Sanguinetti: "Lo de Pedro (Bordaberry) es personal; no hemos traído problemas"

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El expresidente uruguayo Julio María Sanguinetti habla en entrevista con El País. Foto: Leonardo Mainé
Nota a Julio Maria Sanguinetti, abogado, historiador, periodista y politico uruguayo, exPresidente de la Republica y electo Senador de la Republica por el Partido Colorado, en su domicilio en Montevideo, ND 20200730, foto Leonardo Maine - Archivo El Pais
Leonardo Maine/Archivo El Pais

PARTIDO, LUC Y PROYECCIONES

El expresidente cree que el regreso de Bordaberry es una opción, pero no está de acuerdo con él en su afirmación de que trajeron problemas al gobierno.

No es solo un expresidente, también es una de las figuras más relevantes de la coalición. En esta charla con El País, Julio María Sanguinetti defiende nuevamente al exministro Cardoso, expresa preocupación de cara al referéndum en contra de la LUC, dice que ve un FA revigorizado y reconoce que su partido debe buscar nuevos candidatos. Cree que el regreso de Bordaberry es una opción, pero no está de acuerdo con él en su afirmación de que trajeron problemas al gobierno.

-¿El gobierno puede perder el referéndum contra la LUC?

-Es un gran desafío. Y no lo es solo para el gobierno, lo es para el país. La LUC no solo definió las prioridades de esta administración, abrió cambios que fueron fundamentales. Esto puede verse en la educación y también en el proceso de orden público. Me han cuestionado por esto, pero yo siento a este desafío tan fuerte como el del 80.

-El tema, quizá, esté en que en 1980 estábamos en dictadura…

-No se trata de una analogía histórica de momentos, es una analogía de sustancias. En aquel momento era la libertad lo que estaba en juego, en este es el destino de la educación. Las corporaciones gremiales hoy dominantes son inmovilistas, son resistentes al cambio.

-¿Su mayor temor, en este caso, es que vuelva a haber una representación docente en los distintos subsistemas?

-Los docentes tienen hoy representación en el órgano mayor, el Codicen, donde hay dos miembros electos, como lo era hasta hace poco Robert Silva. De donde salieron sí es de la administración cotidiana, de cada una de las ramas, cuya influencia determinante ha quedado al desnudo con lo que ha ocurrido con Fenapes recientemente. Quedó claro que Secundaria no tenía autoridad, que estaba subordinada a la burocracia sindical.

-La pasada semana, en este mismo espacio, el criminólogo Nicolás Trajtenberg advertía que el gobierno debía demostrar que la caída de los delitos tenía que ver con la LUC.

-Lo que la LUC ha significado, y eso es inequívoco, es un claro cambio anímico y de actitud en la actividad policial. Más allá de los resultados de baja del delito, que se puede discutir cuánto influyeron las normas y cuánto la pandemia, lo que importa sí es que hoy la autoridad policial se siente más amparada en su acción. No se puede cuestionar que uno ve en la Policía, en la actitud de prevención, en la presencia, en sus niveles de actuación, un entusiasmo mayor. Por otro lado, hay un rescate del concepto de orden público.

-¿No había orden público con el FA?

-El FA manejó la Policía con muchos prejuicios. No por casualidad los primeros actos en esta materia, durante su primer gobierno, fue una liberación masiva de presos. El FA ideologizó mucho la seguridad. Todo lo que hicieron fue quitarle responsabilidad al delincuente y mirar el fenómeno desde una responsabilidad social colectiva. Nosotros creemos que el camino que marcó Larrañaga hay que continuarlo. Hay que seguir por el camino de Larrañaga y no por el de Bonomi.

-Usted esperaba que el FA y el Pit-Cnt…

-Son la misma cosa. Uno no sabe si el Pit-Cnt es el brazo sindical del Frente, o si el Frente es apenas el brazo político del Pit-Cnt. Es incuestionable. Tanto que ahora proponen al presidente del Pit para presidir el FA. No estoy descalificando a la persona, es un dirigente respetable.

-¿Y usted esperaba que se reorganizaran tan rápido luego de la derrota electoral?

-Los veo retemplados anímicamente. Antes uno los veía desconcertados y hoy, luego de las firmas, sin dudas, el FA ha tenido un cambio anímico. Por eso están exultantes impugnando lo que hace o no hace el gobierno, lo que dice o no. Pero ese estado de ánimo no les da razones.

