Renuncia el canciller Bustillo ante la crisis por los audios con Ache; los blancos piden más salidas

La comparecencia de la exvicecanciller Carolina Ache ante Fiscalía por el caso Marset desató un gran ruido político y desencadenó la renuncia del ministro de Relaciones Exteriores, Francisco Bustillo.

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Carolina Ache ingresando a fiscalía junto con su abogado Jorge Díaz
Carolina Ache ingresando a fiscalía junto con su abogado Jorge Díaz
Foto: Francisco Flores

En una de las tantas conversaciones privadas que tuvo en las últimas horas, el hoyexcanciller Francisco Bustillo señaló que para estar completamente tranquilo debía esperar por la declaración en Fiscalía de Carolina Ache, indagada como él en la investigación que lleva adelante el fiscal Alejandro Machado sobre eventuales irregularidades en la entrega del pasaporte al narcotraficante Sebastián Marset. Eso lo tenía nervioso. Y tenía razones para estarlo.

Las dos horas en las que Ache estuvo respondiendo preguntas de Machado y de su propio abogado defensor -el exfiscal de Corte Jorge Díaz-, más el material que entregó ahí en Fiscalía, terminaron constituyendo una nueva bomba para el gobierno de Luis Lacalle Pou, que como primera consecuencia política desencadenó la renuncia del canciller. En un comunicado, Bustillo acusó a Ache de actuar con “mala fe” y que aunque “las cosas no son como se las ha mostrado”, sí eran “lo suficientemente sensibles como para haberle presentado la inmediata renuncia al Señor Presidente”.

Luis Lacalle Pou se puso al tanto de la situación ayer por la tarde al bajar del avión en Nueva York -a donde fue para asistir a una reunión con el presidente Joe Biden y otros mandatarios del continente. El celular estaba cargado de mensajes, y una de las primeras llamadas que hizo -si no la primera-, sin saber en detalle aún lo que había ocurrido, fue a la vicepresidenta Beatriz Argimón -presidenta en funciones debido a este viaje del mandatario-, según indicaron a El País fuentes del Poder Ejecutivo.

En el oficialismo todos admiten que este “es el lío más grande del gobierno”, pero el problema más fuerte está en la bancada del Partido Nacional. Allí hay “furia” con los involucrados, y en la mayoría de los casos “cero respaldo” a los jerarcas que al cierre de esta edición todavía estaban en pie: el ministro del Interior, Luis Alberto Heber; el subsecretario de esta cartera, Guillermo Maciel; y el asesor presidencial, el publicista Roberto Lafluf.

Sobre el primero, por el desgaste político que ya ha acumulado con el Frente Amplio, aunque en este escándalo no ha tenido hasta el momento participación directa. Sobre el resto, por el directo involucramiento en una serie de hechos que a los ojos de los nacionalistas conforman, en la hipótesis mínima, una irregularidad innegable pero, sobre todo, que “mintieron” cuando fueron interpelados por la oposición en agosto del año pasado y respondieron que al momento de entregar el pasaporte al narcotraficante “no se sabía quién era Marset”.

Francisco Bustillo
Francisco Bustillo.
Foto: AFP fotos

“Tenemos una bronca bárbara; se tienen que ir todos, a lo Milei”, dijo uno de los senadores blancos más enfrascados. Otro habló de “falta de respeto” con los dirigentes del oficialismo “que están tratando de hacer las cosas bien”.

El tuit de Jorge Gandini a la noche resume el tenor de los intercambios que tuvieron varios blancos de primera línea cuando ya caía el sol: “A los militantes, a los compañeros, antes que nada, pedirles perdón. El Partido importa, el Gobierno importa, pero primero está la Patria y sus Instituciones. Ahora tranquilidad, confianza, hay Presidente”.

Por cuota política, la vacante en el Palacio Santos será ocupada en los próximos días por un nacionalista o un hombre de directa confianza de Lacalle Pou. Y en la Cancillería, según supo El País, el nombre más firme que se maneja para el puesto es el de Diego Escuder, hoy director general de Secretaría de la cartera, un dirigente blanco cercano al secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado.

La bomba

Lo que hizo Ache fue grabar una conversación clave con Bustillo, y su contenido, divulgado por Búsqueda y luego por El País, ya está en manos de Machado, que a su vez lo derivó al fiscal de Corte, Juan Gómez, para que se conforme una línea de investigación aparte de la del pasaporte.

En resumidas cuentas, en esa charla Bustillo le pidió a Ache que no entregara a las autoridades un diálogo por WhatsApp que ella había mantenido el 3 de noviembre de 2021 con el subsecretario Maciel -en el que este último le pedía información sobre Marset, entonces detenido en Dubái, y advertía que era un narco “muy peligroso”. Pero a eso, Ache agregó otra información: un pedido aún más explícito que en noviembre de 2022 Lafluf hizo a ambos subsecretarios para que eliminaran ese chat. Lo primero quedó grabado porque Ache dejó registro del intercambio y así lo entregó a Fiscalía. Lo segundo fue declarado por Ache ante Machado.

