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TLC con China: gobierno asume "lentitud" en las negociaciones que Bustillo buscará acelerar en visita oficial

El Ejecutivo espera que se concrete la Asociación Estratégica con el gigante asiático como "primer paso" en busca del objetivo.

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Lacalle Pou y el embajador chino Wang Gang
Lacalle Pou y el embajador chino Wang Gang.
Foto: Presidencia

Por Joaquín Silva
La búsqueda de acuerdos comerciales que muevan la aguja y que supongan una verdadera apertura de Uruguay al mundo ha sido una preocupación constante del presidente Luis Lacalle Pou casi que desde el primer día.

“No podemos quedar rehenes de la inmovilidad” y “salir del corset de relaciones que perjudican a los uruguayos” fueron dos frases pronunciadas por el primer mandatario el pasado 2 de marzo, en su discurso de rendición de cuentas ante la Asamblea General, con las que procuró resumir lo hecho hasta ahora en la dirección deseada.

Mencionó, así, el acuerdo con Brasil por el cual se redujo los aranceles de zonas francas, y luego se centró en dos negociaciones claves en las que el gobierno ha depositado gran parte de su energía: un Tratado de Libre Comercio (TLC) con China -hacia donde está viajando en estas horas el canciller Francisco Bustillo para justamente reimpulsar el diálogo- y la solicitud de ingreso al Acuerdo Amplio y Progresista de Asociación Transpacífico (Cptpp) realizada formalmente en diciembre de 2022.

Estos últimos dos caminos componen un panorama en materia de relacionamiento internacional -que se completa con las negociaciones que el Mercosur lleva adelante con la Unión Europea desde hace años, y que de momento se encuentran estancadas- que tiene a Uruguay, entonces, con “tres frentes abiertos” que difícilmente se cierren en este período de gobierno, según indicaron a El País fuentes diplomáticas.

Parte de este diagnóstico fue abordado en el acuerdo ministerial de este miércoles en Torre Ejecutiva, en el que participaron Bustillo y el subsecretario Nicolás Albertoni -por la Cancillería-, además del secretario de Presidencia, Álvaro Delgado.

Allí, y específicamente en relación a las negociaciones con China -según supo El País- Bustillo le indicó a Lacalle Pou que se estaba trabajando intensamente pero que no podía desconocerse la realidad. Es decir, que el diálogo viene más lento de lo deseado o de lo que Uruguay pretendía desde que a mediados del año pasado se anunció la culminación del estudio de prefactibilidad entre ambos países.

Esto, sin embargo, no quita el entusiasmo por la cargada agenda del canciller en la visita al gigante asiático (ver recuadro), una instancia que, además, es vista en la Cancillería como un “hito” relevante que servirá para que Uruguay siga transmitiendo su firme voluntad de dar pasos concretos en la dirección al TLC -más allá de la resistencia de los principales socios del Mercosur-, entendida además como una política de continuidad respecto a lo hecho en gobiernos anteriores.

“Esperamos simplemente, como lo he manifestado en alguna ocasión, entregar el testigo más cerca de la meta, que no es otra cosa que la aspiración en lo comercial de poder concretar un TLC con China”, señaló Bustillo en rueda de prensa el miércoles.

En ese contexto, en tanto, el gobierno espera concretar por estos días la Asociación Estratégica Integral con este país, una meta que había sido anunciada por el excanciller Rodolfo Nin Novoa en 2017 y que ahora se avisora como “el próximo paso” a dar en la relación bilateral.

“Son todas cosas que significan una aproximación al TLC”, señalaron fuentes de Presidencia, que esperan que Bustillo logre “acelerar” las negociaciones para que estas pasen a una “segunda fase”, siguiendo el cronograma trazado con representantes chinos que visitaron la Torre Ejecutiva a fines de julio del año pasado.

El otro frente abierto que para el gobierno es especialmente relevante y es el Cptpp, aunque, como el otro, es un proceso “que lleva su tiempo” y en el que se buscará “apurar todo lo que se pueda”.

Uruguay se encuentra en la lista de espera para que la asociación estudie este caso, si bien en los últimos días ya llegaron consultas técnicas por parte de algunos de los países que lo integran y que la Cancillería comenzó a “evacuar”.

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La agenda del canciller durante su visita a China

El canciller Francisco Bustillo, en viaje en estos momentos, se mostró optimista en las declaraciones a la prensa que hizo este miércoles de tarde.

Allí afirmó que tenía una “buena expectativa” respecto a las varias reuniones que tendrá en la República Popular China.

De acuerdo a lo previsto por la agenda -que no está cerrada y se esperan, incluso, novedades en las próximas horas- el canciller tendrá un encuentro con su par chino Qin Gang, y además con la máxima autoridad del Ministerio de Comercio en materia de negociaciones por acuerdos comerciales, Wang Shouwen, entre otros jerarcas.

La visita de Bustillo también coincide con la del brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, que se encuentra allí para firmar acuerdos comerciales, aunque la coincidencia será por pocas horas.

“Creo que puede ser una muy buena visita”, cerró el ministro de Relaciones Exteriores.

“Lo peor es la resignación”, dice especialista

La decisión de Luis Lacalle Pou de “seguir empujando” en pos de acercarse todo lo posible a un TLC con China es el camino correcto a juzgar por el director del Instituto de Negocios Internacionales de la Universidad Católica, Ignacio Bartesaghi, aunque el especialista entiende que ese debería ser un esfuerzo en el que el mandatario no quede solo en la escena internacional.

“Creo que debería haber una estrategia que implique no solo al presidente”, señaló el docente, al referirse a la necesidad de que haya más actores que, por ejemplo, respondan a las críticas de Brasil y Argentina cuando cuestionan la legalidad de que Uruguay avance en acuerdos comerciales por fuera del Mercosur. “Creo que se pueden hacer más esfuerzos y que partir de la resignación es un gran error”, dijo.

En ese sentido, añadió, es “preocupante” que el bloque regional sea “de vuelta” un freno para concretar el ansiado TLC con el gigante asiático. “Me preocupa que nos choquemos otra vez con la pared del Mercosur, una pared que parece que no podemos saltar”.

Es por esto, entonces, que asumirse encerrado en “la trampa” de esta alianza regional tiene por efecto que China interprete “que no podemos” y que, entonces, pierda vigor todo acercamiento. “El gobierno tiene que hacer todo el lobby necesario y ejercer la máxima presión diplomática para convencer a China o al Mercosur” de la viabilidad y conveniencia de un TLC.

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