-Pero en política eso tiene un peso, y de cara a un referéndum…

-Lo que importa acá es que la ciudadanía aprecie lo que se juega. Nadie puede asegurar resultados electorales jamás. Tenemos que informar, tratar de abrir consciencias y erradicar falsedades.

Validación de las firmas presentadas contra la LUC en la Corte Electoral. Foto: Francisco Flores
Validación de las firmas presentadas contra la LUC en la Corte Electoral. Foto: Francisco Flores

-Hoy ninguno de los ministros colorados que comenzó el gobierno sigue en su cargo. ¿Cómo es la situación de su partido?

-Hemos tenido varios golpes, algunos accidentales y otros más definitivos, como la salida de Talvi. Desde la crisis de 2002 hemos atravesado circunstancias, pero se va a salir de nuevo y vamos a ser tan decisivos como lo fuimos en 2019. Cuando en su momento procuré reunirme con Larrañaga y Lacalle Pou, en mayo de 2018, el Partido Colorado en las encuestas tenía 5%, y a partir de ahí instalamos la idea de la coalición. Si uno mira al país en los últimos años, ¿el crecimiento dónde estuvo? En la forestación y las zonas francas. El 90%, entonces, tiene que ver con leyes que vienen de mi primera presidencia.

-En este escenario donde usted visualiza un FA un poco más organizado, ¿cómo se puede reorganizar el Partido Colorado?

-El futuro está en su idiosincrasia, en su ADN, en su capacidad política. En el panorama actual, si miramos el gran espectro republicano, nosotros somos el centro del centro, y representamos lo que siempre: el republicanismo laico, la ética de la responsabilidad, la búsqueda de caminos políticos difíciles. Nosotros es cierto que en 2019 no tuvimos una gran elección, pero fuimos decisivos, porque no olvidemos que el Partido Nacional sacó 29% en la primera vuelta. Hoy nos hemos vuelto a quedar sin liderazgo, es cierto, y la visualización de candidatos, que es una vieja enfermedad uruguaya, hace que mucha gente vea en el Partido Colorado más dificultades que antes. Pero tenemos confianza.

-Pero se necesitan liderazgos...

-Ustedes hablan de candidaturas, no de liderazgos. Porque el partido tiene rostros: hay un comité ejecutivo, un secretario general, diputados, senadores y ministros. Aquí estamos. Nadie duda de quiénes somos los colorados. Y además tenemos el orgullo de decir siempre que somos un socio leal de la coalición, porque somos leales al Estado democrático.

-Que Talvi se presentara como candidato y luego se fuera intempestivamente, ¿es un escollo más? ¿Se perdió un tiempo que hubiera sido útil para construir un nuevo líder o candidato?

-Sin dudas, que la primera figura del partido se retire es una situación traumática. Pero la vamos sobrellevando confiando en que en las nuevas generaciones aparezcan los que tienen que aparecer.

-¿Le preocupa en qué manos quedará el partido después de usted?

-Sería absurdo decir que no nos importa tener o no tener candidatos.

-¿Y quiénes están en su cabeza como posibles candidatos?

-Eso no lo voy a decir.

-¿El regreso de Pedro Bordaberry es una opción?

-Pedro es una figura de enorme prestigio. Nadie discute que era uno de los mejores legisladores. Sigue siendo una reserva nacional. Y por supuesto que veríamos con enorme alegría que se vinculara de nuevo a la actividad política.

-Muchos de los que estaban con Bordaberry hoy están en Ciudadanos. Y en Ciudadanos dicen que la impronta del sector no permitiría tenerlo a él como candidato. ¿Sería bien recibido en Batllistas?

-No se puede hacer futurología. Sería bien recibido sin ninguna duda en el partido, más allá de los grupos. Es una figura que todavía tiene vigencia.

-¿Tiene contacto con él?

-Esporádico, pero amistoso.

-En una carta que salió publicada en El País, Bordaberry dijo que el Partido Colorado no debería traerle tantos problemas al gobierno. ¿Qué opina usted de esto?

