En la pasada campaña electoral, “Inteligencia Artificial” aparecía escrito seis veces en el programa de gobierno de Luis Lacalle Pou y tan solo tres en las Bases Programáticas del Frente Amplio 2020-2025. En la actual campaña, la Inteligencia Artificial está incluida 16 veces en el programa de gobierno de Álvaro Delgado, 12 en el de Yamandú Orsi y 14 en el plan programático de Andrés Ojeda. De forma más tímida también aparece en las propuestas de Cabildo Abierto y el Partido Independiente.

Lo cierto es que todos los partidos le han dedicado en sus programas un espacio destacado, pero aún insuficiente e incompleto, al que es considerado un fenómeno disruptivo por su impacto social, económico y tecnológico, solo comparable con las revoluciones Científica, Industrial o Digital.

La Inteligencia Artificial como disciplina nació en 1956 cuando se planteó comenzar a explorar la posibilidad de que las máquinas resolvieran problemas que requieren inteligencia humana. Por lo tanto no es un fenómeno nuevo, pero hace cuatro años la IA comenzó a aparecer en aplicaciones de la vida cotidiana y hoy capta la atención de los partidos políticos porque será en el próximo gobierno cuando comiencen a verse los efectos positivos y negativos más concretos de su aplicación práctica en áreas como seguridad, salud, transporte, educación, etcétera.

La Agencia de Gobierno Electrónico y Sociedad de la Información y del Conocimiento (Agesic) tiene a su cargo la responsabilidad de diseñar, desarrollar, implementar y supervisar estrategias integrales de IA y de datos. Su director ejecutivo, Hebert Paguas, dijo a El País que en materia de IA Uruguay tiene una posición de liderazgo en la región junto a Chile, y un importante reconocimiento a nivel mundial, por lo que el próximo gobierno asumirá con una base sólida en la materia.

“Participamos continuamente de diversos foros y conversatorios en todo el mundo y comprobamos que somos una referencia por nuestras capacidades y avances, tanto regulatorios como en materia de conectividad, recursos humanos, etc. Muchos países miran nuestro ejemplo para seguirlo”, comentó Paguas.

Días atrás Agesic fue anfitrión de la segunda Cumbre Ministerial sobre la Ética de la Inteligencia Artificial en la que se presentó una hoja de ruta para América Latina y el Caribe con la presencia de autoridades de todos los países miembros.

En la oportunidad se presentó un informe de Unesco sobre las capacidades de Uruguay en materia de IA. La posición de Uruguay fue muy elogiada en dicho documento (ver columna aparte), pero el trabajo también realiza un serie de recomendaciones.

Curiosamente, los planes de los partidos políticos no están tan alineados con lo que falta, y en algunos casos proponen acciones en áreas sobre las que ya existe un gran avance.

El Frente Amplio sostiene en su programa que se asumirán los desafíos abiertos por los avances en IA “como una opción de carácter estratégico y de afirmación de nuestra soberanía, considerando una justa distribución de la riqueza generada”. Pone el acento en la protección de los datos personales, el cuidado de la soberanía y la incorporación de la IA en los sectores productivos, comerciales y de servicios estratégicos, tanto a nivel público como privado. También alude a la necesidad de incorporar la IA en la educación y a fortalecer la formación de los recursos humanos.

El Partido Nacional visualiza a la IA como una herramienta para desarrollar soluciones en la gestión pública. Pone como ejemplo el ofrecimiento de servicios públicos en forma proactiva, como por ejemplo renovación de documentos con vencimiento, ejercicio del derecho a la cobertura de programas sociales o sugerir becas educativas basadas en el perfil y situación del ciudadano. También propone su aplicación en política sociales, implementando un sistema de auditoría utilizando herramientas de inteligencia artificial para minimizar errores de inclusión y asegurar el cumplimiento de los criterios de elegibilidad. Asimismo plantea una segunda etapa de la Historia Clínica Electrónica Nacional, con el fin de permitir la vigilancia epidemiológica activa por parte de prestadores y el Ministerio de Salud Pública.

Y en materia de seguridad pública entiende que la IA fortalecerá el proceso de vigilancia tecnológica.

En este sentido coincide con el Partido Colorado que también ve a la IA como un asistente en el combate al narcotráfico y el contrabando a partir de su uso en el control de las exportaciones e importaciones. También menciona su uso en una Plataforma de Trabajo a través del Instituto Nacional de la Juventud que conecte jóvenes buscando su primer trabajo con empresas buscando estos perfiles.

El Informe de Unesco señala que si bien la implementación de la Estrategia de IA de Uruguay ha mostrado avances, aún no se han establecido indicadores específicos para medir su efectividad. Destaca los pasos significativos con políticas y regulaciones de datos abiertos para el intercambio de datos gubernamentales pero advierte que “aún no se ha evaluado la eficacia de estas políticas y del mar-co nacional de intercambio de datos”.

En cuanto a la seguridad en línea, si bien se garantiza la protección del debido proceso, para Unesco “la eficacia de las leyes relacionadas con la IA en este ámbito no queda clara”.

Paguas consideró que si bien Uruguay es una referencia por sus avances políticos y técnicos, el desarrollo de la IA obliga a estar continuamente acompañando los cambios que se generan.

“El impacto en los próximos años será global y nos alcanzará. Hay oportunidades y desafíos. Hay aspectos de la gobernanza, la protección de datos y el uso ético de la IA sobre los que no se puede actuar individualmente, y requieren de la participación conjunta de sectores públicos y privados de muchos países. Estas discusiones que damos aquí se dan en todo el mundo al mismo tiempo, con los mismos grados de certeza e incertidumbre. Avanzamos pero queda mucho por hacer”, sostuvo.