El Senado aprobó el proyecto de ley que busca generar un sistema para reciclar las colillas de cigarrillos que son descartadas en la calle y aplicar sanciones a quienes las tiren. El texto, presentado por el senador del Partido Nacional Juan Sartori, fue aprobado por unanimidad a nivel general, pero hubo discusiones entre el oficialismo y la oposición por los artículos que establecen sanciones económicas.
Durante su explicación, el senador Sartori especificó que el objetivo principal del proyecto es “generar conciencia ambiental, mejorar la calidad de los espacios públicos y estimular la generación de cadenas productivas sobre el reciclado y la investigación”.
“Es una costumbre en muchos ciudadanos. La debemos desestimular y erradicar si es posible, generando nuevas huellas de conocimiento medioambiental”, comentó y dijo que, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en Uruguay el 20% de la población adulta consume tabaco.
“Son 500.000 personas. Si consideramos que un fumador consume en promedio hasta diez cigarrillos por día, son cinco millones de residuos de colillas que por día se tiran en nuestro país. Dos de cada tres son arrojadas al medioambiente. El impacto es directo”, lamentó.
Sartori comentó que durante la discusión en la Comisión de Medio Ambiente se recibió a la organización social “No más colillas Uruguay”, que “demostró de manera práctica” la viabilidad del reciclaje y la “variedad de cosas que uno puede hacer, desde armazones de lentes hasta guitarras eléctricas”.
En ese sentido, dijo que será necesario coordinar acciones con las intendencias departamentales en busca de instrumentar la forma del reciclaje. También comentó que el proyecto establece la colocación de colilleros en “zonas específicas”, afuera de establecimientos públicos y privados y en donde haya un importante flujo de personas, “como centros comerciales, bancos, hospitales, paradas de ómnibus, restaurantes y oficinas públicas y privadas”.
Sartori especificó que además se “profundizan las medidas antitabaco”, que son una “tradición” en nuestro país, ampliando como espacio protegidos a aquellos destinados al uso por parte de menores de edad, “como plazas públicas, zoológicos o parques de diversiones”.
“Tenemos que tomar conciencia del daño que le hace al medioambiente el deshecho de estas colillas. Un solo filtro basta para contaminar entre ocho y cincuenta litros de agua, el tiempo de descomposición varía entre uno a ocho años”, señaló.
“El fin es de persuadir a los fumadores que no arrojen colillas en espacios públicos, de esta forma proteger el medioambiente. No es el objetivo generar una recaudación para el Estado”, dijo Sartori. Los artículos 4 y 8 del proyecto establecen sanciones económicas para quienes incumplan esta medida.
Este punto generó alguna discusión con la bancada del Frente Amplio, que entendía que este proyecto no tenía potestad para establecer sanciones económicas.
La senadora frenteamplista Amanda Della Ventura explicó los motivos, y luego el senador del Partido Colorado Germán Coutinho comentó que existió un informe de Jurídica del Parlamento que establecía que “no había problemas” en ese sentido.
Según el documento, las personas que lancen colillas en espacios públicos en lugar de en ceniceros, podrán recibir multas de 10 hasta 50 UR (unidades reajustables).
Finalmente, el proyecto fue votado en general por unanimidad mientras que esos artículos fueron acompañados sin los votos del Frente Amplio. El proyecto pasará ahora a la Cámara de Diputados.