PRESIDENCIA
La decisión del presidente Lacalle Pou de apoyar a un candidato estadounidense para presidir el Banco Interamericano de Desarrollo le abrió un nuevo flanco al interior de la coalición de gobierno.
La decisión del presidente Luis Lacalle Pou de apoyar a un candidato estadounidense para presidir el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) le abrió un nuevo flanco al interior de la coalición de gobierno, dado que el expresidente Julio María Sanguinetti rechazó tajantemente la postulación efectuada por Donald Trump.
Desde su creación en 1959 existe una ley no escrita de que el BID debe ser presidido por un latinoamericano y así lo ha sido desde entonces. El chileno Felipe Herrera, el mexicano Antonio Ortiz Mena, el uruguayo Enrique Iglesias y el colombiano Luis Eduardo Moreno, han ocupado ese cargo hasta ahora.
No obstante a mediados de este mes Estados Unidos postuló a Mauricio Claver-Carone -nacido en Miami de madre cubana y padre español y director para América Latina del Consejo de Seguridad Nacional- para ocupar ese cargo.
El candidato es hombre de extrema confianza de Trump y fue quien lo representó en los actos de asunción de Lacalle Pou el pasado 1° de marzo.
El 17 de junio la Cancillería uruguaya emitió un comunicado divulgando el apoyo del país a la candidatura de Claver-Carone.
Pocos días antes, el 9 de junio, el embajador estadounidense en Montevideo Keneth George se había reunido con el mandatario uruguayo en la Torre Ejecutiva.
La decisión de Lacalle Pou no le cayó nada bien a Sanguinetti quien esta semana divulgó una carta junto a otros cuatro expresidentes latinoamericanos rechazando la postulación del funcionario de Trump.
“Deseamos manifestar nuestra profunda preocupación y desacuerdo con tal propuesta”, expresaron Sanguinetti, el brasileño Fernando Henrique Cardoso, el colombiano Juan Manuel Santos, el mexicano Ernesto Zedillo y el chileno Ricardo Lagos.
Los expresidentes apelaron a la declaración del exmandatario estadounidense Dwight David Eisenhower (1953-1961) ante las Naciones Unidas en la que señaló que el éxito del BID radicaría en que la presidencia la ostente un latinoamericano. “Implica una ruptura de la norma no escrita, pero respetada desde su origen, por la cual el BID, por razones, entre otras, de eficiencia financiera, tendría su sede en Washington, pero a cambio siempre estaría conducido por un latinoamericano. Este fue el espíritu del compromiso del propio presidente Eisenhower”, indicaron sobre la candidatura de Claver-Carone.
Para ellos también que se trata de “un quiebre, con obvias derivaciones políticas”.