RETORNO DE LA ACTIVIDAD
"Tenemos que ir haciendo camino al andar e ir descomprimiendo de a poco, porque honestamente, hay empresas que no resisten quedarse con un parate largo", dijo Alejandro Ruibal.
Alejandro Ruibal, director de la empresa Saceem y vicepresidente de la Cámara de la Construcción del Uruguay, alertó este martes sobre la necesidad de retomar la actividad a pesar de la pandemia del nuevo coronavirus: "O nos morimos de COVID-19 o nos morimos de hambre en algún momento. Algo hay que empezar a mover, siempre teniendo como prioridad el aspecto sanitario", destacó.
En diálogo con el programa "Primera Mañana", de Radio El Espectador, el dirigente gremial y empresario señaló que luego de la vuelta a la actividad este lunes después de una licencia acordada entre los empresarios y trabajadores el balance "es positivo, porque un poco más del 90% de las obras reanudaron con normalidad. Por supuesto, era una apuesta importante porque fue de tres semanas de estar parada la actividad, en el marco de la pandemia no era fácil entrar, e inclusive había que instalar un protocolo nuevo".
En tanto, consideró que este paso era necesario. "Tenemos que ir haciendo camino al andar e ir descomprimiendo de a poco, porque honestamente, hay empresas que no resisten quedarse con un parate largo", y se preguntó: "¿Si no está la empresa, cómo creamos el trabajo?".
"Nosotros tenemos que mirar todo, poner en la balanza todo, seguir las recomendaciones, ver lo que está pasando en el mundo y aprender. La construcción en varios países, que hicieron las cosas mejor, siguió y siguió con ciertas condiciones. No se olviden que la construcción es básicamente un trabajo al aire libre, que obviamente si se toman medidas se pueden minimizar mucho y bajar el riesgo", indicó Ruibal.
En tanto, el vicepresidente de la Cámara de la Construcción señaló que tras la vuelta a la actividad, las obras que tienen campamento son las "más complicadas, porque es donde tenés más concentración, donde se agolpa más personal, ya sea para transportarlo hasta el lugar de trabajo o para el alojamiento".
Señaló que en esos casos "se están tomando un montón de medidas, inclusive, cuando vamos a hacer una obra al interior, un puente, una planta de tratamiento a cualquier pueblo del interior, uno alquila casas normalmente, no construís un campamento", dijo.
"Lo que se reguló ahora con el Sunca, y el Sunca muy bien defendiendo la salud de los trabajadores, pero las empresas también porque son nuestros trabajadores, empezamos a buscar más superficie, es decir, no se pueden usar cuchetas, hay que cumplir tres metros cuadrados por trabajador en cada habitación, en regular la forma que se va a transportar. Esto para las obras que tienen campamento", agregó Ruibal.
En tanto, consideró que el problema en el caso de las obras chicas es la situación con el comedor de los trabajadores.
Asimismo, Ruibal consideró que estos cambios "tienen costos", que tienen que "encarar", y remarcó: "Hay que cumplir el protocolo a rajatabla, que además es lo que acordamos con el sindicato, pero además es por la salud de los trabajadores y las empresas".
Ruibal indicó que para la construcción de la segunda planta de UPM, la empresa finlandesa tomó "distintas medidas, como por ejemplo, hisopar y hacerles tests a todas las personas extrazona que se van a alojar en la ciudad de Paso de los Toros. Esa es una medida puntual, pero la obra comenzó. Obviamente, con toda la inercia del arranque, pero comenzó bien".
En el caso del Ferrocarril Central, del cual Saceem es socio del consorcio Vía Central que lo construirá, Ruibal dijo que "es una obra extendida a lo largo de 300 kilómetros, donde estamos en las etapas de movimiento de tierras, y no hay tanta concentración de gente".
Señaló que la construcción se desarrolla en Europa, y puso el ejemplo de Holanda, luego nombró el caso de España, y remató diciendo: "No podemos quedar totalmente paralizados".