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Por Joaquín Silva
Más allá de la posibilidad de que nuevos nombres se sumen de improviso llegado el momento, el sistema político uruguayo hoy tiene definido con meridiana claridad cuáles son las figuras con real posibilidad de estar compitiendo en las internas de 2024, aunque las chances varíen sustancialmente entre un caso y otro.
Es un debate que, como ha ocurrido otras veces, incomoda más al oficialismo que a la oposición -más suelta de cuerpo para la tarea política propiamente dicha- y en el que hoy aparecen básicamente tres partidos con problemáticas propias.
Porque el Frente Amplio discute cómo mantener la unidad necesaria para volver al poder, al tiempo que emergen dos figuras fuertes que se sacan chispas; el Partido Nacional tiene a dirigentes apurados en definir candidaturas y esto preocupa al gobierno por el desgaste que puede suponer para los blancos tener una campaña anticipada; y los colorados son bien conscientes que atraviesan una ya crónica crisis de liderazgos, fruto de eventos de impacto como las renuncia total a la política de Ernesto Talvi en 2020 o la salida del Ministerio de Ambiente de Adrián Peña por haber mentido acerca de su título académico.
Pero sea como fuere, el menú electoral está servido ya desde el año pasado, y los probables precandidatos aprontan sus agendas, planifican sus recorridos y trazan sus estrategias, sabedores de que, llegado el momento, hay definiciones concretas que deberán tomar.
Una y esencial es qué hacer respecto a las responsabilidades institucionales y políticas que actualmente tienen al frente del gobierno nacional o la gestión departamental -como es el caso de los intendentes frenteamplistas de Montevideo (Carolina Cosse) y Canelones (Yamandú Orsi), que ya están analizando su situación.
La primera pregunta se dirige a quienes hoy ocupan cargos en primera línea de la administración pública: los integrantes del Poder Ejecutivo. Y aquí las respuestas que han dado en su entorno los jerarcas que ya están en el inevitable juego electoral son prácticamente unánimes: aunque no hay una disposición explícita por parte del presidente Luis Lacalle Pou, todos aceptan la realidad de que la gestión de gobierno es incompatible con la actividad de campaña. “Es por una simple razón de disponibilidad de tiempo”, razonó un integrante del Ejecutivo.
Entonces será un hecho que -aunque sus precandidaturas no estén aún confirmadas en público- el secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, y el ministro de Trabajo, Pablo Mieres, darán un paso al costado llegado el momento de lanzar sus campañas.
Lo mismo harían -aunque están varios escalones por debajo en la determinación a ser eventualmente precandidatos, ya que entienden que el tema no debería abordarse al momento- los ministros Martín Lema (Desarrollo Social) y Javier García (Defensa).
Y el mismo camino seguirán otros ministros, según supo El País, que aunque no pretenden competir ellos mismos por el máximo premio sí trabajarán en la campaña para otros precandidatos o para renovar las bancas en el Parlamento. Un ejemplo en este sentido es el del ministro del Interior, Luis Alberto Heber, líder del Herrerismo que hoy tiene todas las fichas puestas en Laura Raffo.
Y Raffo también tiene planificado dar un paso al costado del cargo que ocupa actualmente, aunque este no tenga ninguna vinculación de gobierno. La excandidata a intendenta de Montevideo por la coalición multicolor es hoy presidenta de la Mesa Departamental del Partido Nacional, puesto que abandonará una vez que lance su precandidatura.
Claro que entonces surge la interrogante del millón: ¿cuándo se darán estos hechos?
La pregunta es fácil de contestar para el ministro Mieres, quien sabe que es muy poco probable que afronte una interna en su partido, por lo que no dejará el gabinete antes del año que viene. Pero es muy difícil de responder para los blancos, enfrascados desde hace meses en un debate que plantea justamente eso: las diferentes perspectivas acerca de los tiempos electorales, y los ritmos que deberían tener la carrera de los futuros precandidatos.
Lo que sí hay en filas nacionalistas es el convencimiento de que lo que se tendrá es una campaña bastante corta en términos generales, ya que no se esperan proclamaciones en el primer semestre del año. Hay, según indicaron fuentes partidarias, voces que hablan de “la primavera” como mojón para empezar a sincerar las intenciones, aunque otros afirman que no debería haber lanzamientos antes de fines de este 2023.
El apuro por supuesto que varía, porque las situaciones son distintas.
Raffo, por ejemplo, no tiene ninguna urgencia, dado que su cargo es netamente político y no le impide en ningún sentido -sino todo lo contrario- recorrer el Uruguay y reunirse con dirigentes.
Esa es una diferencia clave con Delgado -el hoy favorito, con quien tendrá una contienda directa, según entienden todos en el Partido Nacional-, que en este momento está enfocado en las tareas de gobierno -sobre todo de coordinación y monitoreo de los grandes proyectos de esta administración- y está entonces más limitado para hacer política partidaria.
Bancas y entes
La pregunta acerca de la renuncia también es válida para quienes son legisladores -como la vicepresidenta de la República, Beatriz Argimón, que formalmente es senadora-, aunque comúnmente los parlamentarios que se candidatean no abandonan su banca porque las características de la tarea son más que compatibles con la del político que quiere presentar su proyecto a futuro: reuniones con la gente, recorridas por el país y la búsqueda de rápidas soluciones.
Es por eso que tanto Argimón como el líder del sector nacionalista Por La Patria, Jorge Gandini, no planean dejar la cámara si es que confirman su precandidatura en algún momento del año.
Lo mismo ocurre con Guido Manini Ríos, el senador que conduce a Cabildo Abierto, en cuyo entorno dan como natural que seguirá en la banca mientras lleve adelante su campaña, pese a que no ha sido aún un tema a discutir.
