Saldain: "Los que aspiran a gobernar están deseando que se vote la reforma"

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Rodolfo Saldain. Foto: Leonardo Mainé.
Nota a Rodolfo Saldain, abogado uruguayo especializado en Derecho Laboral y en Derecho de la seguridad social, en su despacho en Montevideo, ND 20220811, foto Leonardo Maine - Archivo El Pais
Leonardo Maine/Archivo El Pais

ENTREVISTA

Afirma que “no había más remedio” que la reforma, que todos los que aspiren a ser gobierno en 2024 (incluso en el FA) van a estar “deseando que se vote” y que el Pit comete un error en no acompañar.

Rodolfo Saldaines el creador de la reforma jubilatoria que mañana será firmada por los ministros y el viernes llegará al Parlamento. Sostiene que “no había más remedio” que reformar el sistema, que todos los que aspiren a ser gobierno en 2024 (incluso en el FA) van a estar “deseando que se vote” y que el Pit-Cnt comete un error en no acompañar el proyecto, pues advierte que este también contiene beneficios para los trabajadores. En cuanto a las modificaciones que se hicieron al plan original (por el cual los primeros alcanzados serán los nacidos en 1973, cuando la idea original era implementarlas desde 1968), dijo que esto genera un “impacto”, pero no cambia lo sustancial.

-¿Por qué llevó casi dos años el proceso para terminar de redactar la reforma jubilatoria? ¿Costó llegar a un acuerdo?

-Creo que el plazo fue bien razonable. La primera vez que tuve la oportunidad de conversar sobre crear una comisión de estas características fue en 2017. Y allí plantee que era un trabajo que podría llevar dos años. Después hubo una definición por un plazo más breve, pero la entidad del trabajo requería, para que quedara bien, de tiempo. No fue que se tardó por falta de acuerdo, de hecho la parte propiamente política diría que duró un mes y medio.

-Es una ley amplia, de 322 artículos. ¿Cómo fue el proceso para su creación?

-Lo que fue lento, mejor dicho arduo, fue el trabajo de la comisión de expertos, que empezó en noviembre del 2020 y terminó en noviembre del 2021. El cometido central era el de crear dos informes, uno de diagnóstico y otro de recomendaciones. Se hicieron 51 reuniones en un año de trabajo, 75 reuniones en subgrupos, se recibieron 84 delegaciones y hubo unos 30 eventos de perfil académico. Una vez que se entregaron las recomendaciones en diciembre se inició un proceso de diálogo con las autoridades ministeriales competentes, y así fue que se conformó un grupo de 12 personas, seis de la rama jurídica y seis de la rama económica, que estuvimos trabajando en el anteproyecto y ahora en el proyecto final. Esta es una obra nacida de un trabajo colectivo.

-Entre las delegaciones que recibieron estuvo el Pit-Cnt…

-Sí, vino un par de veces.

-¿No le sorprendió entonces el planteo hecho en las últimas horas por la central en cuanto a que podrían llevar adelante algún tipo de movilización?

-En la primera reunión yo entendí que podría haber algún tipo de diálogo fructífero. En la segunda ya no, porque salió un poquito a contrapelo luego de que rechazaran ir. No era la conducta esperable, hablamos entonces con ellos pero fueron y no quisieron dialogar. En definitiva, no me sorprende la actitud. Creo que están cometiendo un error. Pero bueno, de eso se aprende.

-¿Por qué cometen un error?

-Porque no hay remedio que reformarlo, eso es algo que lo sabemos todos. Es una reforma imprescindible y hace años que se está hablando de ella. Lo han hecho Vázquez, Mujica, Astori y podría seguir nombrando dirigentes del Frente Amplio. Creo que siempre el tema jubilatorio es propicio para la captación rápida, fácil, de opinión. Pero tengo la impresión de que ese es un camino equivocado, cuando la reforma además contiene innumerables derechos nuevos. Y el tema ríspido, que es la suba de la edad jubilatoria, es un tema que está cambiando en el mundo. No es razonable que vivamos entre 20 y 25 años (luego de dejar de trabajar) y que tengamos el derecho jubilatorio de todo ese tiempo habiendo aportado 30 años. Se cae de maduro. No es razonable, con la dinámica demográfica del Uruguay, que se comprometa el futuro del país con una negativa a considerar una reforma de estas características. La reforma mejora, además, el sistema. Habilita a los jubilados a volver a trabajar, algo que hoy pueden hacer la mitad y la otra mitad no, entonces estos últimos trabajan en negro. Todo el tiempo de trabajo va a contar de alguna manera: hoy es posible que una persona haya aportado 20 años a una institución y le valga cero. ¿Alguien puede decir que cambiar esto está mal? Creo que falta la cautela para el estudio profundo de un proyecto que no conocen.

-El plan inicial corría a partir de quienes se jubilaban en 2027. El nuevo implica que habrá cambios desde 2033. ¿Esta dilación no perjudica los resultados de su plan?

-Claro, esto tiene un impacto. Pero hay dos impactos: por un lado el cambio en la fecha de la reforma implica una dilación de seis años en sus efectos; por otro, la distribución de los aportes de los nuevos trabajadores, que aportarán 10% al BPS o a la caja que corresponda y 5% a las AFAP (ahora en el 80% de los casos se divide 7,5% y 7,5%) aumentará la recaudación en el corto plazo. Es decir, hay efectos en un sentido y en el otro.

-¿Le hubiera gustado una reforma con resultados más a corto plazo?

-Bueno, a mí me hubiera gustado una reforma con los atributos que se necesitan, y esta los tiene: le da sustentabilidad al sistema, cambia la trayectoria del nivel del gasto, y es justa, con base uniforme para todos los uruguayos.

-Hubo una reforma en 1995, otra en 2008. ¿Los cambios actuales aseguran no tener que hacer una nueva reforma en menos de 20 años?

-Con esta reforma podemos pensar que en un horizonte de 25 o 30 años en que tendremos sustentabilidad en el sistema. Obviamente tiene que haber un seguimiento, y la ley incluye que esto se haga, porque hay que ver cómo cambia el mercado de trabajo, cómo evoluciona también la esperanza de vida. Pero en el mediano y largo plazo esta reforma asegura la sustentabilidad.

-¿Si la reforma se hubiera hecho antes, hubiera sido más laxa?

-Lo único que es seguro es que si la reforma se demora va a ser mucho más dura. Después, cuanto antes se tomen medidas de ajuste, es mejor. Pero eso requiere un vigor político y también una acumulación de información, de estudio. Coincide ahora que se dan las dos cosas, hay una acumulación de trabajo -seguramente de técnicos de todos los partidos, porque nosotros nunca le preguntamos a ellos qué votan- y también hay un gobierno que tiene la decisión de tomar esta iniciativa a mitad de mandato, cuando probablemente muchos lo deben haber desaconsejado por razones electorales.

-¿Espera que alguien en el Frente apoye la reforma?

-No sé si la van a apoyar, sé que quienes aspiren a gobernar van a estar deseando que se vote.

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