ENTREVISTA
Es el primer suplente en el Senado de Sergio Abreu. Dijo que está aportando al gobierno desde su rol de empresario agropecuario y advierte dificultades para el país en el segundo semestre.
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Es dirigente del Espacio 40, que lidera Javier García, y en la campaña electoral formó parte del equipo que llevó a Luis Lacalle Pou a la Presidencia. Hoy es el primer suplente en el Senado de Sergio Abreu.
En entrevista con El País dijo que está aportando al gobierno desde su rol de empresario agropecuario y advierte de las dificultades que va a enfrentar el país en el segundo semestre, donde visualiza que hay actores políticos que están dando ‘manija’ para generar un mártir.
-¿Cuál es su rol en el Partido Nacional hoy?
-En todo gobierno, y más en uno de esta generación, algunos tenemos que ver la foto grande. “The big picture”, como dicen los gringos. Para eso hay que estar afuera de las tensiones diarias del gobierno. Más en un gobierno blanco donde nosotros tenemos personalidades fuertes.
-¿Por qué personalidades fuertes?
-Es un partido de hombres y mujeres libres. Eso aplicado al gobierno hace que cada uno intente ejercer una presión sana a favor de la gestión que desarrolla.
-¿Va a entrar al Senado?
-Sí, yo soy chacarero. Las cosas se dieron de una forma y los chacareros sabemos que haciendo todo bien, incluso no nos puede llover y perdemos la cosecha. No es algo que me genere demasiada angustia. Sí me genera mucha responsabilidad estar muy cerca de la gente que toma decisiones en el gobierno.
-¿Hay algunos blancos que se quedaron en la posada ahora, con los cargos?
-No, la circunstancias han determinado que haya compañeros que estén sobresaliendo en estos 100 días y otros que las circunstancias los ponen en un segundo plano. El más claro ejemplo es el de Álvaro Delgado. Vienen momentos difíciles en los que otros compañeros van a tener que demostrar. El segundo semestre es muy complicado para el Uruguay. Vamos a tener que levantar a los heridos, que van a ser muchos.
-¿Se tiene que poner más plata para levantar a esos heridos?
-Hay que tomar medidas en algunos casos, más general.
-Usted está en dos mostradores: en el rural y en el político. Cuando el gobierno anunció el aporte de los públicos se desató la discusión de por qué no se grava al gran capital…
-Es imposible gravarlo. Aparte sería una torpeza para el día después de la pandemia. Uruguay es un país amigable para inversiones reales del exterior.
-Está claro que la pandemia trastocó todo. Pero en el caso del llenado de cargos es una tarea que aún está sin terminar. Algunos no agarraron por los bajos sueldos.
-Sí, me consta.
-¿Falta vocación pública en el Partido Nacional?
-No. Estamos en un país caro. Siempre pasó en todos los gobiernos. En el 2005 a Tabaré Vázquez le pasó lo mismo. Después la gente se acostumbra al sueldo público, al cargo, y viene el otro mal que es el vicio. Que es lo que está padeciendo el Frente Amplio. Unos tres, cuatro o cinco mil tipos que estuvieron 15 años mamando de la teta estatal y de la noche a la mañana tienen 40 o 50 años y no saben reconvertirse.
-¿Le ofrecieron algún cargo?
-Siempre hemos estado hablando, pero siempre digo lo mismo. Yo no me veo en un cargo público específico. Lo mío es el agro, el campo y la política. Quizás cuando las cosas se compliquen viene el deber partidario. Que es ir a la palillera, a dar la otra mejilla.
-¿El empresario rural se siente estigmatizado por la izquierda?
-Absolutamente. Porque el 60% de los productores rurales no llegan a la canasta básica familiar.
-¿No le parece que ustedes han actuado, también, para perder ese "cariño" desde la izquierda?
-No, porque si tu ves el crecimiento del MPP y la llegada de Mujica a la Presidencia fue un chamuyo que se hizo a la gente del campo. Que después se vio absolutamente postergada porque la bonanza pasó y los problemas en la campaña siguieron igual.
