Sartori abrió su campaña con un discurso conciliador

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Con recursos de última generación, Sartori lanzó su precandidatura. Foto: M. Bonjour

Presentación oficial

No hizo propuestas, salvo “un pacto para la convivencia”.

"Faltan diez minutos para el encuentro con Juan. Faltan cinco, faltan dos… ¿Quién es Juan Sartori?". La expectativa se adueñó ayer del Teatro Metro. Hasta que entró él, con el fondo de pantallas gigantes que alternaban entre la bandera de Uruguay y la del Partido Nacional, y tras las "buenas noches" dijo: "Yo soy Juan Sartori".

El multimillonario lanzó su precandidatura oficial a la Presidencia de la República por el Partido Nacional. Lo hizo ante un auditorio de poco menos de 1.000 personas —la capacidad máxima del Teatro— y la transmisión en vivo de dos canales de televisión y por Internet.

En la platea, además de su "mentor" Alem García, su hijo de dos años, su esposa Ekaterina Rybolovleva —la socialité rusa—, el expresidente de Andebu, Pedro Abuchalja, había varios "seguidores" del interior del país que, como reconoció la fernandina Luciana (29), se les financió el viaje para llegar hasta la capital.

Ante ellos, Sartori se preguntó "¿por qué llevando una vida como empresario, habiendo tenido una carrera empresarial exitosa", ahora se encuentra perfilando una carrera política? Y se respondió: "Algunos me han llamado paracaidista de la política. Déjenme decirles algo: Hay que tener coraje para realizar nuestros propios sueños".

En su discurso, el que leyó en dos teleprónter transparentes muy similares a los que Donald Trump usó en su campaña presidencial, Sartori reconoció que "tiene claro" que el rol político es distinto al empresarial. Pero aclaró que él aprende "muy rápido" y que, de última, la "política no tiene dueños".

En este sentido, tomó como un elogio los dichos del expresidente José Mujica, quien recordó que vio a Sartori dos veces, la segunda de ellas cuando el empresario le pidió un consejo para candidatearse y que, al enterarse que sería candidato presidencial, lo tildó de "loco". Dijo: "Pensé: Este quiere ser legislador, empezará una carrera política como tantos en Uruguay. Pero si me hubiera dicho que se quería tirar a candidato a presidente le hubiera dicho que está loco".

Sartori subió las escaleras de las sede del Partido Nacional, por primera vez, el viernes pasado. En una reunión que mantuvo con la presidenta del directorio, Beatriz Argimón, le manifestó su interés de candidatearse en las próximas elecciones. Con el acto de ayer, en el Metro, terminó de sellar sus pasos para el inicio oficial de una campaña.

En varios tramos de su alocución, el empresario puso el énfasis en que llega a la política para sumar, "no para dividir ni guardar rencores", y, por tanto, propuso que todos los precandidatos suscriban "un pacto de civilidad, convivencia y acatamiento de los resultados".

Puesta en escena.

Sacaron los carteles que invitaban a los espectáculos del mediático psicólogo argentino Gabriel Rolón y de una cantante de plena, esos que colgaban sobre la entrada principal del Teatro Metro. En su lugar, colocaron un tríptico de Sartori que en el centro anunciaba que a las 19 horas de este martes comenzaría el acto de lanzamiento de la precandidatura, pese a que empezó una hora después.

En la puerta, estaba el clásico garrapiñero, la señora que vendía escarapelas de Uruguay a $ 100 cada una, los militantes que se repartían gorros con el nombre del político (esos gratis) y una ambulancia por si acaso.

Dentro del Teatro, tunearon el escenario. Hicieron un marco con los colores del Partido Nacional, colocaron las pantallas gigantes que cubrían todo el foro, pusieron los dos teleprónter y un atril en el que posó el precandidato para su discurso. Era un atril transparente, una asistente se encargó de dejarlo limpio con alcohol azul previo a que el empresario subiera al escenario, de manera tal que luciera el traje a medida que Sartori había escogido para esta noche.

El saco de ese traje se lo quitaría recién sobre el final, cuando saltó del escenario para abrazarse con algunos seguidores.

Como aún no existe un cántico propio, los presentes acompañaron sus saludos con un "Uruguay, Uruguay". Y Sartori acompañó tomando en su manos la bandera patria que un seguidor le había lanzado.

Recién llegado.

De quienes anunciaron su precandidatura, Sartori es el más joven de los postulantes. Tiene 37 años y casi la mitad de su vida la pasó como empresario. Había fundado Unión Group, compañía que llegó a poseer el 1% de las tierras de Uruguay y que dirigió hasta el pasado junio.

Más allá de su carrera empresarial Sartori se hizo conocido por casarse con la hija de un magnate ruso que últimamente ha tenido problemas con la Justicia. Al respecto, Sartori señaló que, como persona, nunca ha cometido "siquiera una infracción". Y luego bromeó: "Bueno, ahora que lo pienso, cuando tenía veinte años, me pusieron alguna multa porque iba a exceso de velocidad. ¡Cosas de juventud!".

Desde hace años vive fuera del país, y reparte su tiempo en sus casas de Suiza, Londres y Nueva York. Pero ahora, tras el anuncio de que será precandidato, se mudó a Uruguay. "¿Saben lo que necesita este país?", les preguntó a los presentes. "Necesitamos oportunidades para todos, buenos empleos para todos y estabilidad para todos. Un futuro seguro para todos".

En su primer acto político, Sartori no hizo propuestas, pero se atajó a las críticas: "Ya dirán algunos que no tengo nada que decir, o peor aún, que me estoy guardando los programas. No es eso. Lo que pasa es que yo no quiero que mi gobierno sea el plan de Sartori. Yo quiero que mi gobierno sea el plan de la gente".

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