MEDIOS PÚBLICOS

El gremio de las radios públicas denunció días atrás que se estaban llevando a cabo “despidos”, aunque luego aclaró que se refería a 43 contratos que no iban a ser renovados. Gerardo Sotelo, presidente del Servicio de Comunicación Audiovisual Nacional (Secan), justifica la medida advirtiendo que eran contratos a término y que su plan de gestión implica la incorporación de nuevo personal para concretar, entre otras cosas, el desembarco digital de los medios del Estado. También advierte que su objetivo es ir hacia contenidos más republicanos, en los que todos los ciudadanos, de Montevideo y del interior, simpatizantes del oficialismo o de la oposición, se puedan sentir representados.

-El gremio de las radios públicas denunció que se estaban llevando a cabo “despidos”. ¿Qué fue lo que sucedió?

-Lo que sucede, entre otras cosas, es que la estructura funcional, la asignación de recursos humanos, sobre todo de periodistas y productores, no se corresponde con la realidad de los otros medios. Además de los funcionarios públicos, tenemos 220 contratos: 150 personas para hacer radio, unas 60 para hacer televisión y unas 10 trabajando en plataformas digitales de forma totalmente inconexa, actualizando páginas web, tratando de hacer redes sociales sin ninguna política, sin ninguna indicación y obviamente sin ninguna centralidad. Esto es insostenible. Por eso hay que hacer una reestructura y hay que hacerla rápido.

-¿Qué cambios implica esto a nivel de programación?

-Lo que queremos hacer es darle a la programación la impronta de esta nueva administración. Esto significa que hay que contratar gente que hoy no está y bajar programas que no nos parece que se ajusten a estos nuevos lineamientos. Pero, además, el resultado de estos 150 contratos en radio es realmente paupérrimo. Las mediciones de audiencia en las radios públicas en estos 15 años, ha permanecido invariable, apenas se despegan del cero. Pero más allá de esto, de los 220 contratos el 80% permanecen, muchos de ellos con mejores salarios, porque concursaron y van a tener un trabajo que tiene un laudo mayor. Se hizo un concurso interno y fueron elegidas 16 personas.

-¿Y el resto?

-Y el resto son 41 contratos -al principio eran 43, pero reincorporamos a dos-, que corresponden a 38 personas que entendemos que debemos no renovarles, porque queremos traer otra gente para hacer otros programas.

-Son 41 contratos y 38 personas, o sea que había gente que tenía más de un contrato…

-Sí, es que hay distintas situaciones. Buena parte de esos contratos son de personas que tenían un programa semanal, y eran por muy poco dinero. Otros tenían más carga horaria. Lo que sí había era una falta de exigencia de resultado, de alinear la inversión en capital humano, en talento, con algún resultado medianamente mesurable. La situación asusta.

-Los medios públicos tenían dos departamentos de prensa y van a tener uno solo. ¿Qué implica este cambio?

-Los contratos de prensa que habían en Radio Uruguay superan en cantidad a los que hay en las dos radios informativas más grandes del país, sumadas. Para un resultado que tiende a cero. No corregir este despilfarro sería una irresponsabilidad para cualquier administrador de bienes públicos. Tenemos que tener una oferta en medios digitales, de podcast, de contenidos audiovisuales, que son las cosas que la gente consume. Queremos ir hacia allí.

-Ha dicho que también busca una descentralización de los contenidos...

-Hay una concentración de producción audiovisual en Montevideo que debería llamarnos la atención, es escandalosa. El Secan produce 50 horas por día de radio y televisión, pero en el interior solo tres: una hora en Salto, otra en Artigas y otra en Melo. Es de una inequidad escandalosa. Al parecer pensaban que la programación era inamovible, pero no es así, queremos modificar cosas.

-¿Encontró una impronta ideológica a favor del anterior gobierno?

-No, en la televisión no.

-¿En las radios sí?

-En las radios claramente sí. Pero la gente que está trabajando, el grueso del personal, sobre todo de Radio Uruguay, que tiene una programación generalística, periodística, son buenos profesionales que hacen los programas con su personalidad y su impronta, y eso está bien. El problema no es ese, el problema es que desde los medios públicos nacionales hay que garantizar una mayor diversidad de puntos de vista, de perspectivas, tiene que ser una mirada republicana, tenemos que estar todos ahí, no solo una parte de la población.

-¿Cómo se estaban cuidando los recursos?

-Hay algunas cosas que estamos investigando, algunas por denuncias del sindicato de trabajadores del canal y otras porque nos hemos encontrado con situaciones que no nos parecen adecuadas. Estamos tratando de ver cómo se tomaron ciertas decisiones.