Para comenzar la mañana electoral, el expresidente José Mujica llegó para sufragar a las 8:00 horas en la Escuela 149 en el Cerro (Carlos María Ramírez y Turquía), en donde se tomó unos minutos para reflexionar con la mesa que iba a recibir su voto y los periodistas que allí lo esperaban, sobre su salud, el "único milagro grande que hay", el consumismo, la institucionalidad de Uruguay, la campaña electoral y el desinterés de los jóvenes por la política.
Mientras algunos vecinos que votaban en el mismo lugar lo esperaban para sacarle fotos o para verlo; solo porque "el pueblo lo quiere ver", según gritaba de manera vehemente una mujer cercana a la edad del "Pepe", el político frenteamplista se sentó al costado del cartón negro de su cuarto secreto y, si bien "nosotros no le damos mucho valor", apreció que "cuando uno mira a América Latina, somos casi excepcionales".
Realzando los 100 años de la Corte Electoral en Uruguay, sostuvo que el país tomó la decisión de "afirmar" su institucionalidad el siglo pasado. Se mencionaba a Uruguay "como el país púrpura, casi un siglo degollándonos. Pero, a partir de 1904, empezamos a ser mucho más serios, pero no fue gratis", señaló Mujica y destacó los sacrificios hechos por Aparicio Saravia y Juan Antonio Lavalleja, para que esto así fuese.
Con las cámaras aún preparándose para que entrase a llenar su sobre, el "Pepe" siguió en un salpicón sobre la historia temprana del país y trajo consigo que "Uruguay no tenía ni 100.000 habitantes y se mandaron un éxodo".
"¿Ustedes piensan que hoy sería posible hacer un éxodo sin tener enchufes para poner los celulares? Va a ser bravo, ¿eh? Eran pobres y primitivos, pero tenían un compromiso…en un país donde se habla mucho de los desaparecidos, hay no menos 15.000 soldados muertos de Artigas, ni siquiera sabemos el nombre. No son solo desaparecidos, son además olvidados, no tenemos ni los nombres", dijo el expresidente y reflexionó que "cuando tenemos dificultades, tenemos que pensar en esto para ser menos maricones, menos blandengues".
Tras esta afirmación, fue consultado por su salud. "Y, me siento…un caño por acá y me dan de comer de mañana y de tarde y después como alguna cosita".
¿Te estás portando bien? Consultó uno de los periodistas presentes, a lo que el expresidente dijo: "Es que no puedo portarme mal, es muy aburrido".
Y así, mientras el equipo del exmandatario procuraba que se cumplieran los tiempos del protocolo armado para su votación, cinco minutos faltaban para que entrara al cuarto secreto, se le consultó sobre qué consejo le daría a los jóvenes. Saliendo del olvido de los 15.000 olvidados o de su deteriorado estado de salud, contrastó respondiendo que "la vida es hermosa y que hay que vivirla a tope. Y vale la pena cuidarla. El único milagro grande que hay es haber nacido. Había 40 millones, que le tocara a otro y te tocó a vos, pero como es algo cotidiano no le das valor, y es la única cosa que tiene valor trascendente. Acá está el infierno y el paraíso, hay que encontrarlo. venimos de la nada y vamos a la nada".
Buscando sentenciar con que "la vida es hermosa" y que a la edad de los presentes "no hay cosa más importante que el amor", casi desde una postura de quien ya vivió su vida y busca transmitir los conocimientos adquiridos, lo inmediato de la jornada electoral se hizo más importante y lo cortaron con: "¿la campaña estuvo brava?".
El Pepe, saliendo de lo relevante que es vivir la vida, volvió a lo que parecía serle más importante a los allí presentes, contestando que la campaña fue "muy urbana, muy montevideana" y afirmó que se olvidaron del interior. Para esto, ejemplificó con que "el 40% de los obreros industriales de nuestro país, son trabajadores de frigoríficos. Entonces, te das cuenta que las vacas no es un problema del interior, es de todos".
Aún esperando a que vote, se le preguntó por el descreimiento de los jóvenes por la política y cómo se los puede atraer. "Hay que tener esperanza", respondió para volver a la postura reflexiva que venía demostrando.
¿Sabés lo que pasa? Que en el mundo contemporáneo, nos penetra la cultura consumista. Nos va la vida en comprar cosas nuevas y hay que vivir comprando y comprando y comprando y pagando, y se te va la vida pagando cosas y nunca te alcanza. Y si trabajás tampoco te alcanza. Entonces, nos autoexplotamos, no porque nos exploten, sino porque nos autoimponemos, de hecho, un nivel de consumo que es demasiado grande y siempre nos presentan una novedad nueva todos los días para meternos una mano en el bolsillo. Entonces, no nos queda tiempo para vivir".
En esta línea, ejemplificó con los trabajadores de la Salud en Uruguay, quienes "hace años consiguieron las seis horas", pero trabajan dos o tres jornadas laborales porque no quieren que a sus hijos les falte nada. "Pero les faltás vos, pelotudo que no tenes tiempo para mimarlo a tu hijo", sentenció.
![Votó el expresidente José Mujica.](https://imgs.elpais.com.uy/dims4/default/d939284/2147483647/strip/true/crop/1620x1080+0+0/resize/1440x960!/quality/90/?url=https%3A%2F%2Fel-pais-uruguay-production-web.s3.us-east-1.amazonaws.com%2Fbrightspot%2Fe5%2F4f%2Ff6a5b7434bc08fd232e7633912ed%2Fwhatsapp-image-2024-11-24-at-08-07-23.jpeg)
Sin embargo, la pregunta que originó esta reflexión no quedó sin responder. Mujica volvió a ella y señaló que a los jóvenes "la política no les construye esperanza", que consideran que los políticos son “una manga de viejos acomodados”, que "son todos iguales" y que "no les interesa la política, pero esta "es la que va a determinar la tajada de tocino del reparto de todos los viernes".
Nuevamente, como si se tuviese que cumplir con más preguntas o se ignoraran las respuestas que no parecían condecir del todo con el contexto electoral, su salud volvió sobre el tapete y la respuesta fue: "yo estoy vivo por milagro".
Y en esa dicotomía en la comunicación que se daba en el circuito de la escuela en el Cerro, el equipo de Mujica le dijo que tenía que votar y él votó.