Nueve de cada 10 uruguayos temen ser víctimas de delincuentes en internet, pero no protegen datos personales

El 86% afirma que información bancaria es lo que más tienen en cuenta por temor a ser víctimas de una estafa o a que sus cuentas o tarjetas sean expuestas.

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Ciberseguridad
Hacker.
Foto: Canva.

Los uruguayos tiene una muy fuerte preocupación en cuanto al mal uso de sus datos personales por parte de empresas, personas o el propio Estado. Sin embargo, a pesar de este temor, son escasas sus prácticas de protección de datos personales en el ámbito virtual. La información surge de una encuesta presentada días atrás por la Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información y del Conocimiento (Agesic).

Gonzalo Sosa, coordinador de Protección de Datos en la Unidad Reguladora y de Control de Datos Personales de Agesic, dijo a El País que “la preocupación y percepción de riesgo de la ciudadanía es alta" y calificó esto como algo "positivo".

"Se trate de empresas, el Estado u otras personas. El principal problema es que no se traduce en comportamientos específicos. En esto hay oportunidad para la política pública en clave de habilidades digitales”, añadió.

Estafa online
Estafa online.
Foto: Estefanía Leal

La vulneración de la información bancaria es lo que más preocupa a los uruguayos. El 86% afirma que es lo que más protege ante el temor de ser víctima de una estafa o a que sus cuentas o tarjetas sean expuestas tanto en el ámbito virtual como fuera de línea. Le siguen en orden de protección la cédula de identidad (85%), domicilio particular (78%), fotos o imágenes suyas o de su familia (77%) y número de teléfono móvil (70%).

Un 83% de los encuestados manifiesta gran preocupación por el uso de sus datos personales sin autorización por parte de otras personas, mientras un 75% lo expresa respecto de las empresas y un 68% sobre el Estado.

En cuanto a las conductas en línea, a siete de cada diez le preocupa mucho el mal uso que se pueda hacer de sus videos y fotografías. Le siguen en orden de preocupación las compras (67%), información compartida en WhatsApp (56%) y el uso de redes sociales (54%).

Nueve de cada 10 internautas declara preocuparle mucho el hecho de ser víctima de delincuencia (robo, estafa, hackeo, fraude, suplantación de identidad), mientras que a 8 de cada 10 le preocupa mucho el daño a la imagen personal o la de su familia.

“Esto reafirma que los aspectos que más inquietan a los usuarios de internet en relación con la protección de datos personales, se encuentran vinculados a datos bancarios y de identidad”, señala el informe.

Redes sociales

Solamente un 35% manifiesta percibir algún tipo de riesgo en el uso de páginas o aplicaciones de redes sociales como WhatsApp, Facebook, Instagram, YouTube, aplicaciones de música o streaming, TikTok, X (exTwitter), entre otros.

“Las personas declaran altos niveles de importancia sobre la protección de sus datos personales, logrando asociar riesgos vinculados a su exposición. Sin embargo, se detectan escasas prácticas de protección, principalmente en el ámbito virtual, lo cual demuestra una contradicción entre la valoración de importancia, los riesgos percibidos y las prácticas de protección empleadas. Si bien se identifican algunas prácticas de protección, asociadas principalmente a cambios de contraseñas, se concibe al ámbito virtual como un espacio en el cual resulta muy difícil hacer efectiva la protección de sus datos, generando una especie de resignación y aceptación de dicha exposición en pos de una mayor socialización”, afirma el estudio.

cibercriminales

Apenas un 36% de los internautas declara configurar las cookies al ingresar a un suitio web. Solo uno de cada dos lee los términos y condiciones de uso al descargar una aplicación y el 47% lee las políticas de privacidad.

Al respecto, Sosa dijo a El País que “las personas negocian y resignan privacidad para poder participar en las plataformas y redes” por lo que “falta desarrollar habilidades digitales que habiliten el discernimiento. Esto ocurre en todo el mundo y se está trabajando en ello”.

Los autores del estudio explican que “la necesidad de confiar en el sistema para realizar distintas actividades de la vida cotidiana genera una especie de velo, inevitable para poder interactuar con otras personas, que lleva a sacrificar las prácticas de protección de sus datos personales en pos de gozar los beneficios que las redes y aplicaciones aportan en su cotidianeidad”.

Agesic entiende que “las escasas prácticas de protección de datos personales, y el bajo nivel de riesgo percibido en el uso de aplicaciones y páginas de redes sociales, demuestran la construcción de una confianza simbólica en el espacio virtual, que les permite socializar y operar con normalidad, sin hacer reparo en la potencialidad de los riesgos de la exhibición de sus datos personales, que se exponen como consecuencia de dichas interacciones”.

"Temor a perder libertad”

Un 68% de los encuestados dijo que le preocupa mucho el mal uso de sus datos personales por parte del Estado.

Sosa considera que en este caso, “la preocupación está más relacionada a la función de control y regulación del Estado, que a la sensación de que el Estado me vaya a hacer daño. Entendemos que está mas relacionado a perder grados de libertad que al temor a que ocurra algo negativo”.

En Uruguay los datos personales son protegidos por la Ley 18.331, aprobada en 2008. Sin embargo, una de cada dos personas no sabe que existe un marco legal que le otorga ese derecho a proteger su nombre, dirección, teléfono, cédula de identidad, huella digital, fotografía, ADN, correo electrónico, firma, fecha de nacimiento, entre otros datos.

La Unidad Reguladora y de Control de Datos Personales colabora fuertemente con la Agencia de Gobierno Digital, en particular la División de Ciudadanía Digital y con el Grupo de Trabajo de Ciudadanía Digital en el desarrollo de instancias de capacitación y concientización de las personas sobre cómo manejarse en el mundo digital.

Para aumentar el conocimiento de la Ley a la interna de las organizaciones, se está trabajando fuertemente en la creación de una comunidad de delegados de protección de datos personales —figura obligatoria para todas las entidades públicas y algunas privadas— para instalar la cultura de la protección de datos en todo el ámbito público.

Además, al considerar que la capacitación debe comenzar desde muy temprana edad, se realiza un concurso anual para niños en edad escolar -en conjunto con ANEP, MEC y Ceibal— que ya lleva dos ediciones utilizando el concepto de gamificación.

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