Paseo canario que dio resultado

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Luis Lacalle Pou. Foto: Fernando Ponzetto.
Fernando Ponzetto

PARTIDO NACIONAL

Luis Lacalle Pou votó en Canelones, comió un asado y jugó a las bochas en Santa Rosa.

Desde comer un asado entre correligionarios, salir a correr en la mañana, hacer las cuatro horas y media de auto que lo separa de la capital, agradecer a sus baluartes políticos o estar con la familia como para soportar los nervios, los candidatos blancos tuvieron una jornada electoral ocupadísima. En todo el día aprovecharon para buscar conversos de última hora haciendo todo el proselitismo que permitía la veda electoral. Se deben haber sacado cientos de selfies.

Rutinas canarias

Luis Lacalle Pou, por ejemplo, después del desayuno y unos mates en familia, inició muy temprano la jornada con un ritual que mantiene en cada elección desde 1999, cuando fue electo diputado por primera vez: recorrer locales y saludar a amigos y militantes de distintos puntos de Canelones, el departamento en el que está registrado.

Luego se dirigió a Cerrillos donde se repitieron los abrazos, las selfies y hasta la firma de listas. “No vayas a votar con esa que te lo anulan”, bromeó con todos los correligionario que le pidieron un autógrafo sobre las hojas de votación.

De jeans y campera sport azul (los mismos colores que lució en las internas de 2014), se mostró muy relajado durante la recorrida, aunque con “la ansiedad natural”, propia de una jornada electoral. Compró un chocolate y una torta frita que vendían a beneficio de una escuela; a Andrade se los regalaron.

En Canelones, Lacalle Pou, juega de locatario. En Cerrillos, se encontró con la actual alcadesa de la localidad quien fuera por 12 años su secretaria y en Las Piedras, un militante le mostró que conservaba la rendición de cuentas que presentó Lacalle Pou en su primera legislatura.

Después a votar, poco después del mediodía, en el circuito 19 del Colegio Nuestra Señora de Guadalupe de la capital departamental. Aunque era un local muy concurrido, Lacalle Pou no tuvo que hacer fila y sonrió con el sobre en mano ante las decenas de cámaras apostadas en el lugar. Antes de soltar el sobre, dio dos golpes suaves en la urna a modo cábala. Le funcionó.

Jorge Larrañaga. Foto: Francisco Flores.
Jorge Larrañaga saliendo del NH Columbia tras su discurso al conocerse las primeras tendencias. Foto: Francisco Flores.

Finalizada la votación, Lacalle Pou, a quien se lo vio muy tranquilo, partió acompañado de su comitiva a San Ramón para la siguiente escala de su ritual: almuerzo en la casa de la familia García en Santa Rosa, a quienes ha visitado también, en todos los comicios desde 1999. Allí firmó una bandera del Partido Nacional, compartió anécdotas y una parrilla muy surtida de carne, pollo y achuras. Brindaron por el Partido Nacional y de sobremesa jugó un partido de bochas que terminó en un cordial uno a uno proclamado por el candidato como “uno a uno de visitante, no es un mal resultado”.

A la tarde, descansó en su casa con su familia antes de llegar a la sede de su sector en Bulevar Artigas y Chaná a esperar, confiado, los resultados. Pasadas las 21.00 desde allí, saludó las cifras favorables de los boca de urna.

Corriendo y saludando

A las ocho y cinco de la mañana, Juan Sartori -luciendo pantalón deportivo negro, campera de la selección uruguaya y la sonrisa característica que difundió durante la campaña- salió de su edificio sobre la rambla de Punta Gorda para empezar la jornada electoral como hace todos los días: corriendo por la rambla.

Cuando volvió, después de su rutina de 20 minutos de carrera, desayunó con su familia y grabó un video para Instagram mientras se preparaba el mate.

