Redacción El País
La presidenta de la Cámara de Representantes, Ana Olivera, abrió la sesión del plenario el martes pasado media hora y un minuto más tarde de la hora citada, a las 16:31, y apenas unos segundos después anunció: “No habiendo número para sesionar, se levanta la sesión”. Estas palabras generaron tensión en el vínculo entre sectores de la coalición de izquierda, en particular con cuestionamientos a la conducción de Olivera, dirigente del Partido Comunista (PCU).

Al momento de abrir la sesión había 28 diputados. Entonces, la coordinadora de la bancada frentista, Micaela Melgar, también del PCU, pidió a los legisladores de la oposición que se retiraran de sala, dejando así al plenario sin las 25 bancas necesarias para dar quorum, razón por la que Olivera levantó la sesión. Si bien no tenía alternativa, porque el reglamento exige ese mínimo de parlamentarios para sesionar, en el Frente Amplio (FA) hay quienes advierten que abrió la sesión sin acordar con el resto de la bancada qué estrategia seguir.

Legisladores de varios sectores del FA estiman que Olivera debió esperar más minutos para abrir la sesión y, de esa manera, darle tiempo a la coalición a tener el quorum o, en todo caso, que debió consultar a sus compañeros.

La bancada del FA se reúne este martes desde las 10 en el Palacio Legislativo para coordinar acciones, instancia en que algunos parlamentarios tienen previsto plantear sus cuestionamientos a Olivera por abrir la sesión sin consultar al resto de la bancada.

El asunto golpea en el bolsillo de todos los legisladores que no estuvieron presentes al momento de abrirse la sesión, a quienes se les descuenta el día.

En esa jornada estaba previsto votar un proyecto de ley que da “garantías mínimas” a trabajadores de plataformas de envío y transporte urbano, una iniciativa del Poder Ejecutivo respaldada por la coalición de gobierno, a la que se opone la bancada frenteamplista, y que será votada este martes, si se alcanza quorum y si la coalición logra la mayoría. El MPP no pretende intervenir en el texto, por estimar que es nocivo para los trabajadores de las plataformas, mientras que hay diputados frentistas de otros sectores que entienden que lo apropiado es introducirle modificaciones: proponer artículos aditivos y sustitutivos. De todas maneras, la diferencia central entre los principales sectores del FA tiene que ver con la asiduidad de las sesiones parlamentaria en un año electoral.

El MPP ha planteado en reuniones de bancada que está dispuesto a “cumplir” con la exigencia estimada “normal” del Parlamento, pero no pretende reforzarlo con homenajes, porque considera que “el Frente tiene que estar en la calle”, que “el legislador frenteamplista tiene que estar haciendo campaña”, dijo un dirigente de la fuerza política a El País. Sin embargo, el PCU, que además de la presidencia de la cámara tiene a su cargo la coordinación, rol que desempeña Melgar, estima que el Palacio Legislativo es el escenario apropiado para marcar las diferencias con el oficialismo.

Diputados de la coalición insisten en que el FA pone cuanto palo en la rueda encuentra, mientras que desde la oposición alertan que al oficialismo le está costando alcanzar el quorum para aprobar los proyectos que impulsa, lo que revela la supuesta falta de apego al trabajo de sus parlamentarios.