Cabildo Abierto se rearma de cara a las elecciones, donde por primera vez va a vivir una interna que no está exenta de conflictos. En los últimos meses se anunció la creación de varias agrupaciones nacionales, siendo una de ellas la del senador Guillermo Domenech, quien también era presidente del partido. Ante este doble rol, crecieron las presiones para que renunciara. Ahora, en su lugar, asumió el ministro de Vivienda y Ordenamiento Territorial Raúl Lozano.

Lozano, quien llegó a ministro de Vivienda después de que tuviera que renunciar Irene Moreira por la polémica alrededor de la adjudicación de viviendas, era hasta ahora el vicepresidente del partido. El cabildante aún no se posicionó a la interna en ninguna de las cuatro agrupaciones nacionales en formación, posicionándose por fuera de los conflictos internos.

Foto: Archivo El País

La renuncia de Domenech, tal como la adelantó El País hace un mes, llegó después de que dentro del Espacio de Los Pueblos Libres -conducido por el fundador del partido Eduardo Radaelli- se cuestionara su liderazgo y su doble rol. Las diferencias entre ambos líderes es más que conocida y viene ya desde hace tiempo atrás.

En tanto, según dijo Domenech en ese momento a El País, su decisión de renunciar ya la había tomado antes de que este debate se pusiera sobre la mesa.

Además, la renuncia llegó después de que Radaelli diera un paso al costado de la conducción de Cabildo de Montevideo, órgano departamental del partido para el que fue electo en febrero de 2020.

En la carta de renuncia, a la accedió El País, el militar retirado explicó que es un “impedimento desde el punto de vista ético y moral continuar ocupando este cargo y a su vez el de presidente de una agrupación nacional”. Y aseguró que es así “fundamentalmente por respeto a los cabildantes que están dentro del Cabildo de Montevideo, pero no pertenecen a la Agrupación Nacional De los Pueblos”.

Radaelli, consultado en ese momento por la situación de Domenech, aseguró a El País que “cada uno sabe lo que tiene que hacer”, y que no juzga la “conducta de nadie”.