Que hablen bien o mal, lo importante es que hablen”. La célebre frase, atribuida entre otros a Salvador Dalí, ha sido la premisa que ha aplicado en estas últimas dos semanas el precandidato frenteamplista Mario Bergara, con una serie de declaraciones públicas que, más allá de las polémicas, han generado una reacción directa hacia el senador de la que casi nadie en el sistema político quiso quedar ajeno.
Sobre todo, a partir de sus expresiones, el pasado domingo, sobre “La sociedad de la nieve”, la nueva película que relata la peripecia de los protagonistas de la tragedia de los Andes, en 1972. “Fue protagonizada por chiquilines de los sectores más ricos de la sociedad”, comentó Bergara, generando una catarata inmediata de críticas, casi todas negativas. “Muchachos de elite, sin vuelta ni matices”, apuntó. “Sin embargo, todos estamos orgullosos de que sean uruguayos”. Bergara utilizó esa historia para señalar que, tal vez, en el Uruguay existan “recelos” de clase, pero afirmó que no debe haber ni odio ni “grieta”.
Sus comentarios generaron críticas dentro y fuera del Frente Amplio, e incluso provocaron un enfrentamiento mediático entre la diputada Margarita Libschitz (MPP) y la senadora Liliam Kechichian. Sin nombrarlo, la primera había señalado al precandidato por estar “meta twitteando y discutiendo con sí mismo”, obedeciendo a “algún asesor” que le dijo que “para levantar en las encuestas hay que ser más polémico”.
En Seregnistas, el espacio que respalda su precandidatura, existe total conformidad con los resultados. En particular, con las repercusiones que sus comentarios han generado públicamente. “El objetivo es estar presente”, le dijo a El País una fuente cercana a Bergara. Ese ha sido, expresó, el objetivo del postulante en estas semanas. Estar presente, generar debate y lograr una mayor llegada en la agenda pública. Sobre todo, en momentos en que sus dos principales competidores en la interna, Yamandú Orsi y Carolina Cosse, en uso de sus licencias reglamentarias como intendentes, se mantienen en silencio.
Y hasta el “error” cometido por Bergara en este proceso se entiende que también tuvo una repercusión “positiva”, al demostrar que el senador tiene capacidad de reconocer cuando se equivoca, dicen. Bergara admitió ayer que “quizá en la redacción” de su afirmación original hubo algo “que no fue feliz” y que “generó alguna mala interpretación”, aunque ratificó el espíritu de su publicación. Con lo de “mala interpretación” el precandidato aludió a la utilización del término “sin embargo”, y aseguró que lejos estuvo su intención de profundizar en “algún tipo de grieta” en la sociedad uruguaya. “Si uno lee todo el mensaje y no una palabra suelta, queda claro que lo que procuro es evitar esa grieta”, dijo. “Procuro rescatar la historia independientemente del origen de sus protagonistas”, concluyó.
Las últimas encuestas muestran a Bergara en tercer lugar en la interna, muy lejos de Orsi y Cosse. Pero, en su comando, se señala que lo de esta semana demostró que el candidato “no está muerto” y que el objetivo sigue siendo el mismo: “ganar”.
El periplo mediático de Bergara había comenzado el año con expresiones que ya habían generado polémica. El 1 de enero recordó el 65° aniversario de la Revolución Cubana y tuvo que aclarar poco después que había señalado la necesidad de cambios en la isla, ante acusaciones del oficialismo de que estaba ensalzando al régimen castrista.
Incluso, Bergara volvió a utilizar las redes ayer para referirse a la “turba de ultraderecha”, que en enero de 2021 procuró impedir en Washington la asunción de Joe Biden como presidente de los Estados Unidos. También la de 2023, que quiso asaltar el Congreso brasileño. “La democracia prevaleció ante esos ataques”, dijo, para dejar una advertencia. “Los uruguayos sabemos que la democracia no está ganada para siempre”, añadió.
La política, una mezcla entre fútbol y ajedrez
Poco antes de su polémica publicación sobre la tragedia de los Andes y del film que da cuenta de esta, Bergara optó por comparar a la política como una mezcla de ajedrez, un juego individual, y el fútbol, un deporte de equipo. “Pensamos la política como una mezcla de juegos”, dijo el precandidato. Una mixtura, agregó, en la que “la inteligencia” debe “exprimirse al máximo”, pero recordando siempre que “de a uno, y sueltos, no somos nada”.
Bergara aseguró que “palabras más, palabras menos, en eso es en lo que creemos los seregnistas”.
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