El fenómeno es bastante común: cuando en política las cosas salen bien, los reproches y desencuentros (sobre todo, cuando son ideológicos o filosóficos) suelen quedar de lado par dar paso a la euforia de la victoria y la necesaria unidad para gobernar. Cuando el escenario es diferente, como de hecho lo es para el actual oficialismo desde la victoria del Frente Amplio en el balotaje del 24 de noviembre, aflora todo lo otro: las diferencias, las matices, los reparos, incluso si se evocan conflictos añejos que habían sido matizados en favor de un presente de entusiasmo.

Hasta el momento, la relación dentro de todo armoniosa que ha tenido en este período la Coalición Republicana se reflejaba también en la sintonía política que casi siempre han mostrado dos importantes referentes del oficialismo: los expresidentes Julio María Sanguinetti (Partido Colorado) y Luis Alberto Lacalle Herrera (Partido Nacional), con grandes diferencias en el pasado.

Foto: Ignacio Sánchez

Pero en las últimas horas eso se quebró. Una postura manifestada por Sanguinetti -que no es nueva, puesto que ya la había mostrado otras veces-, en relación con la identificación ideológica del presidente Luis Lacalle Pou generó un rápido rechazo de Lacalle Herrera.

El dirigente colorado se preguntó este jueves en una entrevista en Desayunos Informales (Canal 12) “qué es lo que tiene de herrerista” el hijo de Lacalle Herrera. De hecho, sostuvo que con el padre del actual jefe de Estado, con quien aclaró que tiene una “buena relación personal”, es en realidad un “histórico” adversario ideológico de sus ideas batllistas. Pero agregó que con Lacalle Pou era otra historia. “El padre sí fue un herrerista, a mucha honra para él; por eso mismo estuvimos enfrentados en tantas cosas”. Y dijo más: en respuesta a la opinión de “algunos liberales ortodoxos” que buscan explicar la derrota electoral a manos de Yamandú Orsi, debido a un corrimiento ideológico hacia el centro del gobierno y el Partido Nacional, aseguró que si esta gestión no tenía el signo que tuvo, el Partido Colorado no la hubiera acompañado. “Nosotros no hubiéramos estado porque somos batllistas”, fueron sus palabras, rechazadas ahora de plano por Lacalle Herrera.

En diálogo con El País, el exmandatario herrerista afirmó que a su parecer “Sanguinetti ha asumido la tarea de certificar políticamente las opiniones de los demás”, algo que agradece pero que “no necesita” el Partido Nacional.

“Sugerimos al ilustrado compatriota concentrar sus esfuerzos en el Partido Colorado, en el Batllismo y en sus sucesores frentistas”, dijo el expresidente blanco, en referencia a la identificación frenteamplista con el legado de José Batlle y Ordóñez.

Foto: Florencia Cruz

“En cuanto al gobierno de 1990-1995 -agregó el nacionalista-, recordamos su apoyo a la desmonopolización de los seguros, obra de Batlle y Ordóñez en 1911, y otras medidas similares. Y sobre la Ley de Empresas Públicas, recordamos que fue apoyada por Jorge Pacheco y Jorge Batlle, a quienes no se les puede negar su condición de batllistas”. Y como tercer argumento mencionó una circunstancia bien reciente: el apoyo del Partido Colorado a una coalición liderada por “Luis Lacalle Pou Herrera”, dijo haciendo énfasis en el último apellido.

¿Eso convierte a Lacalle Pou en un hombre herrerista -cuestión central, en definitiva, de esta polémica?

“Por supuesto que sí”, respondió su padre.

El debate al respecto no es nuevo. Sanguinetti ya ha insistido en su idea de que Lacalle Pou, tras su paso por la Presidencia, ha limado sus características herreristas y liberales. Entrevistado para libro “Politólogos, ¿para qué? Política y ciencia política en Uruguay” de Adolfo Garcé y Cecilia Rocha-Carpiuc, el colorado dijo que Lacalle Pou ha hecho “discursos a favor del Estado asombrosos” y que esto mismo se lo comentó en persona, luego de una de sus exposiciones: “Decime una cosa, ¿qué te queda a vos de tu liberalismo? Ahora sos un batllista, no de la 15, de la 14”, contó que le dijo.