ENTREVISTA
También entiende que los blancos tiene que “hacer que el Frente Amplio sea quien confronte” con ellos y no viceversa, como propuso el senador nacionalista Sebastián Da Silva.
El senador Gustavo Penadés es de respuestas concretas y seguras. Referente del Partido Nacional en el Parlamento, sobre todo a la hora de buscar acuerdos políticos dentro de la coalición oficialista o con el Frente Amplio, no tiene prurito en reconocer que cambió su opinión respecto a la reforma jubilatoria que el gobierno busca aprobar rápidamente. Antes alertaba por el costo político de llevarla adelante si no era con apoyo de la oposición, pero ahora piensa lo contrario: si no la quieren, “más razón para votarla”, dice. Y también entiende que los blancos tienen que “hacer que el FA sea quien confronte” y no viceversa,como propuso su par Sebastián Da Silva.
-¿Qué cree que la coalición de gobierno debería plantear en la Cámara de Senadores cuando este lunes llegue la Rendición de Cuentas?
-Creo que los diputados hicieron un trabajo muy positivo porque, sin alejarse de los objetivos del equipo económico y del gobierno, lograron llevar adelante una serie de reasignaciones que han atendido la mayoría de los reclamos que se podían tener. Quizá haya alguna cosa para ordenar o solucionar en el Senado, pero tampoco creo que haya quedado mucho margen para más cambios.
-¿Comparte que se haya quitado la derogación de la ley de medios y se haya incluido un artículo que solo habilita a los cableoperadores a brindar el servicio de internet?
-Yo no renuncio a la idea de poder avanzar en la derogación total o parcial de la ley de medios y encaminarnos hacia el objetivo que busca el Poder Ejecutivo. Creo que este quizás sea uno de los temas de mayor discusión que podamos tener en estos días en la Cámara de Senadores.
-¿Es o no un escándalo haber otorgado un pasaporte a Sebastián Marset, acusado de ser un narcotraficante a nivel internacional?
-Creo que no es un escándalo. Creo que tiene todos los ingredientes para convertirse en una novela policial. Porque hay un narcotraficante de por medio, hay videos, hay amenazas, hay versiones, hay dimes y diretes, y por supuesto un ingrediente fundamental para todo esto, que es la suspicacia de creer que un episodio de estas característica tiene que tener de por sí algún margen de irregularidad, pero no lo hay: se procedió a partir de un decreto vigente, que es el que obliga al Poder Ejecutivo a actuar de la manera que lo hizo. Acá no hubo ningún tipo de atención vip, ni exprés, hacia esta persona. Se la trató como a cualquier otro ciudadano, un ciudadano con ribetes muy particulares.
-¿No debería haber saltado alguna alarma de que se estaba tramitando un pasaporte a un uruguayo preso en Dubái?
-Estas cosas son mucho más comunes de lo que parecen. Abstraigámonos de quién era y recordemos que en aquel entonces (octubre de 2021) no había ninguna orden de captura, ni tenía antecedentes judiciales vigentes. Otra cosa es lo que pasó después. El servicio consular uruguayo, como cualquier otro servicio consular del mundo, procede de la manera como procedió en este caso. No logro entender por qué se habla de la expedición de un pasaporte exprés cuando el trámite tardó más de 70 días y cuando hay procedimientos para obtener pasaportes en forma mucho más rápida, en 24 horas incluso. Y no termino de entender por qué el mecanismo que elige el FA es el de la interpelación (n.d.r: que será este lunes en el Senado), cuando debería haber sido una convocatoria a comisión. Creo que buscan desviar la atención sobre otros episodios que tienen al FA complicado.
-¿Como cuál?
-La reforma de la seguridad social, por ejemplo.
-¿También incluye la denuncia contra el senador Charles Carrera por presunto abuso de funciones?
-También, claro.
-¿Por qué cree que se cambió el decreto de 2014, que flexibilizó las condiciones para otorgar pasaporte, según la lectura del gobierno?
-No tengo la menor idea. Pero es un ingrediente más que llama a la suspicacia.
-¿La reforma jubilatoria tiene que aprobarse pese al costo político que pueda implicar o no existe tal costo? Usted dijo a El Observador en abril pasado que “si no existiera acuerdo” con la oposición, la coalición debería analizar la conveniencia de seguir adelante con la iniciativa.
-Ahora creo que la reforma debe ser votada en este período de gobierno, o al menos tenemos que hacer los más grandes esfuerzos para eso. Cambié de opinión. Me he ido convenciendo a partir de ir escuchando las explicaciones del gobierno y del presidente. Es una buena reforma y es necesario tener el coraje de votarla durante este gobierno.
-¿Y si el FA no la vota?
-Más razón para votarla nosotros. Se perderían una gran oportunidad de hacer algo bueno para el país, como en tantas otras oportunidades.
-El intendente Carmelo Vidalín dijo días atrás a Radio Universal que cree que el Partido Nacional debería reunirse semanalmente para trabajar pensando en 2024. ¿Comparte?
-No, no. El año 2022 tiene que ser un año en que las candidaturas estén por fuera. Que están en la conversación diaria de la dirigencia política es inocultable y tratar de esconderlo es de tontos. Pero esto no debe estar en la discusión de la agenda política pública. No es el momento de hablar de candidaturas porque no está todo dicho y porque me parece que es un gesto de frivolidad frente a la realidad: hoy tenemos que aprobar la Rendición de Cuentas y la reforma de la seguridad social. Las candidaturas van a surgir de las cosas buenas que haga el gobierno, porque el próximo candidato de la coalición es el propio gobierno. El verano va a ser el momento, seguramente, de iniciar la etapa de los asados, reuniones e idas y venidas, pero no ahora.
-El senador Sebastián Da Silva dijo en entrevista con El País el 6 de agosto que entendía que entre los blancos hay quienes “se miran el ombligo en vez de combatir al FA”. ¿Qué piensa al respecto?
-Lo que comparto es que, reitero, este no es el tiempo de tener la discusiones que estén bastante alejadas de la realidad actual. Y las candidaturas lo están. Porque el candidato es el gobierno y para eso tenemos que hacer y acelerar muchas más cosa. Ese debería ser el objetivo que tenemos por delante. En cuanto a la confrontación con el FA, yo no hablaría en esos términos. Yo diría que tenemos que hacer que el FA sea quien confronte con nosotros, y no nosotros con ellos. Porque hasta noviembre de 2024 somos nosotros los que representamos a la mayoría de los uruguayos.