Política internacional: Yamandú Orsi y Álvaro Delgado proponen dos rumbos bien diferentes

La cercanía hacia el Brasil de Lula da Silva o a la argentina de Javier Milei, así como la relación con la administración de Trump o el TLC con China son algunos de los puntos que están en disputa.

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Ministerio de Relaciones Exteriores
Enfrentados. El Frente Amplio y la Coalición Republicana evidenciaron en sus programas dos caminos en distintos aspectos de la política internacional hacia el futuro.
Foto: Estefanía Leal/Archivo El País.

El rumbo de la futura política internacional ingresó tarde al debate electoral pese a ser uno de los aspectos en los que las propuestas de los candidatos a la Presidencia Yamandú Orsi, por el Frente Amplio (FA), y Álvaro Delgado, por el Partido Nacional, más se diferencian desde el punto de vista político y comercial.

Más o menos Mercosur, la cercanía hacia el Brasil socialista de Luiz Inácio Lula da Silva o la argentina libertaria de Javier Milei, el relacionamiento con la administración de Donald Trump o el Tratado de Libre Comercio con China son solo algunos de los aspectos en los que no solo no hay coincidencia sino que, en algún caso, el rumbo es contrapuesto.

“No es lo mismo Orsi que Delgado. De ganar las elecciones Orsi va a tener un alineamiento automático con Lula y un alejamiento automático con Milei, y eso puede repercutir en las relaciones con Estados Unidos, más allá de que con cierto pragmatismo Gabriel Oddone (futuro ministro de Economía de ganar el FA) ha dicho más Estados Unidos y menos China”, dijo a El País el consultor especializado en comercio internacional, integración y negocios internacionales Ignacio Bartesaghi.

Con respecto al acuerdo regional, el Compromiso País firmado días atrás por los socios de la Coalición Republicana de cara al balotaje plantea “insistir en flexibilizar el Mercosur y buscar acuerdos bilaterales lo más amplios posible (América Latina, India, Sudeste Asiático, países árabes y África)”. Y promete continuidad en las negociaciones ya iniciadas para alcanzar “acuerdos comerciales relevantes para nuestro país, como el mejor acceso a Estados Unidos y las negociaciones para un TLC con China”.

Sobre el acuerdo con China, Oddone dijo en las últimas horas que ha sido “una tontería que ha hecho perder el tiempo”, pese a que también fue en su momento un anhelo de la administración de Tabaré Vázquez.

En tanto, las Bases Programáticas 2025-2030 del Frente Amplio indican en su capítulo de política internacional “fortalecer y expandir el Mercosur como primer bloque de integración regional en lo político, cultural, social, económico y comercial”. Aunque en el capítulo Desarrollo Sostenible matiza la apreciación anterior y propone “en acuerdo con los socios del Mercosur, se evaluará la posibilidad de acuerdos con terceros países o regiones que permitan diferentes velocidades, contemplando las diversas realidades y necesidades de cada socio que contemplen incluso avances bilaterales”.

La relación de Javier Milei con el electo Donald Trump en Estados Unidos puede servir como una cuña para abrir las puertas del Mercosur.

“Milei quiere un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos. En el contexto proteccionista de Trump hay que preguntarse si realmente existe esa posibilidad. Creo que falta para eso. Pero es mejor que este vínculo casi carnal entre Milei y Trump exista, nos puede favorecer”, indicó Bartesaghi.

Según el analista, esa intención de Milei empujará la flexibilización del Mercosur y eso podía favorecer a Uruguay. Pero desde que está Lula ha sido Brasil el que ha marcado las reglas de juego del Mercosur y el que se ha opuesto a negociaciones bilaterales de los socios.

