Mundialito y el profundo nexo que unió a Silvio Berlusconi con Uruguay

El expresidente Julio María Sanguinetti recordó el rol del empresario italiano en la concreción de la idea y las condiciones que puso para aportar el dinero.

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Silvio Berlusconi falleció el 12 de junio.
Silvio Berlusconi falleció el 12 de junio.
Fuente: agencias

Redacción El País
Corría el año 1980. Se cumplían 50 años del primer Campeonato Mundial de Fútbol, celebrado en Montevideo, y Washington Cataldi manejaba la idea de organizar un torneo internacional para conmemorar esa fecha. "Uruguay nunca más va a poder organizar solo un Mundial", decía el histórico dirigente de Peñarol. "Esta ese una oportunidad que se nos presenta", comentaba por aquellas épocas.

El comentario se lo hizo a su amigo, Julio María Sanguinetti, que pocos años después sería presidente de la República y que ahora recuerda esa charla, que revela el rol que tuvo Silvio Berlusconi en la concreción de esa "oportunidad".

En diálogo con El País Sanguinetti recueda que Cataldi le había presentado su idea a importantes dirigentes de la época. Ya había hablado con el presidente de FIFA, Joao Havelange, y con el titular de UEFA, Artemio Franchi. Ambos apoyaron la iniciativa, pero quedaba por resolver un problema fundamental: de dónde saldría el dinero para financiar el campeonato, pensando para contar con las principales selecciones de la época a nivel internacional.

Sanguinetti afirma que, al contrario de lo que se piensa, la dictadura que gobernaba en Uruguay "no estaba feliz" con la realización del torneo. "El gobierno le había dicho a la AUF que no esperara ni un peso ni el menor apoyo para esta historia", señala. El temor de los militares, señala, era que sucediera algo parecido a lo que había ocurrido dos años antes en Argentina con el Campeonato del Mundo: la llegada de una "bandada de periodistas" de distintas partes del mundo que no les iban a ser favorables.

En determinado momento llega otro comentario de Cataldi. Había aparecido "un tal Berlusconi" que se había ofrecido a financiar el torneo. El empresario había adquirido recientemente la televisión de Montecarlo, y por esa vía procuraba romper el monopolio que en su país ostentaba por entonces la RAI. La transmisión de un campeonato de estas características servía a ese objetivo.

Cataldi invitó a Sanguinetti a viajar a Milán donde pensaba cerrar el acuerdo. El expresidente recuerda que, en plan campaña por el No a la reforma constitucional propuesta por la dictadura, le fue imposible asistir. A su retorno, recibió los comentarios del dirigente aurinegro. "Te lo perdiste, es un italiano fantástico, simpatiquísimo, y tiene una colección de cuadros que te habría encantado", rememora Sanguinetti.

Berlusconi se comprometía a financiar todo, con una condición. Que las selecciones de Italia y Alemania - que dos años después disputarían la final de España 1982 - se presentaran con todos sus titulares. Así se cumplió y el Estadio Centenario pudo ver estrellas de la talla de Paolo Rossi y Karlheinz Rummenigge. El empresario, a su vez, distribuyó el campeonato a toda Europa.

El vínculo entre Berlusconi y Uruguay a raíz de este torneo aparece relatado en el documental "Mundialito", estrenado al cumplirse tres décadas de ese evento, en 2010. Allí se detalla que Cataldi llegó al italiano gracias al contacto de Franchi. Además, se recuerda que el contrato por el torneo le permitió al empresario negociar por primera vez con la todopoderosa cadena televisiva pública de su país.

El documental señala que Berlusconi le terminó comprando los derecho a un empresario uruguayo, Angelo Bulgaris, que muchos años después terminó preso por narcotráfico.

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