-Está hablando de una de las figuras políticas del Uruguay más populares en los últimos años.
-Sí, pero cuando Mujica llegó como ministro en 2005 abrió un montón de expectativas que fueron defraudadas; de presidente mucho más. Era más defensor de Aratirí que de un paisano de San Antonio que plantaba zanahorias.
-¿Cómo están con el actual ministro de Ganadería?
-Es un hombre muy campero, que sabe, conoce el medio y está haciendo las primeras armas en la máquina de picar carne que es la política.
-¿Están satisfechos con su trabajo?
-Son ministros camperos que cuando hablan de brucelosis, de garrapatas, de bicheras, saben.
-¿Y cuándo hablan de política, no?
-Cometen algunos errores en expectativa, y errores de comunicación que son notorios y públicos.
-¿Preferiría un ministro más político?
-No, me parece que con el tiempo va a aprender. Van tres meses.
-En la campaña nos repitieron la frase: ‘Hay que aflojarle la cincha al agro’. ¿Hay margen ahora para eso?
-No. Ahora no. Es más, el agro se autoapretó, por cómo se conforma el Fondo Coronavirus. No estamos en esas condiciones para el agro. Sí a algunos sectores, como la lechería y el arroz. Hemos perdido oportunidades porque el corporativismo nos ha ganado para tomar medidas generales como la desmonopolización de combustibles.
-Ahí perdió por goleada.
-Perdí. Pero, el partido ese es a mil, eh. Yo voy a estar esperando el resultado de esa comisión absurda para volver a presentar la iniciativa.
-¿Es una muestra de debilidad del partido de gobierno ese resultado en la LUC?
-Es una claudicación en detraimiento de otras cosas para sacar la ley de urgencia. De argumentos sin sentido, falsos.
-¿Está hablando del Partido Colorado?
-De los colorados y de Cabildo Abierto, que no tienen comprobación empírica. Hablar que con la apertura de la importación de combustibles se va a pasar a un oligopolio privado... En el mundo no encuentro un solo país que haya pasado eso. Son corporaciones y mentalidades que no necesariamente tienen la impronta generacional que tenemos.
-¿Ve una grieta en la sociedad?
-Absoluta, sí, sí. Hay mucha gente que está deseando que nos vaya mal.
-¿A quiénes se refiere?
-Hay un conjunto de interesados que los une el deseo que nos vaya mal. Entre ellos no tienen ningún tipo de motivación. Ejemplo: con la delincuencia esperan que nos vaya mal. Los delincuentes hoy están viéndose. Hay sindicatos que se ven atacados. Entre ellos no tienen nada que ver. Vamos a aplicar auditorías que la pandemia las ha postergado, pero se van a hacer, y van a dejar en blanco y negro cosas que no tienen buena opinión pública. Políticamente hablo de los bolches estéticos. Los nuevos bolches. Gente que hoy lo que necesita es un mártir para Instagram. Que ven lo que está pasando en Estado Unidos y replican mentalmente lo que puede llegar a pasar acá. Hay 270 hechos anticipatorios. Hay un cuplé de la murga “Metele que son pasteles”, ese cuplé está en las marchas del Pit-Cnt. Lo que pasó en Chile.
-Lo que está diciendo es de una gravedad importante. ¿De verdad cree que hay sectores buscando un mártir?
-Sí, sí.
-¿Y están en el sistema político?
-Quizás son manijeros que van a aprovecharse de los problemas que el país tiene.
-¿Es una sensación o tiene elementos probatorios?
-No. Tengo la total convicción que en el segundo semestre de este año, con la ley presupuestal, con la peladera que hay a nivel del Estado, lo que generó la pandemia, va a haber muchos manijeros que lo que quieren es un mártir para Instagram.
-¿Está preparada la coalición para eso?
-Nadie está preparado.