“Así como vemos a un Milei muy cerca de Trump, también vamos a ver a Milei no muy cerca de Lula y a un Trump muy lejos de Lula. Entonces ahí juega el Mercosur. ¿Va a romper Milei con el Mercosur? ¿La relación Argentina-Brasil se va a romper? Porque Lula no va a aceptar un TLC entre Argentina y Estados Unidos. Brasil no quiere bilateralidad. Pero Argentina tiene más fuerza que Uruguay para dar esa discusión en el bloque”, explicó Bartesaghi.

También consideró que si realmente avanzara Argentina en acuerdos con Estados Unidos, Uruguay debería subirse a ese tren. “Por ahora hemos aceptado las reglas impuestas por Brasil. A Uruguay le sirve esta flexibilización aperturista de Argentina para continuar en el camino de abrir el Mercosur”, indicó.

Fuentes diplomáticas de la actual administración explicaron a El País que la relación con Estados Unidos no fue la esperada en esta gestión porque “dan muy poco para la cantidad de condiciones que ponen” a diferencia de la “generosidad”, se aclaró que muy entre comillas, que tiene China a la hora de negociar.

Otro aspecto que abre interrogantes tiene que ver con el estilo de conducción de la Cancillería. El Compromiso País de la coalición establece con claridad: “La política de inserción internacional comercial estará guiada por el pragmatismo y no por preconceptos ideológicos”.

En tanto, las Bases Programáticas del FA sostienen que “Estados Unidos y sus aliados se resisten a perder su hegemonía a nivel global” y que en este escenario internacional “tampoco América Latina escapa a dicha serie de cambios vertiginosos a partir de una nueva ofensiva imperialista y surgimiento de sectores de ultraderecha”. Y agrega que “el imperalismo norteamericano y sus aliados de la OTAN ponen en riesgo la supervivencia del planeta” por lo que “debemos solidarizarnos con los pueblos que enfrentan esas agresiones así como toda forma de imperialismo, poniendo nuestros esfuerzos en la construcción de un mundo multipolar. Uruguay debe ser solidario con los pueblos que luchan, en particular con nuestros vecinos del continente denunciando los bloqueos, especialmente el de Cuba”.

La relación con EE.UU., entre el TIAR y no ser su “patio trasero”

El Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) es un pacto de defensa mutua interamericano firmado el 2 de septiembre de 1947 en Río de Janeiro. Ha sido invocado por la OEA en más de veinte ocasiones para solucionar diferendos de diversa índole.

En su articulo tercero establece que “un ataque armado por cualquier Estado contra un país Americano, será considerado como un ataque contra todos los Países Americanos, y en consecuencia, cada una de las Partes Contratantes se compromete a ayudar a hacer frente al ataque en ejercicio del derecho inmanente de legítima defensa individual o colectiva que reconoce el Artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas”.

En setiembre de 2019 el canciller del Frente Amplio, Rodolfo Nin Novoa, anunció que Uruguay abandonaba el TIAR (el proceso de retiro dura dos años) luego de que 16 países en la OEA lo invocaran para investigar y detener a colaboradores y altos funcionarios del gobierno venezolano del presidente Nicolás Maduro sospechados por delitos como tráfico de drogas, lavado de dinero y financiamiento del terrorismo”.

Diez días después de asumir el gobierno de Luis Lacalle Pou en 2020, el canciller Ernesto Talvi anunció que Uruguay interrumpía el proceso de salida y regresaba al TIAR

“Con esta decisión, Uruguay asegura su permanencia en el TIAR, ámbito en el cual continuará participando y haciendo conocer sus posiciones. Con esta medida, el país refuerza también su compromiso histórico con el sistema interamericano” indicó Talvi.

Las Bases Programáticas 2025-2030 del Frente Amplio establecen que “la denuncia del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca será un tema que deberemos volver a impulsar en principio, con los demás países de la región, teniendo en cuenta que Uruguay ya había iniciado este camino en el último gobierno del Frente Amplio, por ser hijo de la guerra fría y su concepción de que nuestros países son el patio trasero de Estados Unidos”.

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