Sobre las nueve y media, acompañó a su abuela Raquel al liceo 10 de Malvín (ver recuadro) y después fue a votar en su circuito en el Ministerio de Ganadería, sobre la calle Cerrito a donde llegó con su esposa Ekaterina y su hijo Sasha, quien entró con él al cuarto secreto donde también el candidato hizo un video para Instagram. Al votar, como un candidato experiente, mostró el sobre con su voto a las cámaras, cortó la tirilla, pasó la lengua para que quede sellado y votó por primera vez a los 38 años de edad.

Después de sufragar pasó por su búnker frente a Plaza Independencia y se fue con todo su equipo a una casa en el Cerro donde dobló listas y le informaron que en muchos circuitos no se lo podía votar porque, o no había listas o estaban rotas. “Tenemos que seguir trabajando hasta las siete y media sin parar. Que no nos pare nada ni nadie”, les dijo Sartori.

Para dar ejemplo, pasó toda la tarde entre el Cerro, Villa Colón, Sayago, un comité en la avenida General Flores y por último en un local en Pocitos. En todos cumplió la misma rutina: saludar, abrazar y agradecer el trabajo, decir que lo de “hoy es una batalla voto a voto” que cada voto es importante, sacarse selfies y llevarse listas y carteles de recuerdo.

A las 16.00, Sartori, llegó a la Plaza Independencia donde se aprontaría a esperar resultados.

Juan Sartori. Foto: Darwin Borrelli.
Jorge Larrañaga saliendo del NH Columbia tras su discurso al conocerse las primeras tendencias. Foto: Darwin Borrelli.

Como en casa

Jorge Larrañaga, por su parte, votó en una Paysandú que sufría un frío polar a eso de las 11 de la mañana cuando el exintendente se apersonó en su circuito del Liceo N° 5. Allí, lo esperaban periodistas y algunos seguidores y se refirió con molestia a la cadena nacional que el gobierno le concedió para mañana.

Más allá de eso, Larrañaga bromeó con los periodistas, se sacó selfies y avisó que luego de almorzar en su casa viajaría a Montevideo para esperar unos resultados que, a esa altura del día, confiaba traerían una sorpresa.

Otro candidato blanco, Enrique Antía, votó en la escuela 5 sobre la avenida Gorlero en Punta del Este. Estuvo acompañado de su esposa Liliana Bernárdez, hijos y nietos. Su esposa votó primero en el mismo circuito, el 201. Antía votó acompañado de tres de sus nietos: Sofía, Aurora y Tato.

Antía, tal como lo prometió, pasó la tarde recorriendo casi todas las localidades del departamento para apoyar el trabajo de los militantes de las diferentes listas que apoyaron su candidatura tanto a nivel nacional como departamental. Luego partió a Montevideo para aguardar los resultados en la sede del Directorio del Partido Nacional.

Un paseo canario lleno de recuerdos

En Cerrillos, Luis Lacalle Pou se encontró con Rosa Imoda, actual alcaldesa de la localidad pero por 12 años su secretaria en el Parlamento. “A Rosita la conocí en marzo de 1998. Estaba con una remera Hering verde. ‘Si soy diputado, vas a ser mi secretaria’, le dije. Estuvimos 12 años juntos hasta que Cerrillos me la sacó para ser su alcaldesa”, contó mientras abrazaba a su exfuncionaria.

En Las Piedras, un militante le mostró que conservaba consigo la Rendición de Cuentas que presentó Lacalle Pou en su primera legislatura. “No puedo creer que tengas eso”, le dijo el candidato tras mirar juntos el documento y fundirse en un abrazo.

La abuela Raquel y una votación accidentada

Sobre las nueve y media de la mañana, Juan Sartori llegó al liceo número 10 de Malvín para acompañar a votar a su abuela Raquel. “La acompaño para asegurarme un voto”, bromeó el candidato con los periodistas.

Como ha sido su costumbre durante toda la campaña, en el corredor que los llevaba hasta el circuito 730, Sartori se detuvo varias veces porque la gente le exigía fotos y lo saludaba; en algunos casos, él buscaba a la gente.

Suerte que fue a acompañarla ya que la abuela Raquel tuvo que entrar dos veces al cuarto secreto porque la primera vez no había listas de su nieto.

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