Redacción El País
Desde el pasado 1° de julio el Tribunal de Cuentas enfrenta un desafío institucional. Ese día se confirmó la renuncia de su presidenta, Susana Díaz, que alegó motivos de salud.

La decisión resultó un tanto intempestiva para sus colegas, que al día siguiente realizaron la convocatoria formal del caso a su primer suplente, Linder Reyes, al que se le envió un correo electrónico, para que asumiera el cargo. La respuesta formal aún se espera.

“Supongo que la tendremos para los próximos días, supongo”, dijo este jueves en el Parlamento el vicepresidente del TCR, Francisco Gallinal, que asumió en forma provisional las funciones de Díaz hasta tanto se resuelva la situación.

El único mensaje que hasta ahora ha transmitido el convocado fue cuando acusó recibo del mail que se le envió y con el aviso de que “iba a pensar la situación”. Ante el paso de los días y la indefinición, el TCR optó por enviarle una resolución formal convocándolo a integrar el cuerpo como consecuencia de la renuncia de Díaz. “Hasta ahora no tuvimos respuesta”, dijo Gallinal a El País.

Existe un problema: Reyes está jubilado. Gallinal dijo imaginar que no debe ser fácil tomar una decisión de ese tipo y pensar en volver a la actividad, nada menos que para ser ministro del Tribunal de Cuentas.

Gallinal indicó que si Reyes -afín al Partido Nacional- no acepta se seguirá con el orden de la convocatoria. En la segunda línea de suplentes está Mariana Gulla, propuesta por el Frente Amplio, y luego le sigue Karina Sapolinski, nominada por el Partido Colorado.

En todo caso, y cualquiera sea la definición, representará un cambio cualitativo. Díaz había sido electa en su condición de “neutral” pero su sustituto, indefectiblemente, representará a un partido político. Una circunstancia que puede tener sus derivaciones al tomar resolución en un organismo con una integración impar y en donde el voto del presidente suele ser el que define.

Al respecto, Gallinal destacó que todos los integrantes del TCR han estado en estos momentos a la altura de las circunstancias. “El tren sigue marchando”, aseguró.

Los integrantes del TCR son electos por mayorías especiales en Asamblea General, que vota además para ellos el triple número de suplentes. El organismo ha sido cuestionado desde uno y otro lado del espectro político por sendos fallos tomados por mayoría.

Las críticas llegaron primero desde el Frente Amplio luego de un informe que avaló el proceso seguido por el gobierno para la extensión de la concesión en el puerto a Terminal Cuenca del Plata. Luego, el oficialismo, cuestionó la decisión de observar la compra de tres escáneres para el puerto que hizo el Ministerio de Economía. En ambos casos, el factor determinante fue Díaz. A nivel partidario, la renovación de la integración del TCR y otros organismos de contralor sigue empantanada, ante la falta de acuerdo.