Es que lo que se da por sentado es el hecho de que, además de que el Parlamento es en sí mismo una plataforma más que conveniente para proyectar a un candidato, los legisladores pueden hacer uso de sus varios días de licencia.
Luego hay dos casos bien diferentes al resto, que son los del presidente del Consejo Directivo Central de la ANEP, Robert Silva, y el titular de Antel, Gabriel Gurméndez.
Son especiales porque están comprendidos por la prohibición constitucional que alcanza a los presidentes e integrantes de directorios de entes estatales y servicios descentralizados de hacer o participar de cualquier forma en política partidaria, y la obligación a renunciar 12 meses antes del acto eleccionario si quieren ser candidatos a legislador.
Por eso es que el calendario para ambos colorados tiene un apremio que no tienen otros. Fuentes partidaria indicaron que ninguno de los dos han tomado una definición, aunque la situación de Silva es “más compleja” que la de Gurméndez, ya que el presidente del Codicen lleva adelante la reforma educativa y su intención es no abandonarla hasta asegurarse de que la transformación logró resultados satisfactorios.
Los dirigentes en carrera que hoy tienen cargos públicos
- Álvaro Delgado, secretario de Presidencia
Es el favorito en la interna blanca y quien se proyecta como la figura que encarnaría la “continuidad” del gobierno de Luis Lacalle Pou. Y tiene claro que, de oficializarse su candidatura, dejaría a un lado su rol en el gobierno.
- Yamandú Orsi, intendente de Canelones
Hoy le lleva una amplia ventaja a quien asoma como su contendiente, Carolina Cosse. Desde la comuna canaria se ha proyectado como figura nacional, pero analiza renunciar a la silla comunal en marzo de 2024.
- Laura Raffo, presidenta de la Departamental
Aunque entiende que su cargo en el PN no es incompatible con las tareas de un candidato, cuando se confirme su candidatura abandonará esta responsabilidad para dedicarse íntegramente a la campaña electoral.
- Carolina Cosse, intendenta de Montevideo
La jefa comunal de Montevideo no tiene hoy una decisión tomada. Está a la espera de la definición del Frente Amplio en su congreso de diciembre y recién entonces evaluará cuál será el mejor camino a seguir.
- Pablo Mieres, ministro de Trabajo
El líder del Partido Independiente dejará el gabinete cuando su colectividad lo proclame como candidato a presidente. No tiene apuro para hacerlo porque, en principio, no enfrentará una interna competitiva.
- Robert Silva, presidente del Codicen
Es una de las apuestas del Partido Colorado, pero hoy está enfocado en la reforma educativa. Está obligado por la Constitución a renunciar para hacer campaña, pero todavía no hace pública su decisión.
- Martín Lema, ministro de Desarrollo Social
Está en el radar nacionalista, aunque el dirigente de Aire Fresco evita toda alusión a lo electoral. Es un nombre que no se descarta ni se confirma. Sin embargo, de estar en la contienda, se sabe que dejaría el Ejecutivo.
- Beatriz Argimón, vicepresidenta de la República
Su objetivo es que este 2023 sea un año de gran trabajo legislativo, pero al mismo tiempo elabora una plataforma programática propia. Las encuestas la posicionan detrás de Delgado y, de competir, no dejará la banca.
- Guido Manini Ríos, senador
El líder de Cabildo Abierto será nuevamente candidato. Como Mieres, no se espera que tenga una interna competitiva y, como Argimón, en principio no ha considerado dejar el Senado para la campaña.
- Jorge Gandini, senador
Es el mismo caso que el de los otros legisladores: el rol del parlamentario no obstruye las tareas de un candidato. De manera que esta figura que busca aglutinar al wilsonismo recurrirá a las licencia en caso de competir.
- Javier García, ministro de Defensa
Es otro de los dirigentes que elude toda discusión electoral porque cree que es un asunto para 2024. Sin embargo, hay quienes piden su precandidatura y, de aceptarla, renunciaría al cargo en el gobierno.
- Gabriel Gurméndez, presidente de Antel
Desde la administración de la empresa estatal se ha construido como una figura que los colorados buscan impulsar. Lo alcanza, como a Silva, la prohibición de hacer campaña en el cargo. También analiza su futuro.
El FA tiene estimado que sus candidatos harán campaña corta
La grilla de candidatos del Frente Amplio en realidad hoy es más amplia que solamente Yamandú Orsi y Carolina Cosse, porque también han enviado señales sobre su voluntad de competir el intendente de Salto, Andrés Lima y el senador Mario Bergara. Pero en la coalición de izquierda está cada vez más claro que se configura una contienda binaria entre los intendentes de Montevideo y Canelones -este último con ventaja a juzgar por el favoritismo de las encuestas.
De manera que tanto uno como otro piensan en este escenario desde hace tiempo, aunque las planificaciones sobre el camino que les espera tienen algunas diferencias, según supo El País en base a consultas a sus allegados.
Por ejemplo, en el caso de Orsi estiman que en marzo de 2024 debería abandonar la comuna canaria para dedicarse íntegramente a la carrera electoral, mientras que Cosse no tiene una definición tomada, y esperan al congreso de diciembre, instancia en la que el Frente Amplio tomará orgánicamente postura sobre todos estos temas.
Lo que sí comparten ambos dirigentes es la ventaja de estar en cargos que ofrecen una interesante plataforma política para proyectar candidaturas. Eso también complejiza su panorama, ya que renunciar a la intendencia es también renunciar a esa ventaja.
Y los dos tienen claro que tendrán una campaña relativamente corta, entre otras cosas porque en la coalición de izquierda es importante cuidar la unidad partidaria, y una carrera breve implica menos desgaste a la interna.