En el diálogo entre Ache y Bustillo, la entonces subsecretaria le anunció que estaba a punto de entregar ese chat con Maciel a la instructora de la investigación administrativa que en ese momento se desarrollaba en Relaciones Exteriores, y Bustillo pidió que no lo hiciera. Le dijo que “aguante” pues intentaría “enderezar esto porque es un desastre”. “Dejame que hable con Carlos Mata (director de Asuntos Jurídicos) a ver si tiene algún tipo de influencia sobre la tipa; que por lo menos no guaranguee con las preguntas. Me dijiste que te mandó dos mails... Que mande un tercero y que no sea tan incisivo... Que nos dé una salida para evitar dar los WhatsApp”, fueron las palabras del renunciado canciller, quien incluso fue más allá: “Que se mande al frente a Maciel. Vos perdé el celular”, le dijo a Ache.

El 25 de noviembre de 2022, luego de que ese chat se hiciera público, Lafluf citó a Maciel y Ache en la Torre Ejecutiva, según dijo él a pedido del “presidente”. Y en esa reunión, declaró Ache en Fiscalía, fue cuando Lafluf les pidió a ambos borrar el chat. Los dos, contó, accedieron al pedido, pero ella ya tenía respaldado el material. La segunda parte de la solicitud era que se labrara un acta con escribano dejando constancia de que no había hablado con Maciel sobre Marset. Pero Ache se negó y dijo que no cambiaría “el protocolo” entregado en la investigación de Cancillería. En un diálogo telefónico al otro día, Lafluf le dijo: “Presentá todo como está. Lo único que te voy a pedir es que vuelvas a entregar el protocolo’”. Esto despertó sospechas a Ache, que le preguntó por qué algo que ya había hecho tenía que hacerlo de nuevo: “Él me dice: ‘Porque no está más; porque lo destruí’”. Ante Machado, Ache aseguró: “Cómo llegó el protocolo desde el despacho del ministro a las manos de él, desconozco”.

Además

Ache: "Tenía una presión enorme"

Durante el interrogatorio con el fiscal Machado, el abogado de Ache, Jorge Díaz, le preguntó a su clienta por qué había grabado la comunicación telefónica con Bustillo. Y que contara si ella había consultado a su abogado sobre la legalidad de ese procedimiento. “Tú me respondiste que era legal y que había jurisprudencia en ese sentido”, dijo. Entonces Díaz le preguntó de nuevo a su defendida, “¿por qué tomar una medida tan extrema”, y ella respondió: “Era una situación de una presión enorme porque por un lado el ministro me estaba pidiendo lo contrario a lo que me pedía formalmente por la Cancillería. Yo además sabía que todo iba a terminar en la Fiscalía. Quizá, y yo lo pienso, si hubiese accedido a todo lo que me pedían hoy era subsecretaria pero hubiese cometido un delito, no dormía tranquila pero la dignidad está por encima de cualquier cargo”, respondió Ache.

FA reclama cumbre y que Lacalle Pou regrese

El Frente Amplio consideró insuficiente la renuncia del canciller Francisco Bustillo y reclamó “destituciones” ante las revelaciones efectuadas por la exsubsecretaria de Exteriores Carolina Ache en torno al caso Marset. La dimisión del canciller se conoció apenas minutos después de que el Secretariado Ejecutivo de la oposición analizara el tema y reclamara el retorno inmediato del presidente Luis Lacalle Pou desde Estados Unidos. También se exigió que el mandatario “se haga cargo” de la situación y convoque de inmediato a cumbre entre todos los partidos políticos que permita “recomponer la institucionalidad”, según expresó Fernando Pereira. “Es un tema muy grave y hay que tratarlo con mucha sobriedad”, afirmó el presidente del Frente Amplio. “Queremos salir de este tema en clave institucional, en diálogo con todos los partidos y el presidente”, apuntó.

Pereira señaló que la fuerza política se reserva de efectuar todas las acciones parlamentarias posibles, y sostuvo que no basta con que los jerarcas involucrados por Ache renuncien. Lacalle Pou, señaló, debe destituirlos. “Si todos sabían, como dijo la vicecanciller, no debe quedar nadie”, agregó. Allí enumeró a “los ministros” y al asesor en comunicación de Presidencia, Roberto Lafluf. “El presidente debe dar señales claras a los uruguayos”, aseguró.

Pereira había convocado ayer al Secretariado Ejecutivo a una reunión de “urgencia” luego de haberse conocido el testimonio de la exvicecanciller ante Fiscalía. La reunión, en la que participaron los principales sectores políticos de la coalición, generó un amplio debate en torno a cuál debía ser el accionar de la oposición sobre lo que se definió como la mayor crisis institucional que vivió este gobierno desde 2020.

Allí se concluyó que debía existir un pronunciamiento inmediato de la fuerza política, habida cuenta de la gravedad del caso y con la seguridad de que el gobierno no tenía mayor margen para dilatar la toma de decisiones. “No nos van a dar el changüí de que nos llevemos puesto a un ministro”, señaló uno de sus integrantes, en referencia a la próxima interpelación que el Frente Amplio le hará al titular de Interior, Luis Alberto Heber, en el Senado. La oposición también había convocado a Bustillo, para que respondiera ante el Parlamento por la reciente abstención de Uruguay ante la Asamblea General de Naciones Unidas en torno a la guerra Israel-Hamás.

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