-Es una apreciación personal y la respetamos. Yo creo que nosotros no le hemos traído problemas al gobierno, porque todo problema que hemos planteado lo hemos resuelto. Incluso en el último episodio con Turismo podríamos haber defendido al ministro, en el cual creemos, pero una vez instalado un conflicto nuestro sentido del deber fue ahorrarle al gobierno un debate político que le iba a generar dificultades. ¿Hubiéramos deseado que situaciones así no existieran? Desde ya que sí, pero cuando existen se enfrentan. Conflictos políticos tienen todos y los seguirán teniendo.

El expresidente uruguayo Julio María Sanguinetti habla en entrevista con El País. Foto: Leonardo Mainé
El expresidente uruguayo Julio María Sanguinetti habla en entrevista con El País. Foto: Leonardo Mainé

-Usted hizo una defensa muy fuerte de la gestión de Cardoso. ¿Está convencido de que no se dio ninguna irregularidad?

-Cardoso fue un gran ministro, y eso lo reconocen los actores del turismo. Trabajó mucho. Y le tocó una época dificilísima. En cuanto a los episodios en sí, es muy ingrato que esto se determine por dos figuras del mismo partido: uno de ellos un funcionario de confianza (Martín Pérez Banchero, de la 15), quien fuera designado por el mismo ministro (de Batllistas). Uno lo que ve es que se actuó dentro de la normalidad habitual de un ministerio que no licita la publicidad porque no puede. A mí no me cabe duda de que no hay la menor sospecha de ningún tipo de aprovechamiento personal; lo que hay es un debate administrativo en cuanto a si se actuó dentro de las normas del Tocaf.

-Una de las cosas que se señalan es que él firmó algunos permisos de pago que no debió haber firmado…

-Yo no puedo hablar por cada expediente. Errores puede haber siempre, pero aquí no hubo otra cosa.

-¿Usted vio documentación que prueba que no hubo irregularidades o solamente cree en lo que Cardoso le ha dicho?

-Hay expedientes que vio el presidente y luego dijo que no vio ninguna cosa fuera de la ley, o sea que no es solo mi opinión.

-¿Cómo fue que terminó usted anunciando un ministro aquí en su casa?

-Yo no anuncié ningún ministro. Asumí la responsabilidad que entendía debía asumir como secretario general del Partido Colorado, para intentar preservar al máximo los intereses colectivos del gobierno y la figura del presidente de la República. Yo no nombré a nadie, simplemente acompañé al ministro renunciante en su actitud y acompañé la propuesta de un nuevo ministro. Son deberes que a veces no se entienden. Mucha gente no termina de entender el sentido de ética responsable que tenemos los colorados.

-¿Le molestó la actitud de la lista 15 de no renunciar a su banca en el Senado para que el lugar que dejaba Tabaré Viera al ir al ministerio quedara en manos de Batllistas?

-Nunca hubo un condicionamiento de ese tipo.

-Batllistas se quedó sin banca en el Senado ahora…

-Pero yo me siento bien representado por los legisladores de la 15. Con Germán Coutinho trabajamos muy bien y con ‘El Mono’ (Raúl Batlle) también lo haremos. Somos todos colorados.

Descarta apoyar ley de Cabildo Abierto

-¿El Partido Colorado estaría dispuesto a aceptar algún tipo de modificación en la ley forestal, como reclama Cabildo Abierto?

-La ley forestal es la que ha generado el impacto más importante en la estructura económica del país. Por otro lado, todos los inversores extranjeros destacan de Uruguay la estabilidad jurídica. Cambiar la ley es establecer una sombra de duda innecesaria. La ley, además, no ha sido estática. En el manejo de los suelos ha habido cambios, se han propuesto y se seguirán proponiendo reordenamientos e ideas para el cuidado de los suelos.

-El proyecto de Cabildo ya tiene media sanción en Diputados, lo que consiguió con votos del FA; pero ahora, de cara a la discusión en el Senado, Guido Manini Ríos dijo que están dispuestos a negociar. Una opción, ha dicho, es modificar el límite de 10% del territorio nacional para las plantaciones. ¿Qué opina?

-Es que nosotros lo que entendemos es que no se puede modificar la ley.

-¿Esto puede implicar un quiebre en la coalición?

-Nada implicará un quiebre. El propio presidente dijo que vetaría la ley.

-¿Tiene que vetarla?

-Estamos de acuerdo con la ley como está.

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