubía es “diferente”.
Todavía no está habilitado para votar en Uruguay, pero ya reparte sus listas.
Sábado y domingo
Hoy es el último día completo antes de la elección y los partidos políticos intensificarán su presencia en los puntos claves de la ciudad como comercios, ferias, cruces importantes. Buscarán aprovechar la circulación de personas que disfrutan de su día libre.
Al estar prohibidos los actos proselitistas, la última invitación a acompañarlos en las urnas será el boca a boca en poder de los militantes. En algunos casos, los candidatos harán su parte. Por ejemplo, el colorado Andrés Ojeda, repartirá listas en la Rambla y Bulevar España.
El último esfuerzo será el domingo. Para ese momento, el FA se planteó tres objetivos, que como informó El País, son: lograr presencia en todos los circuitos de votación,
contar con "presencia militante" en todos los locales del FA, cerca de los circuitos y en todos los lugares de mayor circulación de personas y el transporte de votantes para “facilitar” la llegada de personas que viven lejos de su lugar de sufragio.
La presidenta del Partido Nacional, Macarena Rubio, emitió un mensaje apuntando a la fuerza militante durante todo el fin de semana. Les agradeció por haber recorrido el país y pidió: “Agotemos las horitas que nos quedan para seguir convenciendo, para seguir comprometiendo y para seguir pidiendo la confianza”.
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